El ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), Edward Snowden, teme ser asesinado por el gobierno estadounidense y descarta la posibilidad de un juicio justo en su país, donde la fiscalía general le ofrece entablar conversaciones si acepta su culpabilidad. Mientras, ¿el espionaje se detiene? 

Snowden, quien se encuentra refugiado en Rusia desde agosto del año pasado, luego de sus impactantes revelaciones sobre el espionaje masivo que realiza Estados Unidos, concedió una entrevista a un canal de la televisión pública alemana ARD, la cual fue transmitida el domingo 26 de enero.

En el material periodístico, el también ex técnico de la CIA denunció que “los representantes del gobierno (estadounidense) me quieren muerto”, y puso como ejemplo un artículo publicado en la página web “Buzzfeed” en que presuntos miembros de agencias de inteligencia del gobierno estadounidense expresaron su deseo de asesinar al ex analista.
“Estas personas son funcionarios del gobierno y han dicho que les gustaría meterme un tiro en la cabeza o envenenarme cuando salga del supermercado o ver cómo me muero bajo la ducha”  expresó Snowden. De hecho, antes de la entrevista, el abogado del ex consultor Anatoli Kucherena, había advertido que su cliente temía por su vida, por lo que utilizaría un guardaespaldas.

 Hasta el momento, el efecto de las revelaciones de Snowden ha tenido un impacto escandaloso en los medios masivos de comunicación y evidente disgusto en algunos gobiernos aliados de Estados Unidos, pero poco o nada en cuanto a medidas que impidan el espionaje se investigue y se castigue los posibles delitos.

La información de Snowden ha sido publicada por diarios como The Guardian y The Washington Post y revela la existencia de programas de espionaje que operan, tanto en la red telefónica en Estados Unidos, como en los servidores de las principales compañías de Internet, tales como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple. Hasta el momento sólo se conocen tibios deslindes de estas compañías, pero nada claro sobre el cese de los procesos espías.

El escándalo mayor ocurrió cuando algunos documentos de Snowden revelaron la vigilancia de líderes mundiales de la talla de la canciller alemana, Angela Merkel y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Hecho que generó fricciones diplomáticas y repercusiones políticas que afectarán en el futuro.

Snowden aseguró que ya no se encuentra en posesión de ninguna información, pues ésta ha sido trasladada a varios periodistas, pero en la entrevista con la televisión alemana, indicó también que el gobierno estadounidense  realizó espionaje industrial.

En este contexto, mientras el gobierno estadounidense quiere que Snowden se declare culpable para ser juzgado en Estados Unidos, el ex analista sólo regresará a su país si se le concede una amnistía. Mientras, información muy valiosa se encuentra a la espera de ser publicada.