Entrevista a Leticia Campos/Investigadora del IIE de la UNAM
Moisés Castillo
Hace 33 años el escritor Ricardo Garibay escribió una crónica notable sobre la miseria en que se encontraban los habitantes de Coatzacoalcos, zona petrolera por excelencia. Las cosas no han cambiado. Paradójicamente la riqueza de hidrocarburos ha producido pobreza. Desde tiempos de José López Portillo se prometió administrar la riqueza petrolera para que México saliera del subdesarrollo, pero el país sigue siendo una fábrica de pobres. Más de la mitad de la población está en esta condición, las desigualdades son profundas. ¿Qué se hizo con la bonanza petrolera?
Hace una semana, el presidente Enrique Peña Nieto anunció una reforma energética que incluye modernizar Pemex y la industria eléctrica a través de modificaciones a los artículos 27 y 28 constitucionales para permitir la participación de la iniciativa privada en el sector energético. La iniciativa causó polémica porque el mandatario evocó el decreto de expropiación de Lázaro Cárdenas en 1938.
“A partir de ese texto constitucional se permitía que el Estado celebrara contratos con particulares y de esta manera aseguraba la producción de hidrocarburos bajo la rectoría gubernamental. Así quedaba claro que contratar no era concesionar, con ello se salvaguardaba la renta petrolera en beneficio de los mexicanos… La iniciativa retoma palabra por palabra el artículo 27 del general Lázaro Cárdenas, esto permitirá al gobierno de la república celebrar contratos de utilidad compartida con el sector privado, cuando así convenga al interés nacional.”
Desde el plan sexenal de 1933, Cárdenas ya anunciaba como candidato presidencial el rescate de los recursos naturales. Si bien Peña Nieto señaló la necesidad de transformar Pemex durante la campaña electoral, ya como presidente careció de una política de comunicación para que la población conociera la necesidad de realizar cambios a la Constitución para que el capital privado participe en el sector energético. El mismo día que presentó la iniciativa lanzó una campaña informativa: “¡Que no te engañen”.
Discurso fuera de contexto
Cuauhtémoc Cárdenas explicó que su padre se opuso de forma contundente a la figura de los contratos de riesgo.
“Creo que habría que pensar que el contexto de 1938 y el de 75 años después, que es el actual, pues no es el mismo; que evolucionó la industria petrolera y en vida evolucionó el pensamiento de Lázaro Cárdenas respecto de muchas cosas, entre otras, al desarrollo mismo de la industria petrolera nacionalizada y de Pemex. Entonces, no hay que caminar para atrás, habría que caminar para adelante… A mí me preocupa que se pueda abrir la vía para los contratos de riesgo, que se están manejando como contratos de utilidad compartida.”
Y es que en la propuesta del presidente priista además se plantea un nuevo régimen fiscal para Pemex, reformar actividades en áreas de exploración y producción de la paraestatal, mejorar las condiciones de rendición de cuentas y transparencia y establecer nuevos criterios para el contenido nacional de Pemex. También el plan energético incluye la electricidad: reformar el artículo 27 para permitir la participación de particulares en la generación de energía, el Estado mantendrá en exclusividad el control del sistema eléctrico así como la red de distribución, fortalecer la CFE, renovar facultades de la Secretaría de Energía y de la Comisión Regulatoria y reforzar las energías verdes.
Luego del acto oficial, Gustavo Madero, líder nacional del PAN, calificó como una “simulación” la reforma energética que impulsa el gobierno federal.
“Es una trampa, están atrapados en ese discurso [cardenista]. Ellos están atrapados, tienen miedo, están envueltos en todo su nacionalismo revolucionario que ellos mismos construyeron y por eso no tienen la capacidad de tener una visión de largo plazo.”
Para Leticia Campos, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, lo más importante en esta discusión es que se cumpla con la letra de la Constitución.
“De 1917 a 1934 nadie había cumplido con los principales preceptos constitucionales. Las empresas extranjeras operaban como si no existiera la Constitución. Lo que hace Cárdenas es obligar a que se cumpla la Carta Magna. Es una gran diferencia con lo que está haciendo Peña Nieto. El Ejecutivo federal toma un párrafo de forma descontextualizada para decir que Cárdenas aspiraba a que en algún momento la inversión privada retomara el camino tras la expropiación.”
Esta reforma nos haría retroceder
¿Cómo califica la iniciativa de reforma energética de Peña Nieto?
Me parece una iniciativa que conducirá a México hacia el retroceso. Nos llevará hacia finales del siglo XIX. Trata de darle legalidad a las acciones ilegales que inició Carlos Salinas de Gortari en 1992 con leyes secundarias que atentaron contra la Constitución de 1917. Sigue esa política perversa de destrucción de empresas paraestatales y de sus trabajadores que comenzó en el sexenio salinista y que ha tenido una continuidad con los gobiernos panistas: permitir la entrada de empresas trasnacionales en un sector estratégico para el desarrollo nacional. Lo que hace hoy Peña Nieto con esta reforma energética es abrir otra puerta y darle legalidad a lo que actualmente está fuera de la ley. Lo que impulsa el presidente es darle certidumbre jurídica para que continúen con esta política de perversión, con una retórica de modernización pero de corte orweliano donde resulta que la desintegración del sector energético, orgullo de la Revolución Mexicana, nos va ayudar a los mexicanos.
¿Fue acertada esta referencia que hizo Peña Nieto a Cárdenas como parte de su propuesta de reforma energética?
Peña Nieto no conoce la historia. La nacionalización de la industria eléctrica quedó plasmada en la Constitución de 1917 después de un movimiento liberal mexicano muy importante que impulsaron los hermanos Flores Magón. Líderes con una visión clara, nacionalista y de largo plazo. En realidad Madero se sube al caballo de la Revolución que los Flores Magón habían iniciado. Para crear condiciones políticas y sociales, Carranza plasma el programa liberal mexicano de los Flores Magón, queda plasmada la nacionalización de la industria eléctrica. ¿Qué pasa cuando se crea la Constitución de 1917? Siguen las empresas extranjeras en el sector energético como si no hubiera pasado nada. Lo que hace Cárdenas ante la soberbia de las empresas extranjeras es obligar a que cumplan la letra de la Constitución. Se crea la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica para responder con una ley reglamentaria el artículo 127 constitucional, también crea la Ley Federal del Trabajo para hacer valer el artículo 123. Como nunca se hizo un reparto de tierras. Lo que está haciendo Peña Nieto es continuar con la falta de respeto a nuestra Constitución.
¿Tiene futuro esta estrategia con “espíritu cardenista” para convencer a la oposición y a los ciudadanos?
Lo que dicen es que no se privatiza el sector energético porque Pemex y la Comisión Federal de Electricidad seguirán siendo del Estado. Con la reforma se pretende que empresas extranjeras, primordialmente, tengan participación en la industria energética. Apuestan al abandono y a la falta de recursos en el sector público para que prácticamente no se pueda competir con presencia de capital privado. De alguna manera ya está experimentada la presencia de recursos privados en materia de generación tanto en la industria eléctrica como en la petrolera y en petroquímica.
No habrá beneficio interno
¿En qué consisten los contratos de utilidad compartida, que es el punto más importante de la iniciativa? ¿A qué se refieren concretamente? Aquí hay una gran diferencia con Lázaro Cárdenas. Al general lo que le preocupó fue que los trabajadores tuvieran una participación de las utilidades. Lo que hace Peña Nieto es todo lo contrario, lo que quiere es que las empresas de capital trasnacional tengan una participación en las utilidades de la paraestatal, donde los riesgos fundamentales los absorbe el Estado. Se trata de asegurar la reproducción del capital y la acumulación como a finales del siglo XIX para los extranjeros. No tiene el menor interés por asegurar la producción del capital para beneficio interno.
Una palabra que no aparece en el discurso oficial y en los partidos es la “corrupción”, ¿se puede potencializar el funcionamiento de Pemex atacando la corrupción?
Es importante que quede claro que las promesas del capitalismo de progreso, libertad, democracia no se han cumplido. Hoy a cambio de eso nos ofrecen las tres T: Tax (impuestos), Transparency (Transparencia-ataque a la corrupción) y Trade (mercado-comercio). En realidad el mercado sólo funciona si hay competencia y sabemos que en el sector energético hay oligopolios. El problema de la transparencia se resuelve a través de aplicar la ley, quizá por eso Peña Nieto no le da tanta importancia. Lo que se trata es de crear condiciones para que los inversionistas privados compartan la renta petrolera, las utilidades de Pemex, que es una de las mejores empresas del mundo. El problema de la corrupción se resuelve aplicando la ley, que la PGR investigue pero antes de eso son primordiales las utilidades de Pemex, y hacernos creer con una retórica tramposa que la modernización —que en los hechos significa privatización— va a beneficiar al pueblo de México.
¿Qué requiere Pemex para competir a nivel mundial?
Que se respete la Constitución, que se aplique la ley. Lo que necesita Pemex es que se le permita una autonomía financiera y de gestión. Con todo y que es la vaca lechera del gobierno, es una de las mejores empresas del mundo.
¿Qué escenarios se perfilan en este debate que apenas está iniciando?
El escenario es que el PRI y el PAN se sumarán y lograrán las dos terceras partes de los votos que se requieren en el Congreso. El escenario gravísimo es que se traduciría en pobreza y hambre para la población. Y eso significa conflictos sociales muy fuertes. Peña Nieto insiste en un modelo caótico y confuso como el inglés para el sector eléctrico, se implementó en ese país a principios de los años noventa y los propios ingleses dieron marcha atrás. Lo mejor de la Revolución es Pemex y la CFE, son empresas que han demostrado al mundo que son rentables, siempre y cuando se les deje operar libremente financieramente.