Entrevista a Juan Reyes del Campillo/Profesor-investigador de la UAM-Xochimilco

Nora Rodríguez Aceves

La reforma político-electoral es una reforma que básicamente tiene que ver con los partidos políticos. No es una reforma que venga de la sociedad civil o de las organizaciones ciudadanas; es una idea de los partidos políticos que viene fundamentalmente a consolidar su figura y su presencia  en la representación política.

“Por ejemplo, la cuestión de la reelección legislativa y de presidentes municipales es para fortalecer a la clase política; el aumento del umbral para mantener el registro de partido político del 2% al 3% es para buscar que se mantengan por lo menos los principales partidos políticos y que  difícilmente entren nuevos partidos al juego político y así hay varios aspectos que tienen que ver con la reforma que benefician sólo a la clase política”.

Sin embargo, “es una reforma constitucional y hay cosas que son importantes tomarlas en cuenta, como es el caso de las coaliciones que es la posibilidad de desarrollar una coalición política en el gobierno, cuando algún partido político gane la Presidencia de la República, pero sin mayoría en la Cámara de Diputados, y así hay un conjunto de reformas que están ahí y que tienen la intención desde mi punto de vista de fortalecer la vida institucional, pero de las fuerzas políticas que están en lo que sería hoy el sistema de partidos”, afirma Juan Reyes del Campillo Lona, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-Xochimilco).

Antecedentes

El pasado 31 de enero, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó la reforma constitucional en materia político- electoral, aprobada por el Congreso de la Unión y la mayoría de las legislaturas estatales.

De acuerdo con el Ejecutivo con esta reforma “ganan los ciudadanos y habrá más gobiernos que cuenten con instrumentos constitucionales que faciliten el diálogo y los acuerdos. La reforma político-electoral es un paso importante hacia la consolidación de la democracia  en México”.

Cabe mencionar que la reforma permite establecer gobiernos de coalición, figura que alienta la corresponsabilidad entre los poderes Legislativo y Ejecutivo; la equidad de género, al reconocer el papel central que deben tener las mujeres en la toma de  decisiones de nuestro país; la reelección legislativa consecutiva hasta por 12años; se logra la autonomía de la Procuraduría General de la República que se convertirá en la Fiscalía Nacional de la República; la autonomía del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, entre otros puntos.

En opinión del politólogo, el espíritu de esta reforma constitucional en materia político-electoral “es evitar lo que fue en el proceso anterior el uso de recursos públicos, lo que se llama compra y coacción del voto, se busca sobre todo evitar que los medios de comunicación estén «otorgándoles tiempos» a los candidatos o a los partidos políticos que se dice que son tiempos disfrazados que por debajo del agua les pagan, pero los medios hacen como que no recibieron recursos, se está buscando evitar una serie de, yo diría, cuestiones poco éticas en la competencia política”.

Una figura que integraron los legisladores a la Constitución Política fue la de establecer gobiernos de coalición, figura que empezaría a ejercerse el 1de diciembre de 2018; con él se propone que el Presidente de la República, en cualquier momento, pueda optar por una coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión.

“De esta forma, en cualquier momento, el Poder Ejecutivo puede, junto con cualquiera de los partidos políticos, definir conjuntamente un programa de gobierno y una agenda legislativa”.

Ya se perfilaba en el Pacto por México

En este sentido, el exconsejero del Instituto Electoral del Distrito Federal explica a Siempre! que el gobierno de coalición “es algo de lo que yo podría decir que el país está muy cerca, hace algunos meses ya se perfilaba un poco esta idea, de que una mayoría en el Congreso apoye las propuestas del presidente, desde luego es hasta cierto punto la idea del Pacto por México. La  idea del presidente Enrique Peña Nieto fue buscar una serie de alianzas con algunos partidos sobre todo para obtener esa mayoría y poder lograr las reformas estructurales”.

Además, los gobiernos de coalición se podrán ejercer hasta el 2018, cuando el presidente Peña Nieto deje el poder “no cambiará antes, pero digamos que se está pensando ya en el 2018, pues tenemos ya varios presidentes o todos,  después 1994, que han llegado al Poder Ejecutivo con una votación que no es de mayoría absoluta, es mayoría relativa”.

Reyes del Campillo Lona recuerda lo que escribió en un artículo titulado “¿Hora de compartir el poder?”, publicado en el 2011 en la prensa nacional:  “que detrás de esta figura de gobierno de coalición está la necesidad de cambiar la lógica de cómo se construyen no solamente los acuerdos políticos sino los compromisos de gobierno. Ante ello, las propuestas del Ejecutivo serían sustentables si se involucra desde el principio al mayor número de legisladores posible, en el entendido de que se tratará de políticas públicas compartidas. Es una manera de compartir el poder…”.

Reyes del Campillo asegura en la entrevista con Siempre! que “en México, lo que estoy vislumbrando claramente es que habrá una derecha dividida y una izquierda dividida, del lado de la derecha, estará el PAN, el PRI y algunos partidos que los acompañan, y del lado de la izquierda es obvio que estará el PRD y también estará Morena y probablemente los otros grupos que están alrededor de ellos,  pero lo que se está perfilando es precisamente,  yo le llamaría como el doble bloque de partidos políticos, un bloque de la izquierda y un bloque de la derecha y que van desde luego a establecer alianzas y seguramente coaliciones que también habría que pensar si eso repercutirá a nivel de los estados, porque es muy probable que así sea”.

De darse un gobierno de coalición, el presiente de la república será quien saldrá a buscar “la coalición o a propiciar la coalición buscando en el Congreso una mayoría  que le apruebe sus propuestas, lo que pasa es que estas propuestas finalmente son negociadas, la reforma político-electoral es una reforma negociada, la energética es una reforma negociada, porque son reformas constitucionales y ningún partido tiene esa mayoría, por supuesto que la principal fuerza la tiene, digamos. que el PRI con el presidente, y es el que pone un poco las reglas o las propuestas”.

Ventajas de la coalición

El doctor en estudios sociales por la UAM comenta que más que desventajas, un gobierno de coalición tiene ventajas para gobernar, “lo veo más bien como un mecanismo para evitar la parálisis y para precisamente gobernar y quien lleva el bastón de mando es el presidente que será el que convoque a esta alianza,  bueno si es él que convoca porque esto debió de haber sido desde el año 2000 y Vicente Fox nunca se sentó, nunca convocó a los partidos a eso, el mismo Felipe Calderón tampoco lo hizo, el que sí lo hizo fue Peña Nieto, que planteó un pacto entre las fuerzas políticas y entonces eso es lo que de alguna manera cambia la perspectiva del mismo gobierno”.

Además, agrega que la reforma también señala que en caso que el presidente opte por la coalición, entonces los nombramientos que haga de los secretarios de Estado tendrán que ser ratificados por el Congreso de la Unión, salvo los de los titulares de los ramos de Defensa Nacional y Marina”, lo cual desde el punto de vista de Juan Reyes del Campillo no resta poder al Ejecutivo federal; al contrario es “un avance de la política mexicana en el sentido de que muchas de las decisiones serán compartidas, un avance en el sentido  que las decisiones serán tomadas no sólo por el Poder Ejecutivo o por el presidente sino que tendrán que tener la convalidación del Congreso de la Unión, Cámara de Senadores y Cámara de Diputados”.

Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado cuando se realicen las leyes secundarias en la materia, “desde luego, el Senado tiene mucho interés en que muchas de las decisiones se tomen por consenso y que se tomen en el Senado, es decir, hay ya mucho espacios sobre todo esto que llaman las instituciones de tercera, cuarta, generación”.

Ante este panorama, Juan Reyes del Campillo considera que la reforma político-electoral “sí es un poco complicada, porque aparece como una reforma de los partidos políticos para beneficio de los partidos políticos, pero tendrá que darse poco a poco también la presencia de la ciudadanía, ya vienen las candidaturas independientes, ya vienen otros espacios que probablemente alguna gente los ha estado pensando, algunos creen que la reelección puede ser buena; vamos a ver si así es”.