Flores en la vida del hombre
Alexander Serikov
La historia de la confección de arreglos florales cuenta con muchos siglos. Así, por ejemplo, en el pecho de la momia del faraón egipcio Tutankamon (1333-1323 a.C.) fue encontrada una corona hecha de flores campestres: azulejos y manzanillas. Según las pinturas murales, las flores vivas se usaban en el Egipto antiguo en las ceremonias religiosas. En los libros budistas del año 735 d.C. se encuentran menciones sobre el uso de las flores para adornar los templos. En la Grecia antigua la gente adornaba sus viviendas con flores.
En los tiempos medievales la Iglesia consideraba pecado el uso de las flores en la vida laica por lo que ellas servían para engalanar únicamente los templos.
Pero más tarde, en la época del Renacimiento, el arte de confeccionar arreglos florales comenzó a desarrollarse vertiginosamente. Fue en 1633 cuando en Roma se publicó el primer libro sobre este arte titulado Flora, cultura de jardín de las flores. Para la mitad del siglo XIX se formaron los estilos de mayor uso de los arreglos florales en los cuales se usaban las combinaciones y contrastes de las flores de varios colores. Las flores se colocaban en así llamados portarramos, estuches adornados con terciopelo, encajes, cintas y piedras preciosas. El arte japonés de confeccionar arreglos florales – ikebana – que significa flor viva colocada, llegó a Europa a finales del siglo XIX. A inicio del siglo XX estuvo de moda el estilo natural de las composiciones florales: además de las flores vivas se usaban las plantas secas, plumas de pavo real y avestruz, mariposas bordadas en seda y hasta pájaros disecados.
Sin duda alguna, la rosa es la reina de las flores. Apareció aproximadamente hace 50 millones de años lo que se confirmó gracias a los hallazgos de estas flores fosilizadas. La rosa cultivada es más joven – tiene unos cinco mil años. En la biblioteca del filósofo chino Confucio (551-479 a.C.) había cerca de 600 tomos dedicados a las rosas. Hoy día se conocen más de 300 especies y cerca de 30 mil variedades de estas flores reales. Ellas son ampliamente cultivadas no sólo con el objetivo de adornar con su belleza la vida humana, sino también para obtener la materia prima que es muy valiosa: la esencia de rosas. Aún los egipcios y griegos antiguos sabían cómo obtener esta esencia aromática que hoy día forma parte del 46 por ciento de los perfumes para hombres y el 98 por ciento de los para damas. La esencia de rosas es una de las más caras, en los mercados mundiales se cotiza más cara que el oro o platino. Para obtener un kilogramo de esencia de rosas se necesitan unas tres toneladas de pétalos de esta fabulosa flor.
Las flores también tienen propiedades curativas. Por ejemplo, los pétalos de caléndula se aprovechan para aliviar los dolores de la garganta, el té de manzanilla y el té de tila sirven para curar los trastornos estomacales y resfriados comunes, para citar algunos. También se conoce últimamente el procedimiento llamado aromaterapia (inhalación de varias aromas), término este propuesto por el científico ruso N.Küntzel en los años 30 del siglo XX. Por ejemplo, las personas que inhalan regularmente el aroma de la rosa gozan de la simpatía de la gente, tienen aura clara, son benévolos y no son impertinentes.
Y para terminar algunas chispas florales.
Fue en 1986 cuando en una de las exposiciones en Italia fue expuesta la variedad de rosa llamada Pureza de color blanco y sin ninguna espina. El botánico italiano Domenico Maisuino tardó tres años para obtener esta magnífica flor.
En Japón fue cultivada la rosa llamada Camaleón cuyos pétalos tienen color púrpura en el día y en la noche, color blanco.
La rosa más grande del mundo es todo un arbusto de nombre Lady Banks que crece en el estado norteamericano de Arizona. Tiene flores de colores blanco, rosa y amarillo, no tiene espinas y ocupa un espacio equivalente por su área a un campo de futbol. En la época de florecimiento de este arbusto se abren más de 200 mil flores.
Y los capullos de la variedad más pequeña de rosa llamada Si son tan pequeños como granos de arroz.