Entrevista a Ángel de la Vega/Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la UNAM

Nora Rodríguez Aceves

En relación con la reforma energética, “la impresión que tengo es que se está crispando la situación, se están enconando las posiciones, lo cual no ayuda a ver por dónde ir; si estamos de acuerdo en que hay problemas, si hay cierto consenso en el diagnóstico de que es un sector que requiere mejorar, podría haber algunas bases mínimas para llegar a algunos consensos que permitan avanzar, porque no tiene caso estacionarnos en una especie de caracterización negativa de una serie de problemas que tienen que ver con el sector; si no se apunta hacia delante, si no se apunta hacia las soluciones —y este es un tema que se presta a diferentes posiciones—, interpretaciones, enfrentamientos y en este momento hay una situación bastante tensa porque no se ve por dónde pueda haber algo que satisfaga, no solamente a la conducción política del país sino también a la sociedad, que es el punto importante”, explica Ángel de la Vega Navarro, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Se ha dicho que las propuestas del PRI y del PAN están cercanas; “yo no lo veo así, la del PAN es una propuesta bastante radical, de abrir el sector a las fuerzas del mercado, sí hay una idea de que lo mejor —por ejemplo, en el caso de la exploración y producción— son las concesiones, sí hay una idea de que toda la cadena se abra a la inversión privada, y el PRI no va exactamente en esa misma dirección”.

Es posible ponerse de acuerdo

Ahora, que se pongan de acuerdo “es posible, y quizá ese acuerdo se vaya a alinear más hacia la propuesta del PAN que a lo que fue inicialmente la propuesta del Ejecutivo federal porque ahí es donde empiezan las negociaciones, y ahí donde empieza el cómo sacan esta reforma, y si la sacan con el apoyo del PAN; obviamente, el PAN buscará que esa reforma se apegue más a sus propuestas, que repito, son propuestas bastante radicales en cuanto a lo que tradicionalmente venía siendo ese sector en México, es decir, una apertura completa. Ahí sí las fuerzas del mercado penetrando en todos las puntos de la industria, y ahí es donde está el tema; en lo único en que sí coinciden es en que las dos plantean reformas constitucionales, pero no exactamente en los mismos términos ni en los mismo puntos: el PRI no acepta las concesiones y todavía no se ve con claridad hacia dónde vaya a haber un acuerdo de esas dos fuerzas”.

Mientras que “el PRD ha sido bastante radical en su posición también en el sentido de que puede haber una reforma sin cambios constitucionales, únicamente con cambios en las leyes secundarias, ahora se supone que próximamente se llegará a alguna salida, en la cual tienen que tener mucho cuidado porque puede enconar esa situación que mencionaba inicialmente”.

“Una reforma no solamente son ciertos principios sino que pasa por cambios en las leyes secundarias y después qué tipos de contratos se ofrecen; cuando se habla de que se ofrecen contratos, es porque se busca que otros actores más allá de Pemex participen en la industria, y cuando digo otros actores me refiero a las empresas petroleras, las empresas energéticas, las empresas de servicios, que acepten venir a participar en las actividades de la industria sobretodo en exploración y producción, pero ellos no vendrán si no tienen ciertos compromisos, garantías, beneficios, etc., y parecería que la idea de ofrecer contratos que van más allá de la utilidad compartida es precisamente porque se está buscando que haya inversión. Pero lo que pasa es que si esto no se hace con cuidado puede ser muy negativo para México porque no es nada más decir aquí están los contratos y lleguen y pónganse a hacer; no, se requiere de algo de lo que hay mucha carencia aquí en México, se requiere primero un Estado que fije reglas con mucha claridad y que las haga respetar, decir, ustedes vendrán porque los necesitamos, aquí están estos contratos, y luego las cosas serán así, el Estado tiene que captar toda la renta, las empresas tienen que pagar impuestos, tienen que invertir, unas serie de cosas que son muy importantes.

Y cuando digo Estado digo también instituciones de regulación en cualquier país que abre su industria a la participación privada mediante una serie de contratos que ya existen usualmente en la industria petrolera internacional; lo que hace un país —y está ahí el caso de Noruega, incluso, el caso de Brasil—: empieza por fortalecer sus instituciones de regulación”.

Aquí la pregunta es: “¿Tenemos una institución de regulación para que vigile y supervise cómo se lleva a cabo esa participación privada y el seguimiento de las condiciones de los contratos? La verdad, la respuesta en este momento no la tenemos, la Comisión Nacional de Hidrocarburos no es una instancia con la capacidad, los recursos humanos, financieros, para seguir todo un proceso de apertura, como a la que podrían llegar eventualmente el PRI y el PAN si llegan a un acuerdo”.

Cuidar los intereses del país

“Una cosa es decir, efectivamente como en todos lados, se puede aceptar que haya inversión privada, tienen su papel, tienen sus objetivos, pero es muy importante cuidar los intereses del país, porque el país es el que se abriría a la inversión privada, no para que la inversión privada haga lo que quiera y cómo quiera, sino porque se tienen ciertos objetivos, ir a aguas profundas; y la apertura —en caso de que se realice— y los contratos —en caso de que se ofrezcan— tienen que ser benéficos para los objetivos que puede tener este país, no nada más para los objetivos que tenga la inversión privada.”

“Una apertura toma tiempo, construir todo un marco constitucional toma tiempo, y de pronto, si México se ha tardado tanto en eso, unos dos, tres años más tampoco es una tragedia, porque si se hacen las cosas con premura puede ser muy negativo para los intereses del país, si se hacen las cosas sin un fortalecimiento institucional puede ser muy negativo para este país.”