LA REPÚBLICA

 

Impuestos y clase media

Para los clasemedieros atribulados por el alza de impuestos y de requisitos fiscales que cada año imponen Hacienda y la Cámara de Diputados, circula en internet el “Diálogo entre Colbert y Mazarino durante el reinado de Luis XIV de Francia”. Ahí se muestra la lógica que aplican nuestros ilustrísimos funcionarios y “representantes populares” para exprimir cada vez más a los contribuyentes. Dice así:

Colbert: Para conseguir dinero, hay un momento en que engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta al cuello…

Mazarino: Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión.  ¡Pero el Estado…! ¡Cuando se habla del Estado, eso ya es distinto!  No se puede mandar el Estado a prisión.  Por lo tanto, el Estado puede continuar endeudándose. ¡Todos los Estados lo hacen!

Colbert: ¿Ah, sí? ¿Usted piensa eso?  Con todo, precisamos de dinero, ¿y cómo hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?

Mazarino: Se crean otros.

Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.

Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible.

Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos?

Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, sí.

Colbert: Entonces, ¿cómo hemos de hacer?

Mazarino: Colbert, ¡tú piensas como un queso de Gruyere o como un orinal de enfermo! Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquéllos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a ésos a los que debemos gravar con más impuestos, cada vez más, ¡siempre más! A ésos, ¡cuánto más les quitemos más trabajarán para compensar lo que les quitamos! ¡Son una reserva inagotable…!

El diálogo se supone que ocurrió en la Francia de Luis XIV, pero algunos maledicentes dicen que fue en el México de Luis V, este México de 2013 en el que cayeron las expectativas de crecimiento del PIB de 3.9 a menos de uno por ciento; este México donde cada vez se angosta más el futuro y donde a los gobernantes lo único que se les ocurre es seguir rematando el patrimonio nacional en la más descarnada tradición salinista.

El mensaje para la desastrosa e insaciable clase política es que si saben contar, no cuenten con nuestro voto. ¡Ya estuvo suave!