ENTREVISTA
Emiliano Gironella Parra/Pintor y escultor
Jacquelin Ramos
Se considera que un “héroe” es un personaje eminente que posee habilidades sobrehumanas que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias y benéficas —actos heroicos— por las que es reconocido. Para un niño es más que ese concepto, un héroe es simplemente el ser más cercano a él; sus padres. Entre todos estos héroes, existen también aquéllosque no sólo luchan por la vida y bienestar de su familias, sino que entregan su vida de manera consciente por un ideal: construir un mejor país para todos.
Sin embargo, en el cumplimiento de su deber muchos de ellos se suman a las estadísticas de héroes caídos, convirtiéndose sus hijos en víctimas invisibles, en niños de héroes de una sociedad que no los reconoce o que por malas decisiones políticas tampoco son reconocidos en su propia institución, como el caso de los guardianes del orden, de los policías muertos en servicio, como asegura en entrevista para Siempre!, el pintor y escultor Emiliano Gironella Parra.
Dedicado al arte, Emiliano Gironella Parra no oculta su compromiso social en un México marcado por la violencia. Por ello, desde hace tres años, en la casa familiar ubicada en Tizapán, al sur de la ciudad de México, han circulado decenas de niños que comparten el desafortunado estigma social de ser hijos de policías muertos. Niños, hijos de “padres que cayeron en servicio contra la violencia, la delincuencia, sea cual sea su idiosincrasia, fuera cual fuera su origen y circunstancias; sus asesinos tienen las manos manchadas de sangre”.
En cambio, estos niños tienen las “manos manchadas de pintura” gracias al artista Gironella Parra, quien a través de talleres de creación artística ha logrado estimular creativamente a los niños, orientarlos plásticamente y dar coherencia visual y acabado final a las obras creadas espontáneamente por ellos “manos pintadas que saludan, alzan sus palmas abiertas hacia las constelaciones donde habitan sus sueños y anhelos, reconvertidas en cometas y papalotes de piel pintada”.
Sin duda alguna,“Manos manchadas de pintura” sólo desea “cicatrizar” mediante el arte pictórico el duelo sufrido por los hijos de policías muertos, pero sobre todo a “cicatrizar” una relación que está rota entre policía y sociedad.
¿Cómo nace está iniciativa?, ¿cuál es la finalidad de “Manos manchadas de pintura”?
He trabajado con niños durante muchos años, creo más en los niños que en los adultos. Los niños tienen una capacidad de adaptación darwiniana por naturaleza y son el futuro, un adulto es el presente y, a donde voltees, está la vejez; por lo contrario, los niños tienen todo por delante. He trabajado con niños en alta vulnerabilidad, con sida, niños indígenas, niñas abusadas; por cuestiones de suerte, del azar, tuve la oportunidad de trabajar con los niños de los policías, por lo que me di cuenta de que eran los niños de “héroes”, de unos héroes que una sociedad no reconoce y que por malas decisiones políticas tampoco son reconocidos en su propia institución.
La guerra que está viviendo México no tiene ídolos, pero sí tiene víctimas, así que hay que empezar a generar desde la parte de la sociedad, “héroes” que son los fallecidos, los heridos y las mismas familias que pasan este luto y que no son reconocidas, así que hay que reconocerlas de alguna forma.
Soy pintor, y mi forma de reconocerlos es a través del arte, darles la oportunidad de que tengan una catarsis pintando, generando estos talleres; y en estos talleres los niños se reconocen porque entre ellos no se conocían, en estos talleres las mamás, las viudas, también se reconocen. El arte tiene esta manera de remarcar, y la finalidad es que generen empatía entre una sociedad. La empatía es uno de los sentimientos más nobles del ser humano, es sentir el dolor ajeno como propio, y es lo que quiero generar en este proyecto, quiero generar una empatía con unas víctimas que nadie está volteando a ver y a quienes les exigimos que nos protejan.
¿Cómo ha sido el desarrollo de este proyecto, el hecho de trabajar con hijos de policías asesinados, que en muchas ocasiones ni siquiera son considerados como víctimas?
El proyecto ha sido acercarme a la institución —a la Policía Federal—, me acerqué en el 2011 para realizar mi primer taller, después me acerqué a la nueva administración en 2012, con el doctor Manuel Mondragón e hicimos un segundo taller, básicamente con los huérfanos de esta administración eran los del blackhawk y la operación Michoacán, gente muy cercana al duelo. Entonces los ayudé a pasar su duelo a través de estos talleres y la idea de “Manos manchadas de pintura” —del cual soy presidente, y que es una sociedad civil— es sanar a través del arte, ayudar a sanar a una sociedad, ayudar a sanar a los niños y a sus familiares, te puedo decir que el arte reconoce, no se queda, por ello estas piezas, estas obras se van a quedar, porque son el testimonio de estos niños.
¿Cómo expresan estos niños su dolor en estas obras?, ¿es difícil convencerlos de que participen en estos proyectos?
Son proyectos muy lúdicos, no trato de que saquen su dolor, sino que el arte tiene la cuestión de remarcar que estos niños existen. Lo que hago es ver los procesos, y la idea es que jueguen, que sepan que el arte, la pintura es un medio que cambia la química, no le digo a los niños que saquen su tristeza o su dolor, sino que busquen su alegría.
Nunca busco la denuncia, mi proyecto no es un proyecto de denuncia, sólo observo los procesos de los niños con el arte. Lo que hago en estos talleres, es que vean a un héroe en vez de un policía muerto, un héroe en cualquier sociedad. Alguien que da la vida por una sociedad, por los demás, es alguien que se queda en la memoria colectiva, y en México esto no está pasando, hay que hacer un frente común y frente social para que esto empiece a pasar.
¿Es una especie de intentar ayudar a curar su dolor?
Ayuda al duelo, ayuda a un reconocimiento y también es poner un espejo a la sociedad de un sector que no están volteando a ver. La palabra que me gusta es “cicatrizar”, porque algo que cicatriza es algo que va a la salvación, entonces quiero cicatrizar una relación que está rota entre policía y sociedad, que la policía se lo ha ganado, pero también ahorita están pagando consecuencias durísimas porque son el primer frente de guerra, de una guerra en contra del narcotráfico.
¿Qué plasman en sus trabajos?
Lo que hay que entender es que el arte es lo que queda de una sociedad o lo que queda de la humanidad, no es tanto lo que plasman, sino que aquí está reflejado un factor de la sociedad que son “los niños”, esto es lo que queda. Lo que trato de enseñar en estos cuadros es que lo hicieron esos niños, no importa tanto el tema, sino lo que queda, que son todas estas obras que vamos a mostrar junto con otra obra que se está realizando en el Museo de Memoria y Tolerancia, en la segunda quincena del año que entra, en el 2015. Ahí es donde invito a la sociedad para que vea lo que hacen estos niños.
¿Quiénes se han integrado a esta iniciativa?, no es común ver a artistas apoyando a estos niños que también son víctimas de la violencia…
Es una iniciativa totalmente ciudadana, se hizo una sociedad civil que se llama precisamente “Manos manchadas de pintura”, la cual está generando un comité técnico e invitados, todo esto está en un factor de gestión. Los que han adoptado este proyecto ahorita han sido la Comisión Nacional y la Policía Federal. ¿Por qué la Policía Federal?, porque ahí me tocó trabajar en la administración pasada y eso generó observar que hay víctimas en todo México, que no son víctimas de un lugar en especifico, sino que son víctimas del país.
Ellos trajeron a los niños, que fue una labor importante, vinieron de todo el interior de la república, de hecho tienen dentro de la Policía un museo, ahí hicimos un proyecto en conjunto que se llamó “Héroes”. Creo que es la primera vez que se está trabajando un proyecto entre la Policía Federal e Iniciativa Ciudadana para cicatrizar un tema que es la gran herida social, entre la sociedad que no respeta a la gente que le exige protección. Y qué mejor embajador para realizar este proyecto que los niños. Niños que dicen que su papá es un “héroe”.
Después de realizar todo este proyecto y trabajar con los niños, ¿cuál es su visión ante este problema social en el país?
Es un proyecto de gran aliento, de gran alcance, lo que voy a hacer es poner una vitrina en el Museo de Memoria y Tolerancia, donde la sociedad vea las historias de estos niños, y como segundo factor que vean las historias de los heridos.
En cualquier país desarrollado, un herido debe de tener todas las facilidades, porque si bien perdió una pierna o la capacidad de trabajar debe estar protegido por el resto de su vida y sus descendientes también. Hay que hablar también de los heridos, porque es eso lo que queda, y eso es muy triste, ver a un policía al que le fue amputado alguno de sus miembros y que todavía lo desprecien por ser policía, cuando esas cicatrices tienen que hablar por sí mismas.
La idea es tratar de seguir sanando a través del arte a los afectados y que sea un arte poderlo enseñar a la sociedad, para que se den cuentan de ese gran desprecio y distancia hacia la gente a la que le exigimos protección. Debo decir que sí hay corrupción en todas partes, pero hay que ir reconociendo a la gente que da su vida por protegernos.
¿Qué otras preocupaciones tiene Emiliano Gironella Parra para seguir luchando?
Creo que socialmente tenemos que aportar, soy pintor, ¿cómo puedo aportar?, pintando como artista, ayudando. El arte es un lenguaje muy poderoso, es un lenguaje que cambia las percepciones y eso es muy importante. La percepción es un factor diametral para generar héroes, hay que entender que tenemos una institución que no ha podido generar héroes y una sociedad que no ha podido tener empatía por los afectados por la violencia, entonces ésas son mis preocupaciones que refieren a mi país.
Hay que empezar a respetarnos, empezar a ver a los policías que tienen familia, que sí hay muchos corruptos, pero también hay muchos corruptos en la sociedad. Ahorita tenemos que hacer un frente común ante el crimen organizado, creo que estamos viviendo en un país que se está desangrando.