Estados Unidos, Rusia y China

Frida Modak

El año 2013 terminó con lo que ha sido una especie de característica en la vida política de los países africanos: con una confrontación armada en Sudán del Sur, la que sería la tercera guerra civil que esa nación enfrenta en 50 años.

Aunque el secretario general de las Naciones Unidas advirtió que esa joven nación no está sola y el Consejo de Seguridad  aprobó el envío de 6 mil cascos azules más, con lo que los militares enviados a ese país suman 12 mil 500, la situación  dista de estar bajo control.

El problema básico se encuentra en la riqueza petrolífera del territorio sudanés en su conjunto, lo que en esta oportunidad  determina que el asunto se convierta en un conflicto que trasciende las fronteras de Sudán del Norte y Sudán del Sur y se inserta en otro conflicto de dimensiones mayores.

Nos estamos refiriendo a la pugna por la hegemonía mundial, en la que el petróleo se ha convertido en un factor de primera importancia, como ya lo hemos visto en las invasiones de fuerzas extranjeras y en las confrontaciones internas, especialmente en naciones africanas en los últimos años.

Son tres los países que están inmersos en esta pugna, Estados Unidos, Rusia y China, pero eso no deja de lado a otros, como Brasil, que ya ha adquirido la categoría de nueva potencia petrolera, y tampoco a México, que ha introducido modificaciones en la legislación dictada  al nacionalizar esta riqueza.

 

Cambios a nivel  mundial

La Agencia Internacional de Energía entregó a mediados de noviembre último un informe en el que señala que al trasladarse la demanda a los países emergentes y al aumentar el crudo liviano con el uso de nuevas tecnologías, cambiará el cuadro energético a nivel mundial.

Esto irá acompañado de un alza en los precios del petróleo hasta llegar el año 2035 a los 128 dólares por barril. La Agencia Internacional de Energía estima que la demanda petrolera será un tercio mayor a la  registrada el año 2011 y llegará, el año señalado, a los 101 millones de barriles diarios.

Según esta misma agencia, se utilizarán nuevas técnicas que el año 2016 convertirán a Estados Unidos en el primer productor de petróleo en el plano mundial y que en el 2035 será autosuficiente en el plano energético, en tanto que China y la India se transformarían en los mayores consumidores de energéticos.

Según algunos informes, el título de primer productor sólo le duraría a los estadunidenses durante diez años y luego se necesitará que aumente la producción petrolera de los países árabes, pero el Departamento de Energía espera que la producción de petróleo se mantenga en 10 millones de barriles diarios entre 2020 y 2040.

Esta riqueza petrolera estadunidense no es nueva, al igual que el gas, proviene de las arenas y rocas de esquisto, pero la explotación es más costosa y por ese motivo se la mantenía como una suerte de reserva sobre la cual tampoco ahora se han proporcionado mayores antecedentes.

Los liderazgos

Estas proyecciones y cambios inciden también en aspectos políticos, porque la competencia induce a que se modifiquen principios considerados fundamentales  en algunos países, a la vez que se debilitan los propósitos de darle la preferencia a la energía no contaminante.

Pero el punto más importante es el relativo a la posición política y estratégica no sólo de los países que se disputan el liderazgo a nivel mundial, sino que también se refleja en los aspectos regionales.

Empresas estadunidenses habían obtenido la concesión para explotar el petróleo de la Faja del Orinoco en Venezuela, pero cuando asumió el gobierno el presidente Chávez ésta se anuló y empresas rusas ganaron la nueva licitación.

En México, las modificaciones a la ley que nacionalizó el petróleo, permitirán que los yacimientos petroleros del Golfo de México sean explotados en conjunto por empresas mexicanas y estadunidenses.

En Brasil, dos empresas petroleras chinas, junto a la francesa Total, la Shell holandesa y la brasileña Petrobras, con la cual formaron un consorcio, ganaron la licitación del campo de Libra, que es el mayor yacimiento petrolífero que se ha descubierto en el país sudamericano.

Varios países de América del Sur han nacionalizado la explotación del petróleo y el gas, así como de otras riquezas básicas, lo que si bien crea  situaciones distintas, también establece, en ambos casos, que lo que prevalece son los derechos e intereses de los países a los que pertenecen esos recursos.

Estas situaciones se dan en todas partes, no sólo en nuestra región y conllevan a lo que se ha denominado una pugna por la hegemonía a nivel regional y mundial.

Estados Unidos, Rusia y China aparecen como las piezas más importantes de esta competencia y sus políticas y acciones se desarrollan en los distintos continentes y regiones.

Los países europeos, que fueron los colonizadores de África y de América, no son ajenos a lo que sucede allí, pero ya no son los protagonistas. África y América Latina, con todas las riquezas que los demás ambicionan, aún no se ven como parte de la pugna por la hegemonía.