¡Legalización de autodefensas!

Félix Fuentes Medina

Los secuestros y las extorsiones, principales males de la nación, se conjugan con corrupción y pobreza, sin que se adviertan prontas soluciones. Prevalece la desconfianza debido al poderío de los cárteles, ahora acosados por autodefensas, éstas en vías de ser legalizadas.

Sin lograr la captura de los principales capos de Michoacán, la Secretaría de Gobernación se arroga victorias en ése y otros estados, pero ni sus cifras a la baja coinciden con las de organismos particulares.

En secuestros, México ocupa el primer lugar mundial y, según cifras del gobierno federal, el año pasado fueron cometidos mil 695 plagios en el país, pero la organización Alto al Secuestro contabilizó dos mil 754 en el mismo periodo.

Isabel Miranda de Wallace preside dicha institución y destaca que muchos más secuestros no son denunciados por miedo de las víctimas. En el Distrito Federal, ella tiene registrados 202 casos en 2013 contra los 60 que menciona el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad pública.

Los secuestros causan temor a la población porque se asesina a elevado número de plagiados tras de ser pagados los rescates.

El jefe de Gobierno del DF, el apartidista Miguel Ángel Mancera, tiene predilección en tergiversar realidades de la ciudad de México. Minimiza los secuestros, niega la penetración del narcotráfico y en su burdo blindaje de seguridad coloca a cuatro o cinco policías en cada acceso a la metrópoli sin que sepan cómo identificar a narcotraficantes.

Los decesos violentos, derivados de la delincuencia organizada, también dan lugar a cifras diferentes a las reales. En su principal intervención en Davos, Suiza, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que durante su gobierno de 14 meses disminuyó en 30 por ciento la comisión de homicidios culposos. Instituciones particulares difieren de ese porcentaje en al menos diez puntos.

 Las extorsiones aumentan en todo el país. El gobierno federal no puede acabarlas y Michoacán es principal referencia de esa práctica. En esa entidad, las autodefensas se apuntan victorias sobre Los Caballeros Templarios y las fuerzas federales desempeñan acciones secundarias.

La versión oficial de que las autodefensas serían eliminadas fue falsa. Utilizan armas de alto poder, han conquistado numerosas poblaciones en Tierra Caliente y el comisionado de seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, anunció la ¡legalización de esos grupos!

Castillo firmó el lunes pasado, con las autodefensas, un acuerdo para que las mismas se conviertan en cuerpos de defensa rural y, eventualmente, formen parte de  seguridad municipal.

La institucionalización de las autodefensas constituye un fiasco mayúsculo porque el régimen de Peña Nieto renuncia a su facultad exclusiva de garantizar seguridad y bienestar a la población con fuerzas del Estado.

El mismo Castillo declaró, al asumir su nuevo cargo, que “las autodefensas ya no tenían razón de ser”. Y quien fue asesor del presidente Peña Nieto, el colombiano Óscar Naranjo, dijo que el Estado no debe permitir a grupos ciudadanos defenderse de criminales con armas propias.

Sin embargo, tan descomunal pifia será consumada, de confirmarse el acuerdo del comisionado Alfredo Castillo con las autodefensas. Esto conduce a poner en manos de particulares la obligación oficial de garantizar seguridad a los ciudadanos. Barbaridad inusitada.