Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018
Yazmín Alessandrini
En estos momentos, México requiere urgentemente de obras que le cambien el rostro. Y para esto, obviamente también requiere de una estrategia general que le permita construir estas obras y amarrar los proyectos que le permitan liberar su potencial económico.
Abarcando seis rubros estratégicos que le permitirán al país insertarse en la modernidad y la competitividad requerida, el lunes pasado fue presentado en la residencial oficial de Los Pinos el Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018, instrumento que contempla la inversión de 7.7 billones de pesos durante este quinquenio y que delineará el rumbo que tomará México en los próximos años, al tiempo que impulsará una poderosa sinergia ente el gobierno y la iniciativa privada.
Ante todos los miembros de su gabinete legal y ampliado, y también todos los gobernadores de la república (el prietito en el arroz fue Ángel Aguirre Rivero, que no acudió), el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, fue muy puntual en manifestar que lo que permitirá concretar este ambicioso plan será el trabajo conjunto entre el binomio gobierno-iniciativa privada y que para ello se requerirá que el alcance de las políticas públicas sea verdaderamente sustancial.
Los sectores involucrados en esta gran rueda de progreso de aquí al final de la administración peñista son: comunicaciones y transportes, energía, hidráulico, salud, desarrollo urbano, y vivienda y turismo, los cuales se verán impactados de inmediato con una considerable inyección de recursos que detonarán paralelamente la creación de 350 mil empleos adicionales formales al año a los que ya tenía contemplados la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Alfonso Navarrete Prida en sus proyecciones iniciales.
Además, lo interesante y lo importante de este Plan Nacional de Infraestructura es que pondrá especial énfasis en una de las regiones de México que más requiere de atención. Me refiero a la sur-sureste (Chiapas, Guerrero y Oaxaca), a la cual se le destinarán 1 billón 250 mil millones de pesos, toda vez que es en esas tres entidades donde se localizan el 87% de los municipios con mayor situación de marginación y mayor nivel de pobreza.
Y es que no hay vuelta de hoja (el mismo presidente Peña Nieto lo subrayó): si nos basamos en la experiencia internacional, está más que claro que aquellas naciones que poseen una mayor y mejor infraestructura tienen más posibilidades de atraer más inversiones, situación que les permite ser más prósperos e influyentes en el concierto de las naciones. Por ello, será de suma trascendencia el proceder y el accionar que registren las principales secretarías involucradas: Comunicaciones y Transportes, de Gerardo Ruiz Esparza; Salud, de Mercedes Juan López; Energía, de Pedro Joaquín Colwell; Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, de Jorge Carlos Ramírez Marín; Turismo, de Claudia Ruiz Massieu y, por supuesto, la de Hacienda y Crédito Público, de Luis Videgaray.
¡Así que, manos a la obra!
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