Carmen Galindo

 Aunque es gran noticia que varias obras de L’Orangerie están en México en el Museo Dolores Olmedo, (dicen que destacan unas siete de Soutine), la verdad, y aunque usted no lo crea, me deslumbra más todavía que estén 31 Riveras y 40 Kahlos en L´Orangerie. En su comentario sobre esta muestra, Vilma Fuentes asegura que tanto la directora del museo, como la curadora de la exposición, le aseguraron que Diego Rivera es poco conocido ahora en Paris, mientras allá, como en Estados Unidos, existe la Fridomanía. Este comentario me recordó un libro de Oliver Debroise que se titula Diego de Montparnasse y que revela que el pintor mexicano era una celebridad entre celebridades como Picasso o Modigliani. Debroise relata anécdotas y testimonios de artistas que, en efecto, veían llegar la monumental figura de Diego a La Coupole. El mismo Ilia Ehrenburg se inspira en la figura de Diego para escribir su novela Las extraordinarias aventuras de Julio Jurenito y sus discípulos, que, en mi opinión, no le hace justicia a la personalidad del pintor, pero que ahí ha quedado para la curiosidad literaria.

En el Museo Dolores Olmedo, ya sabe usted aquí en La Noria, están al alcance de los ojos obras de Picasso, Cézanne, Gaugin, Modigliani, Matisse, Degas, Renoir, Rousseau, Utrillo y, por supuesto, Monet.

Raquel Tibol

Hace dos semanas se transmitió una entrevista radiofónica que le hizo Humberto Musacchio a la crítica de arte, y escuché de viva voz de Raquel contar un hecho que a mí me ha dejado estupefacta. Relató que cuando David Alfaro Siqueiros realizó su fallido atentado a Trotski iba en la camioneta de Diego Rivera.

Siqueiros, estalinista

La primera vez, hace años, que leí un texto de Raquel en que afirmaba esto, supuse que a la semana siguiente todos los espacios culturales se dedicarían a esta revelación de tan autorizada fuente. Yo pertenezco a una generación que siempre supo que Siqueiros, estalinista convicto y confeso, había tratado de asesinar a Trotski, y en el Museo Trotski, en las calles de Río Churubusco, se muestra a los visitantes los impactos de las balas. Los trotskistas mexicanos, antes del Grupo Comunista Internacionalista y después del Partido Revolucionario de los Trabajadores, siempre han considerado persona non grata a Siqueiros.

Diego, trotskista de hueso colorado

Al contrario, como es sabido, Rivera es quien solicita a Lázaro Cárdenas la entrada a México de Trotski, quien no era admitido en ningún país.

El “Manifiesto por un arte revolucionario independiente”, que aparece, en la edición de Juan Pablos, como texto de Trotski, en un principio, (porque está prohibido a los extranjeros participar en política en México), se conoció con las firmas del surrealista André Breton y de Diego Rivera, y nunca se dudó de que colaboraron uno y otro en el texto.

Por cierto, en ese manifiesto Trotski sostiene ideas sobre el arte diametralmente distintas a su pensamiento anterior, es decir, antes de venir a México desconfía incluso de los futuristas soviéticos a los que califica de burgueses. No obstante si comparamos a Lenin, Stalin y Trotski, éste es, sin duda, el que mejor conoce la literatura soviética y se encarga de ofrecer un panorama con clasificaciones tan precisas y creativas como la vanguardia futurista, los populistas y los del “exilio interior”. Hay un texto de Trotski de aquellos años que es premonitorio, en él conjetura que el formalismo ruso es la única corriente que puede oponerse al marxismo y si, como hemos visto, el formalismo ruso es el padre del estructuralismo, su augurio es totalmente cierto. Pero regreso a Rivera.

En un momento, en la dirección del Partido Comunista Mexicano, están tres pintores: Xavier Guerrero, Siqueiros y Diego. Acusado de trotskista, deciden la expulsión de Rivera. Acto seguido y para que la expulsión sea por unanimidad, Diego vota diciendo que Diego Rivera, estalinista, expulsa a Diego Rivera trotskista. En resumen, no cabe duda de que todo mundo considera a Diego trotskista y a Siqueiros estalinista, y ahora resulta que Raquel Tibol, que no habla jamás sin tener las pruebas, asegura que el atentado de Siqueiros contra Trotski se realizó en una camioneta de Rivera. Sorprendente ¿no?

Siqueiros reconciliado con López Mateos

Y un colofón sobre Siqueiros. Todo mundo supo que Siqueiros, que era amigo de Adolfo López Mateos, precedió en una gira al sur del Continente al presidente mexicano y en todos lados lo criticó. Siqueiros fue a dar a la cárcel y ahí permaneció no sé cuanto tiempo, Julio Scherer entrevistó al pintor en Lecumberri y el libro, si no recuerdo mal, se llamó La piel y la entraña, Neruda le dedicó el poema que comenzaba con  “aquí te dejo con el sol de enero” y que terminaba con el estremecedor “México está contigo prisionero”, la propia Raquel Tibol lo saludaba invariablemente en su programa de Radio Universidad. Pues bien, en una entrevista de TV Siempre, la nieta de López Mateos, Giuliana Zolla de Marín, muestra una foto del pintor y López Mateos juntos, luego de que Siqueiros fue liberado. Y Giuliana comenta que con esa foto se demuestra que finalmente su abuelo y el pintor se reconciliaron.

Bruno Traven y Esperanza López Mateos

La hermana adoptiva de López Mateos, Esperanza, era la traductora de Bruno Traven y de ahí surgió el rumor de que el misterioso escritor era ella misma. Años después, Luis Spota descubrió la identidad del escritor, quien se dice vivía en casa de Gabriel Figueroa o por lo menos siempre estaba en sus fiestas . Hace unos meses, un alumno me trajo un ejemplar de Puente en la selva, que tiene en su primera página un dibujo de Traven de la pintora Antonieta Figueroa. No es extraño. La “Güiri” es la viuda de Gabriel Figueroa. Y Roberto Figueroa, hermano del fotógrafo, fue a su vez viudo de Esperanza. Los Figueroa Mateos eran primos de López Mateos. Como el mundo es un pañuelo, resulta que la esposa de Traven es la mamá de la economista Rosa Elena “Chelena” Montes de Oca, que estaba en la revista Punto crítico, la de los ex presos del 68.