Irina Margareta Nistor trabajaba como traductora de programas de televisión en Rumanía durante el régimen comunista de Ceaucescu, en los años ochenta.

La traductora mantenía a en secreto y amparada por su jefe la labor por la que será recordada: dobló de forma secreta cerca de 3.000 películas prohibidas, todas ellas introducidas de contrabando en cintas VHS. Aquellos títulos alcanzaban una distribución clandestina rapidísima. Cabe mencionar nadie conocía su nombre en Rumanía, pero a muchos les resultaba familiar su voz.

El diario The New York Times ha dedicado un vídeo a esta mujer, titulado “VHS vs Comunismo” en el que cuenta cómo se convirtió en leyenda. A mediados de los ochenta, recuerda el diario, la televisión rumana se limitaba a dos horas diarias de programación, en su mayor parte propaganda.

Empezamos a preguntarnos, dice una de las personas entrevistadas en el reportaje, por qué todas las películas estaban dobladas por la misma voz, incluido, como se ve en el vídeo, el famoso monólogo de Robert de Niro ante el espejo: «¿Me estás hablando a mí», con la voz en inglés y el doblaje superpuesto de Irina. No es de extrañar que la voz de Irina sea la más conocida en Rumanía después de la del propio Ceaucescu, como dice otro de los participantes en el documento.

Las películas eran de todo tipo, no solo de corte político o grandes éxitos del séptimo arte. Los entrevistados citan el kung-fu, títulos taquilleros de acción y cine independiente, Chuck Norris, Sylvester Stallone… Y siempre con todas las voces idénticas, procedentes de la misma mujer, que se esforzaba por poner la entonación necesaria en cada caso. Algunos comentan que tenían curiosidad por saber cómo era; otros confiesan que no pensaben siquiera que hubiera un cuerpo detrás.

Irina Nistor ha comentado que parte de su trabajo era traducir películas para el comité censor del Gobierno, que quería esconder a la población lo bien que se vivía en el Oeste, sus coches y casas con piscinas.