Entrevista a Jacqueline L´Hoist Tapia/Presidenta del Copred

 Moisés Castillo

 

Rebeca Ramírez, la madre del joven tamaulipeco Héctor Alejandro Méndez Ramírez, lanzó una verdad dolorosa: “hoy fue mi hijo; mañana, ¿quién?” Tras la muerte de su hijo exigió que no quede impune este caso y que sirva de ejemplo para mejorar todo. “Debemos alzar la voz para exigir justicia”.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos reiteró su preocupación por el índice de violencia en el entorno escolar y llamó a las autoridades para que de manera prioritaria se legisle al respecto.

“La invitación también es para que se cierren filas con el fin de detectar conductas de violencia, prevenirlas y erradicarlas, al sumar a ello los esfuerzos de la familia. Este fenómeno de violencia es uno de los problemas que más afecta a los menores y jóvenes mexicanos, ya que se ha convertido en un problema oculto que, aunque lo sufren miles de alumnos en las escuelas, pocos se sabe de él.”

Para Jacqueline L´Hoist Tapia, presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), el acoso escolar es tan grave que afecta a todos por igual.

“Existe la dificultad de que los maestros no creen o hacen caso omiso de las agresiones. Hay una negación del bullying, es un problema serio. Se niega la violencia escolar. Cada vez más los papás están más sensibles de que sus hijos no padezcan esta conducta, pero no pasa lo mismo en las escuelas con los maestros.”

¿Cómo podemos abordar adecuadamente un problema que siempre ha existido, como el bullying?

Indiscutiblemente el tema del acoso escolar, la violencia en la escuela, el maltrato en las aulas, ha existido siempre. Se han sumado varios factores en la sociedad que han hecho que ahora sea un tema importante. Por un lado, el avance de los derechos humanos, reconocemos como ciudadanos el derecho a la educación, a la salud, a una vida digna. Ha habido acuerdos en el marco internacional de la Convención sobre los Derechos de los Niños donde precisamente se dice cómo debe ser una relación en la escuela. Tiene que darse en un ambiente de paz y desarrollo, de armonía y tranquilidad, donde los niños y niñas puedan tener una vida tranquila. En el caso del DF, que ha sido una ciudad donde el tema de las libertades, la equidad, el trato igualitario ha estado en la discusión legislativa y en la política pública, hace que este tipo de asuntos salten a la voz de la ciudadanía y medios de comunicación. Por eso se crean organismos como la Copred (2011) que se suman para visibilizar temas como la discriminación como una forma de bullying.

A raíz del caso de Angelina, ¿en que situación se encuentra el bullying en la ciudad de México?

Sacamos nuestra primera encuesta de discriminación de la ciudad de México. La encuesta tiene dos ideas principales: primero es una cuestión de percepción de cómo está el tema de la discriminación y la otra es de testimonios. Tres de cada 10 personas reconocen que han sido sujetos de discriminación. Cuando les preguntamos en dónde, el principal lugar es la calle, la escuela y el trabajo. Los motivos por los cuales han sido discriminados siempre están vinculados con un asunto de apariencia: las personas con sobrepeso, que tienen algún tipo de discapacidad, ser homosexual, lesbiana, gay, así como el color de piel. El grupo más discriminado en la ciudad de México es la población indígena: 98 por ciento de las personas reconocen que los indígenas son las personas más discriminadas, después los hombres homosexuales. Cuando sumas estas causales, pero las pones en un espacio escolar, se vulnera mucho el ambiente.

¿Cómo romper el círculo de violencia?

Lo primero que tenemos que reconocer es que las niñas y los niños que comenten bullying son también víctimas de violencia. Son niños que sufren violencia intrafamiliar, muchos de ellos con graves carencias afectivas o económicas. Te puedo decir que los casos de bullying que llegan a este Consejo no están situados en escuelas sólo de gobierno, ni en zonas marginales. Tengo desde universidades privadas con el tema del antisemitismo, escuelas particulares en zonas prestigiadas de la ciudad con esas malas conductas: golpes, insultos, menoscabo a la dignidad. También los niños viven y aprenden de un país con violencia. ¿Cómo romper con ese círculo? Me parece que por un lado tenemos que resolver dos factores: los papás tienen que reconocerse como educadores, no deben pensar que es una atribución sólo de la escuela. Por otro lado, las escuelas tienen que saber que no solamente les toca dar información académica a los alumnos, no sólo es un tema de materias, es un tema de formación, de valores y principios. La violencia no es un acto ajeno a la escuela, y así lo dice la Convención sobre los Derechos de los Niños: las escuelas también responsables de lo que pasa alrededor del inmueble, lo que pasa afuera de la escuela, a la llegada y salida.

¿Cuáles son los principales mitos que rodean el acoso escolar?

Tenemos la obligación, como personas adultas, de creerle al niño cuando dice que ha sido maltratado. No hay que minimizar el maltrato, aunque a la vista de otra persona la violencia es menor: “sólo lo que hizo fue tirarte los útiles al piso, no es para tanto”. Hicimos una campaña en el regreso a clases: “Denuncia sin miedo el bullying”. Mamás y papás, créanle a sus hijos. Lo que observo es que esas niñas y niños que vivieron ese nivel de hostigamiento en la escuela y que lo miraban como normal, hoy son adultos que sufren acoso y violencia en sus trabajos o en sus propias casas. No lograron recuperar la dignidad. El daño fue tan profundo, nadie los atendió, nadie les hizo caso y hoy siguen con la dignidad menoscabada y sufriendo violencia en los espacios donde se desarrollan como adultos. Eso es lo que mira el Copred. Que no me digan que eso antes era normal, era normal porque no se miraba, pero hoy esas personas se la están pasando bastante mal.

¿Dónde acudir para resolver adecuadamente actos de acoso escolar?

El Copred tiene como mandato de ley conciliar todos los casos que por discriminación se presenten en el DF. Por ejemplo, el caso de Angelina fue un caso de violencia que tiene como móvil una conducta de menoscabo de la dignidad de las personas, por lo tanto de discriminación. Al Consejo es donde pueden acudir. También pueden denunciar en la procuraduría capitalina, en la Fiscalía para la Atención de Niñas, Niños y Adolescentes. Invitaría a la ciudadanía a recurrir a estas dos instancias. Con ambas ya estamos conectadas para atender este tipo de casos como el de la secundaria 42. El señor procurador por primera vez en un acto de sensibilización y visualización de la problemática le da visibilidad al Consejo, y el Consejo emite una opinión técnica que hoy forma parte del expediente de la averiguación previa que ya fue entregada al Tribunal de Justicia para que siga el proceso de investigación.

Luciana Ramos Lira/Profesora-Investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente

Somos una sociedad racista y clasista

Las cifras no mienten y nos dicen que la realidad es cruel. Estudios del Instituto Politécnico y de la Universidad Nacional detallan que de los 26 millones 12 mil 816 estudiantes de los niveles preescolar, primaria y secundaria, alrededor de 60 y 70 por ciento ha sufrido bullying.  Revelan que se carece de políticas públicas para prevenir la violencia y el acoso escolar, lo que provoca el bajo rendimiento, deserción, así como en un incremento del suicidio.

Sin embargo, la Secretaría de Educación Pública negó que este fenómeno surja en los centros escolares, sino desde el seno familiar.

“Estamos convencidos de que la violencia no se genera en la escuela; sin embargo, es un ambiente que está permeado por diferentes tipos de violencia. En la escuela las acciones de violencia se norman, sabemos qué tenemos qué hacer, pero los niños no están todo el tiempo en la escuela”, afirmó Luis Ignacio Sánchez Gómez, administrador federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal.

Para Luciana Ramos Lira, Profesora-Investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, la gran diversidad de alumnos no es atendida adecuadamente por el sistema educativo, y los más vulnerables son los chicos discapacitados o los que tienen problemas de aprendizaje. También pasa mucho por cuestiones de orientación sexual.

“Es el fenómeno que ocurrió con la niña de Tepito, pero es sólo la punta del iceberg de lo que sucede en nuestra sociedad.Somos una sociedad racista y clasista. Eso se refleja en el micromundo que es la secundaria. Cuando entran los chavitos de primero están con menos poder, y quieren llegar lo más rápido a tercer grado para sentirse con autoridad.”

¿Autoridades y medios están abordando adecuadamente el tema del bullying?

No es un tema sencillo. Lo primero que debemos considerar es que no es un fenómeno aislado de lo que ocurre afuera de la escuela. No es un problema que es independiente a un contexto social donde hay un incremento de la violencia. En América Latina hay estudios que dicen que es importante el peso que van a tener los entornos sociales violentos y la desigualdad social en las dinámicas internas que ocurren en las escuelas. Aquí es donde hay un asunto delicado, aparte de estos fenómenos de acoso que tienen que ver con asuntos por discriminación por raza, discriminación por orientación sexual, por color de piel. Hay formas de bullying muy preocupantes que pareciera que son manifestaciones en pequeño del crimen organizado. Es decir, que haya en algunos espacios escolares cobro de cuota entre los chavos de las mismas escuelas para poder pasar o tener ciertas actividades. Hay que ver el bullying como una manifestación de lo que pasa afuera, es una reproducción en pequeño de lo que ocurre en el ámbito nacional.

¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando en escuelas secundarias de Iztapalapa?

El fenómeno de la violencia entre pares aparecía como una gran preocupación, pero también era visto por los propios profesores como un fenómeno que estaba muy asociado a los entornos de donde venían los chavos, entornos de alta violencia. Se atribuye también este fenómeno a situaciones de familias disfuncionales, familias incompletas, sobre todo jefaturas de familia de mujeres. Estamos encontrando escuelas donde nos dicen los profesores que ahora se les ha ocurrido a los chavos quemar cosas. El acoso se sigue dando de manera impresionante contra el más moreno, contra el más pobre entre los pobres. Entre mujeres es muy preocupante, se percibe que las chavas ahora son muy agresivas, entre ellas la violencia se da en relación con un hombre, o por cuestiones de apariencia física. Este fenómeno es una manifestación de lo que ocurre en términos de desigualdades, violencia. También lo vemos en escuelas privadas.

¿Qué hay de la violencia que ejercen los profesores contra alumnos y viceversa?

El tema del bullying es entre pares. Lo que sí veo es que efectivamente las situaciones de acoso se dan tanto a nivel vertical como horizontal. Hay situaciones donde hay un ejercicio de violencia por parte de los profesores y de los alumnos. Algunos ejemplos que nos daba un profesor: le queman la banca, se burlan de él, ponen cosas obscenas en el pizarrón, hasta cuestiones sexuales. Algunos de estos chavos pertenecen a cierto grupo o “pandilla”, su familia o sus amigos tienen algún contacto con el delito o violencia, y llegan a amenazar al profesor. “Si me repruebas, te las ves conmigo”.

¿Cuáles son las medidas preventivas contra el bullying?

Lo que nosotros tratamos de hacer es lanzar una intervención, un modelo ecológico que ha planteado la Organización Mundial de Salud y otras instancias para decir que la violencia no sólo se explica por factores individuales sino por factores relacionales, de vecindarios, macrosociales y culturales. Un cambio real es trabajar con los chavos con talleres de distintas temáticas, como violencia de género, masculinidades, construcción de la feminidad, discriminación. Pero también trabajar con los profesores y padres de familia. Esto sería lo ideal. No estás cambiando una estructura social, pero estás tratando de concretar un cambio cultural. Cuando comienzas a interactuar con los chavos notas los dramas de la vida real: la violencia, el abuso sexual, la violencia doméstica, padres alcohólicos, chavos con problemas de abuso de sustancias, drogas. Para abordar esta temática de la violencia que se relaciona con otros fenómenos, tenemos que saber dónde canalizarlos para que tengan una atención adecuada.