Genio, popular, sensible, políticamente correcto, brillante compositor de música clásica, nacido en Hiroshima y completamente sordo.

La historia de Mamoru Samuragochi se puede considerar una analogía de la vida de Ludwig Van Beethoven, pero del siglo XX. El músico y compositor se quedó sordo hace más de 15 años, cuando tenía 35. Esa dificultad no impidió que siguiera componiendo hasta que la “Sinfonía Nº1  Hiroshima” lo llevó a la gloria y reconocimiento de críticos y público.

Curiosamente, la obra que lo hizo conocido fue la composición de la banda de sonido del videojuego “Resident Evil”, lanzado en 1995. Desde ahí, sus composiciones empezaron a tener reconocimiento, aunque el hecho que cambió completamente su historia fue el anuncio de que se había quedado sordo.

Mamoru Samuragochi siguió trabajando y componiendo. En 2003, cuatro años después de que se diagnosticara su mal, el músico compuso su obra maestra, la Sinfonía Nº 1 “Hiroshima”, dedicada a las víctimas y descendientes de la ciudad japonesa donde el 6 de agosto de 1945 cayó la bomba atómica que marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La historia se volvió digna de contar. Samuragochi era la reencarnación de Beethoven, el genio del romanticismo que completamente sordo compuso la más grande sinfonía de la historia de la música.

Fuente: Infobae.com