No están invirtiendo
En política no cabe el arrepentimiento,
uno se equivoca o acierta, no cabe arrepentirse.
Santiago Carrillo
José Fonseca
Dura recriminación hizo a los empresarios mexicanos el vicepresidente y director general de BBVA Bancomer, Vicente Rodero, a los empresarios durante la reunión anual de los consejeros regionales de esa institución bancaria.
Hizo primero un exhorto a los empresarios: “es la hora de invertir en México”. Y ya encarrerado en el lenguaje coloquial mexicano, agregó: “Es el momento de invertir y no arrugarse”.
Y agregó algo: “¡Los mexicanos buenos y trabajadores no perdonarían que no hiciéramos lo necesario para culminar este momento!” Sólo le faltó decir como aquellos grandes toreros españoles: “¡Ahí queda eso!”
Esa recriminación del directivo bancario fue, sin duda, música para los oídos del secretario de Hacienda Luis Videgaray, presente en la reunión.
Especialmente bienvenida porque Videgaray ha estado sujeto a fuego graneado por la decisión de recortar la perspectiva de crecimiento de la economía nacional durante este año de 3.9 a 2.7 por ciento.
Explicable que la oposición política haya emprendido una campaña para clamar por un cambio en la política económica del gobierno federal, la cual, por distintas y no reveladas razones considera que no es la correcta.
Entendible que los críticos del ámbito político aprovechen esa rectificación del secretario de Hacienda para criticar al gobierno peñista. Es parte de su tarea.
Entendible también que del sector financiero y económico se multipliquen los análisis y diagnósticos tremendistas, pues de alguna manera el gobierno debe pagar el costo político por la reforma hacendaria.
Sin embargo, no puede soslayarse la recriminación al sector empresarial que hizo el director de BBVA Bancomer, porque si bien la economía crece muy lento —muy lento al menos para las necesidades del país—, también es cierto que el crecimiento económico no depende sólo del gasto público, necesita también de la inversión privada.
La recriminación del banquero revela lo que tantos expertos económicos no dicen: el sector empresarial no está invirtiendo.
Quizás es tiempo de que lo hagan. Un mayor crecimiento económico con su consiguiente creación de empleos significa beneficio económico para las empresas y el efecto multiplicador de ese crecimiento bien puede crear el círculo virtuoso que tanto ha buscado México en los pasados 15 años.
Con ese círculo virtuoso será posible entonces ver realizado el viejo anhelo de moderar poco a poco la desigualdad y la pobreza.
jfonseca@cafepolitico.com
