Italia ha tenido cinco primeros ministros en la última década. Ahora, un novel y mediático político, Matteo Renzi, se ofrece para realizar las “reformas” que presuntamente sacarán a ese país de la “crisis”, la cual lo debilita cada día más en el entorno europeo.

Al cierre de este material, Renzi había aceptado con “reservas” la propuesta del octogenario (88) presidente de la República, Georgio Napolitano, para la formación de un nuevo gobierno tras la dimisión de Enrico Letta.

Renzi, ahora ex alcalde de Florencia y líder electo en diciembre pasado por el Partido Demócrata (PD), fue el artífice de la renuncia de Letta. Renzi presentó a su partido su “proyecto radical para salir del pantano”, propuesta que fue apoyada por amplia mayoría y que dejó al ex primer Ministro sólo, obligándolo a renunciar.

El ex alcalde de Florencia ya estableció un “diálogo” con la mayoría de las fuerzas políticas, pero destaca el acuerdo al que llegó con Berlusconi sobre la reforma electoral, uno de los tres pilares que ofrece Renzi para solucionar la crisis de gobierno. Los otros dos ejes son, la reducción del paro (11 por ciento) y aminorar el gasto en política, para lo cual propone la reforma de la Ley Electoral, que implican cambios constitucionales que permitan, por ejemplo, reducir el número de senadores, todos ellos sin “sueldo”. Para algunos analistas, Renzi es audaz, pragmático y ambicioso y tratará de culminar la legislatura hasta el 2018, pero dado que no tiene mucha experiencia política, podría sucumbir antes.
Por lo pronto, el Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo, ubicado más a la izquierda, rechazó pactar con él, al considerarlo un “nuevo Capo”.

La Liga Norte, ubicada a la extrema derecha, también expresó su descontento. En cambio Il Cavaliere (Belrusconi), lo elogió por no pertenecer a la “escuela comunista” y por haber tenido “sintonía conmigo”.
“Este gobierno parecía eterno”, dijo Berlusconi sobre la gestión de Letta, pero luego de “reunirse en la trastienda”, el  Partido Demócrata decidió que debía irse a casa y que “debía gobernar el alcalde de una bonita ciudad, una ciudad del arte, pero que no creo llegue a los 500 mil habitantes”, agregó irónico.

El novel político reúne el perfil que buscan las élites; joven, pragmático, que no le gusta perder el tiempo, ferviente defensor de Europa, partidario de reducir el gasto público y la burocracia, es decir todo un neoliberal. Por lo pronto, quiere implementar “sus reformas” lo más pronto posible, pero falta ver si la “casta política” está de acuerdo, ya que van cinco jefes de gobierno en una década e Italia sigue sin salir de la crisis.