Entrevista a Gerardo Gutiérrez Candiani/Presidente del CCE

Antonio Cerda Ardura

 El nuevo esquema hacendario propuesto por el gobierno sigue dejando fuera del pago de impuestos a millones de mexicanos, y a los sectores que siempre han contribuido se les siguen cargando, afirma, en entrevista con Siempre!, Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Indica que resulta incongruente pedir a los empresarios un esfuerzo adicional para la recaudación de 1.4 puntos porcentuales del PIB para el año próximo, si no se incluye en la reforma, de manera muy puntual, un compromiso gubernamental para la transparencia y la rendición de cuentas.

Gutiérrez Candiani señala que la reforma hacendaria es perfectible y, con ese objetivo, el sector privado dará esta semana sus puntos de vista a las autoridades de Hacienda, con el fin de generar acuerdos que beneficien a los estratos ciudadanos más desprotegidos y salvaguarden a la clase media.

Esfuerzos adicionales

Ha habido opiniones en pro y en contra de la reforma fiscal. ¿Realmente se ha propuesto el esquema que México necesita?

Las reformas hacendarias siempre son complicadas porque implican impuestos y, los impuestos precisamente por eso llevan ese nombre, porque se imponen.

Nosotros habíamos hecho una definición muy clara de lo que necesitábamos en una reforma hacendaria, sobre todo en el contexto que estamos viviendo, que es un proceso de desaceleración muy importante en el país. Queríamos una reforma que ayudara a generar el crecimiento y que fuera promotora de la inversión y el empleo. Pero ahora, en la reforma propuesta hay varias consideraciones que nos obligan a emitir algunos mensajes:

primero: el sector empresarial, como parte de la sociedad mexicana, siempre ha contribuido de manera solidaria y subsidiaria con el Estado mexicano, a través de esfuerzos adicionales de pagos de impuestos, y también con la vocación y el convencimiento de que estos afanes se traduzcan en mejores condiciones de vida para todos. Eso lo seguimos haciendo y lo seguiremos haciendo. Es decir: el sector empresarial está comprometido con México y con los mexicanos.

En segundo lugar, en esta propuesta se le está pidiendo de manera muy clara al sector privado que haga otro esfuerzo adicional para que haya una transferencia real de recursos al gobierno. Y, para que esto suceda, lo que nosotros pedimos y exigimos a la autoridad es que se comprometa, y que en esta misma reforma se incluya, de manera muy puntual, la aclaración de cómo se van a utilizar esos recursos. Se tienen que incluir las partes de transparencia y de rendición de cuentas. Son condiciones indispensables y, además, se trata de demandas del pueblo de México y de la sociedad en su conjunto, de que tiene que haber un mayor compromiso, por parte de los tres niveles de gobierno y de los tres poderes del estado, para que el dinero, los recursos de los mexicanos, se manejen de mejor manera y más eficaz y eficientemente.

La mayor parte de la recaudación adicional de 1.4 puntos porcentuales del PIB para 2014 recaerá en los empresarios, por supuesto, pero, efectivamente, hasta ahora no se ha fijado una política de información sobre la aplicación de los recursos.

El problema es que están pidiendo esfuerzos adicionales a los empresarios, en un momento complicado de desaceleración, pero no vemos la contraparte, sobre todo cuando se anunció que buena parte de esos recursos van a ser destinados al fortalecimiento de los estados y municipios. En muchos de ellos encontramos grandes niveles de opacidad y de ineficiencias: no sabemos cómo se manejan los dineros o si hay duplicidades, etcétera. Así es que resulta incongruente pedir un esfuerzo adicional cuando no se está haciendo el mismo esfuerzo por parte de los tres niveles de gobierno. Otro punto importante que habíamos planteado es que la reforma fuera con equidad y justicia. Con equidad, nos referimos a que todos los mexicanos que estuvieran en posibilidades de contribuir con el país, que son muchos millones, lo hicieran. ¡Esa gran población no está incluida en la reforma! Ése es el gran pendiente. Siguen estando fuera muchos millones que podrían estar contribuyendo, de manera solidaria y subsidiaria, con el desarrollo de México.

Habría que formalizar la economía informal.

No nada más formalizar. Con los impuestos indirectos pueden participar.

Por eso, en la parte de justicia, lo ideal sería que la carga de los impuestos no la llevaran los mismos de siempre. Que a los formales, a los sectores que siempre han contribuido no se les siguieran cargando.

Ésas serían dos condiciones perfectas: equidad, que abarca a todos los mexicanos que pudieran contribuir, y justicia, para que la contribución no se le siguiera cargando a los mismos.

¿Cuál es la razón de que no se haya aumentado la base de contribuyentes?

Yo creo que tuvo que ver la parte económica, pero también la político social, sobre todo por los problemas que se vivieron en las últimas semanas. Pero, al final, si se iba a ir por una reforma…, yo lo hubiera entendido si hubiéramos tenido nada más una Ley de Ingresos-Egresos y una miscelánea fiscal. Pero si se optó por un cambio tan importante como éste, tendríamos que haber ido al fondo de las cosas y hacer un esfuerzo con los impuestos indirectos. Ahí se muerde a la gran mayoría de los mexicanos que pueden pagar y, por supuesto, con la visión y el compromiso de dejar exentos a los deciles más pobres de la sociedad y una canasta básica para no afectar a la gente que más lo necesita.

Proteger a la clase media

¿Cuáles serían los sectores a los que más va a afectar la reforma? Los azucareros, por ejemplo, ya han iniciado protestas por el impuesto a los refrescos.

Contrariamente a lo que se ha vendido, nosotros sostenemos que ésta no es una reforma que afecte a los ricos. Yo creo que esta reforma a la que más impacta es a la clase media. Y la clase media es una de las que hay que proteger, porque es la que trabaja, la que aporta, la más educada, la más competitiva y productiva, y la que mayor riqueza genera para el país. Ésa es una de las cuestiones que vamos a revisar con la autoridad.

Hay otras cosas que también nos preocupan, como las deducciones que se acotaron en lo que tiene que ver con prestaciones legales y previsión social. Había conceptos en los que se podía deducir hasta un 100 por ciento, pero ahora hay un límite de 41 por ciento. ¿Qué va a pasar? Muchas de esas prestaciones son legales o constitucionales, pero las de previsión social, que muchas de las empresas daban de manera adicional a sus trabajadores, a la hora que no son deducibles, están en riesgo. Me refiero a la Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU), a los fondos de ahorro, a la prima vacacional, aguinaldos, etcétera.

Por la otra parte, a la que me refería, el incremento a las personas físicas, de un 30 al 32 por ciento del Impuesto Sobre la Renta (ISR), más las limitaciones de las deducciones personales anuales a montos máximos de 47 mil pesos, más el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en temas que son fundamentales, como educación y vivienda, hacen que el sueldo real y familiar de la clase media se vea disminuido.

Nos preocupa, y es otra de las cuestiones, que el sector primario se vea muy afectado. ¿Por qué? Porque su tasa subió en un porcentaje de más de 40 por ciento. Es decir, del 21 se fue al 30 por ciento, y desaparece el régimen diferenciado que tenía. Como en todo el mundo, el sistema agropecuario se maneja de manera diferente y aquí quitan ese régimen. Aparte de eso, le quitan también todas las exenciones. Es decir, dejan muy, muy vulnerable al sector agroindustrial y agropecuario.

Y sin mayores incentivos.

Si aumentan los impuestos, quitan el régimen y aparte todas las exenciones…, sí se complica mucho el desarrollo de todo ese sector.

Otras cuestiones preocupantes son el IVA de 16 por ciento en la zona fronteriza y la eliminación de la deducción inmediata para activos fijos, porque tiene un impacto directo en los niveles de inversión.

Todos estos puntos, como el referente al de las personas morales, que aunque les mantienen el ISR al 30 por ciento, sí les aumentan la parte de dividendos y la parte de PTU, hacen que a un accionista, a la hora que le dan sus utilidades, llegue a pagar hasta un 47 por ciento de impuestos. Eso lo deja totalmente fuera de competencia con otras economías.

Nosotros tenemos una muy buena relación y una comunicación permanente con la autoridad, y, precisamente, ésos son los puntos sobre los que nosotros vamos a hacer un análisis muy puntual esta semana, para que, con base en lo que nos preocupa, podamos generar acuerdos que se traduzcan en una reforma que realmente beneficie a las clases más desprotegidas, con las que todos estamos comprometidos, pero que también ayude a reactivar el sector productivo nacional.

Y también hay que reconocer cosas muy positivas que trae la reforma. La autoridad recoge, de manera muy puntual, algunos de los pedimentos del sector privado, como lo relativo al Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el impuesto al efectivo, o el esquema de formalización, que ojalá funcione y que se daría en el mediano y largo plazo. El cambio de régimen fiscal para Pemex, por ejemplo, le puede dar a esa empresa un margen importante. La eliminación de los subsidios a las gasolinas también puede ser positiva, ya que nosotros estamos convencidos de que la gente que más utiliza esos combustibles es la de mayor poder adquisitivo. Es decir, y para que no se malinterprete, ese subsidio se va a la gente con mayores recursos y no a la más pobre.

Obviamente esto no le gustaría a todo el mundo.

De hecho, hemos ido quitando el subsidio. La verdad es que ya hay muy poco subsidio. Básicamente el programa que impulsa la Secretaría de Hacienda, a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT), de generar mejores procedimientos y derechos para los contribuyentes, es muy bueno, porque ayuda, y da certidumbre y mayor confianza.

En resumen, la reforma trae cosas muy positivas, pero otras que nos preocupan y nos ocupan. En ese sentido será nuestro diagnóstico y nuestro diálogo con la autoridad hacendaria, con la que tendremos que llegar a acuerdos para que lo que pueda ser perfectible y ajustar en beneficio de todos, lo enmendemos.

 

IVA gradual

¿Qué opina usted de la exención de impuestos a medicinas y alimentos. ¿Cómo afecta al sector empresarial?

Es que los impuestos indirectos son los más justos, en el sentido de que son más equilibrados, porque abarcan a la mayoría de la población. Lo que hay que hacer con ese tipo de gravámenes es dejar los deciles más bajos exentos y generar una canasta básica de productos que queden sin el IVA. Pero sí debemos transitar hacia IVA gradual, impuestos que vayan poco a poco, y a través de los años, abarcando más, al tiempo que todos en el país vayamos contribuyendo.

¿Deberíamos concluir que ésta es una reforma hacendaria a medias?

Yo creo que es una reforma perfectible. Nosotros vamos a medir los impactos reales en la economía, en la inversión, en el crecimiento y el empleo, y, con base en esos criterios, vamos a ir con la autoridad, con los partidos políticos y con el Congreso a decirles y proponerles qué cosas deberían de cambiar. No iremos con la visión de las necesidades del sector empresarial, sino con la visión de lo que necesita el país para generar mayores niveles de inversión y de empleo, y también de que no se afecte a la clase media, que es fundamental para el desarrollo nacional.

Es previsible que la visión empresarial choque, principalmente, con la izquierda.

Yo creo que muchas de las visiones que tenemos en estos temas los comparte la izquierda y no tenemos que chocar con nadie. Estoy seguro de que ni la izquierda, ni el PRI, ni el PAN van a querer afectar a la clase media. Me parece que la izquierda responsable quiere un sector productivo con las herramientas suficientes para poder generar más y mejores empleos. Así que en lo básico no veo diferencias sustanciales.

Los mexicanos deben estar absolutamente convencidos de que tienen un sector empresarial muy responsable, que contribuye y va a seguir contribuyendo con México y el Estado mexicano, con el único convencimiento de que a través de este esfuerzo podemos mejorar las condiciones de vida de todos.