Liturgia
El poder iguala a todos
Teodoro Barajas Rodríguez
Algo grave sucede en el PAN, los vituperios, la demolida institucionalidad rematada por pleitos de cantina son su actual paisaje urbano, no más las líneas programáticas de sus fundadores, su doctrina está en extinción porque la cadena de fracasos salta a la vista.
Por enésima ocasión recuerdo lo profetizado por aquel destacado intelectual Daniel Cosío Villegas: “Cuando el PAN gane el poder perderá el partido”, precisión meridiana, la verdad no puede ocultarse. Gustavo Madero ha naufragado entre las tempestuosas aguas del albiazul, se evidencia que no dejó de ser novato.
La nave panista no tiene timonel ni capitán, el poder le provocó un severo daño, la legión de males no termina por contarse.
Primero Vicente Fox mostró su desdén por la institucionalidad partidaria, buscó talentos fuera del PAN, fueron tantos los desfiguros en su administración que para muchos perdió la elección porque los resultados del 2006 nunca dejarán de tener la bruma de la sospecha.
El sexenio anterior se caracterizó por el baño de sangre como consecuencia directa de una mal planeada y peor ejecutada guerra contra el narcotráfico, números sanguinarios, daños colaterales sin precedentes. Así gobernó el PAN, fue mejor oposición que gobierno.
El fin de semana anterior fue el marco para que muchos panistas mostraran sus inconformidades, ya sin mesura, insultos, golpes fueron las manifestaciones ante un sombrío Gustavo Madero sin un ápice de liderazgo ni idea ni estrategia. Se reformaron estatutos, incluso se esperan más conflictos que seguramente debilitarán sus estructuras; en pocas palabras el PAN está al borde del nocaut.
La actual dirigencia nacional está en pugna permanente contra el ala calderonista. Felipe Calderón fue un crítico feroz contra el PRI, una vez que estuvo en la primera magistratura su comportamiento fue idéntico a los presidentes imperiales que tanto cuestionó. El poder iguala a todos, la realidad así lo demuestra.
Felipe Calderón impuso dirigentes, allegados suyos, incondicionales, fue la calca del viejo PRI, las consecuencias negativas hacen padecer ahora al instituto que proclamaba la brega de eternidad y presumía su tradición iniciada por Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna hasta llegar a Carlos Castillo Peraza.
En Michoacán los allegados a la familia Calderón Hinojosa pierden todo, Felipe no pudo derrotar al PRI cuando aspiró a ser gobernador porque ocupó el tercer sitio, su consanguínea Luisa María perdió ante Fausto Vallejo, su otro hermano, Juan Luis, disputó una vez la alcaldía de Morelia contra el mismo Vallejo Figueroa y perdió con mucho.
Su devaluación le lleva a ser en este tiempo un partido del montón sin mayores propuestas, aliado con sus contrincantes de las izquierdas para atenuar su debacle, resquebrajado entre sus propias facciones, infiltrado por porros, grupúsculos integristas de la derecha, lejos de su objetivo primario y fundacional.
