DE POLÍTICA RAZONADA

 

Michoacán

 

 

Los políticos tímidos e interesados se preocupan

mucho más por la seguridad de sus puestos

que por la seguridad de su país.

Thomas Macaulay

 

Carlos Alberto Pérez Cuevas

El fin de semana pasado tuve la oportunidad de estar en Morelia. Visité esa hermosa ciudad colonial con motivo del Encuentro Nacional de Coordinadores de Legisladores Locales del Partido Acción Nacional; el bullicio, la algarabía y el ánimo festivo se veía por todos los rincones de la antes llamada Valladolid, el motivo era el Festival Internacional de Cine; restaurantes, cafés y bares no contaban con un solo espacio libre y había muchas personas en espera.

Lo más sorprendente para mí y muchos de los legisladores venidos de todos los rincones del país fue el espectáculo de luz y sonido que a las 8:45 de la noche del sábado se realizó en la Catedral Moreliana —así se hace semana a semana—; vivimos una grata sorpresa al observar a miles de personas que se concentraron sobre la avenida Madero, ver familias completas caminando y disfrutando, se rompía en ese momento la concepción que a nivel nacional se tiene de Michoacán.

Desafortunadamente pasaron sólo unas horas para que quedara claro que en Michoacán las cosas no están bien; las acciones violentas de la delincuencia se recrudecieron y se hicieron presentes con mucha mayor fuerza, alcanzando incluso a la capital del estado, con la quema de estaciones de gasolina. Pero vayamos por partes, mucho se criticó el combate frontal que emprendió el gobierno de Felipe Calderón, hoy al paso del tiempo vemos que la estrategia implementada en este gobierno del PAN no era errada y por el contrario generaba acciones concretas y eficaces que daban tranquilidad a los michoacanos.

Con la delincuencia no se puede ceder ni se debe nunca negociar, es como vender el alma al diablo, siempre se perderá y lo peor en este caso es que tarde que temprano los que más pierden son los ciudadanos.

El deber y la obligación de las autoridades es devolver la paz y la tranquilidad a los ciudadanos de Michoacán, no se vale que se echen la bolita unos a otros, sólo trabajando coordinados podrán hacer frente a este flagelo; hoy esta entidad sufre los errores de estrategia y acción del gobierno federal que a casi un año de gobierno no da certeza de que sepa lo que está haciendo, se suma una serie de caprichos y berrinches políticos entre los actores estatales que gobiernan.

Un día los michoacanos tienen un gobernador y al otro amanecen con que ya cambió, los motivos todos los sabemos: Fausto Vallejo, un gobernador constitucional que no ha demostrado que su salud se encuentra al cien por ciento, regresa a ocupar un espacio que dejó obligado por una afectación física; regresa sin la venia del gobierno federal y realiza reacomodos en su gabinete, que dejan el estado en incertidumbre y como caldo de cultivo para que la violencia crezca.

Basta de caprichos y diferencias entre los políticos priistas del estado y de la federación que afectan gravemente la seguridad; por el bien de esta entidad, pónganse de acuerdo y cumplan con el mandato ciudadano: evitar un Estado fallido y devolver la paz y la tranquilidad a Michoacán.

 

 @CarlosPereznz

carlospereznz@gmail.com