Patricia Gutiérrez-Otero
(Primera de dos partes)

En las noticias ha surgido últimamente el tema de un informe del Vaticano a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las recomendaciones de ésta al primero. La ONU se relaciona con el Vaticano no en cuanto grupo religioso unificado, sino en cuanto es un Estado.
La historia del Estado Vaticano es reciente, nace de los Acuerdos de Letrán del papa Pío XI con el líder italiano Mussolini en 1929; sin embargo, su historia se remonta al siglo VIII de nuestra era cuando se crearon los llamados Estados Pontificios gracias a la intervención del rey franco Pipino el Breve quien liberó al obispo de Roma de la conquista de los lombardos tras lo cual le donó un territorio.
En la guerra franco-prusiana de 1870, el Reino de Italia —aliado de Prusia— marchó sobre Roma. El papa Pío IX vivió el fin de los Estados Pontificios y se proclamó “prisionero en el Vaticano”. Fue el fin de los Estados Pontificios hasta el nacimiento posterior del Estado Vaticano en el siglo XX.
En el Estado Vaticano, una porción de tierra de 440 mil km2 situada en Roma, se encuentra el obispo de esta ciudad, sucesor del apóstol Pedro, encargado de cuidar a la Iglesia. Si llamamos Ciudad del Vaticano al territorio, la Santa Sede se refiere por su parte a la Institución que dirige a la Iglesia Católica Romana extendida sobre múltiples países. En cuanto territorio soberano, con una personalidad jurídica propia, es sujeto de derecho internacional, por lo que mantiene relaciones diplomáticas con otros países del mundo mediante embajadores que recibe y que envía: a los que llama “nuncios apostólicos” quienes cumplen una función tanto pastoral como de relación con el poder temporal en turno. La organización interna de la Santa Sede es jerárquica. En la cúspide se encuentra el obispo de Roma o papa quien es la cabeza de la religión católica y el jefe del Estado Vaticano; está rodeado de múltiples obispos que lo apoyan en su trabajo a través de dicasterios o “secretarías”. Estos obispos pueden o no estar a favor de las opciones del papa en turno y apoyarlas o entorpecerlas en esa gigantesca maquinaria burocrática.
La posición que tiene el Vaticano en la ONU no es la de miembro activo. Desde 1964, el Vaticano ha sido observador permanente o Estado no miembro. Sin embargo, afecta las decisiones que se toman al interior de la Organización Internacional. Desde 2004, tiene todos los derechos de una plena incorporación, menos el derecho de voto.
Últimamente el Vaticano ha tenido un desencuentro con la ONU en relación con los abusos de menores cometidos por sacerdotes católicos y tolerados por la Santa Sede, lo que ha valido un informe con nueve recomendaciones por parte de la instancia internacional (http://www.animalpolitico.com/2014/02/9-recomendaciones-de-la-onu-al-vaticano-para-castigar-la-pederastia/#axzz2swIumNkZ).

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