El enorme éxito de la última película de Martin Scorsese, El Lobo de Wall Street, sigue trayendo consecuencias. Esta vez el -supuesto- afectado es uno de los protagonistas reales de la trama, Andrew Greene, el responsable del departamento financiero de Stratton Oakmont.
Greene ha demandado a Paramount -la productora de la cinta- y a Scorsese por lo que considera un ataque «a su reputación profesional como inversor bancario», informa TMZ. En la película, su personaje aparece participando en orgías en medio de la oficina, cortando el pelo al cero a una de sus compañeras y tomando drogas desaforadamente.
Aunque el personaje de la película se llama de otra forma -Nicky “Rugrat” Koskoff, interpretado por el actor P.J. Byrne- el denunciante aduce que los productores de la cinta no estaban autorizados para usar ninguna semejanza a su identidad real.
La demanda de Greene, a quienes sus compañeros de trabajo le llamaban en la vida real «Wigman» (hombre peluca) por su terrible peinado, incluye la petición de retirada de todas las copias de la película del mercado.