Sabotea hasta su propia reforma constitucional
El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.
Alejandro Dumas
José Fonseca
Ojalá y los días de asueto de la Semana Mayor le hayan sido útiles a los dirigentes y legisladores del Partido Acción Nacional, útiles para darse cuenta de que actúan con irresponsabilidad al bloquear las leyes secundarias de la reforma constitucional en materia político electoral.
Lo paradójico es que los panistas bloquean las reglamentaciones de una reforma constitucional que impusieron como condición para votar a favor de la reforma constitucional en materia energética.
A pesar de la resistencia de muchos políticos priistas, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto cedió a las pretensiones del PAN, cedió al chantaje, porque chantaje fue el que ejercieron los dirigentes y legisladores del PAN. Todo para desahogar las frustraciones y traumas provocados por la pérdida de la Presidencia de la República.
Ese rechazo fue obra de los senadores calderonistas que apoyan a Ernesto Cordero. O sea que ahora las elecciones de 2015, las federales que renuevan la C·mara de Diputados y las estatales en once entidades de la república, han sido secuestradas por una facción exaltada del PAN.
Inútiles fueron las advertencias de los consejeros del nuevo, novísimo Instituto Nacional Electoral, cuyo consejero presidente Lorenzo Córdova había urgido a los legisladores a aprobar pronto las iniciativas que adecuan la legislación electoral a la reforma constitucional en la materia.
Han podido más la sinrazón y la mala fe de un grupo de senadores panistas, los cuales, además de su afinidad con el senador con licencia Ernesto Cordero, presumen de un calderonismo.
Sería una temeridad atribuir esta labor de zapa al expresidente Felipe Calderón, sobre todo, porque el gobierno peñista ha sido muy respetuoso de su antecesor y sólo cuando no ha quedado otro remedio ha procedido a sancionar las irregularidades del pasado sexenio que surgen día tras día.
El comportamiento de los senadores corderistas o calderonistas —según se crean— es irresponsable, porque si se retrasa la aprobación de las leyes electorales se puede crear un verdadero caos en las elecciones del año próximo.
Es lamentable que un partido como Acción Nacional —con el cual se puede no estar de acuerdo pero tenía la tradición de respetar su palabra— ahora titubee, y no vacila en sabotear hasta su propia reforma constitucional. Cómo cambian los tiempos. Cómo ha cambiado el PAN.
jfonseca@cafepolitico.com
