Brasil y Jalisco
Yazmín Alessandrini
Algo grave está ocurriendo en el PAN. Y no me refiero al hecho de que actualmente esté convertido en la tercera fuerza electoral del país, por debajo del PRD y del PRI. Tampoco tiene que ver con el hecho de que en estos momentos tenga el engrudo hecho bolas con el asunto de las leyes secuncundarias en telecomunicaciones (desde siempre hemos sabido que cada uno de los blanquiazules tiene sus intereses en ese tema). No, nada de eso. Lo que en estos momentos tiene al albiazul en el ojo del huracán y acaparando encabezados son dos tristísimas historias firmadas desde Jalisco y Brasil.
La primera tiene que ver con un grupo de jóvenes panistas tapatíos, quienes crearon el llamado Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo, cuya filosofía según se ha dado a conocer es de perfil neonazi y, la segunda, sumamente grave también, con dos empleados de la delegación Miguel Hidalgo del Distrito Federal protagonizando, el pasado domingo, un ataque sexual a una mujer brasileña y una salvaje agresión al esposo de ésta cuando quiso defenderla, al finalizar el partido de la Copa del Mundo en el que Holanda venció 2-1 a México en el estadio Castelao de Fortaleza.
¿Neonazis en Jalisco?, ¿agresores sexuales mexicanos en Brasil?, y en ambos casos se trata de panistas…
Injusto sería generalizar el panismo por estos dos casos en particular. Sin embargo, llama poderosamente la atención que los protagonistas de este par de bochornosos episodios sean jóvenes, lo que se entiende como una total falta de respeto de estos individuos al instituto político en el que militan y al que pertenecen.
Posterior a estos dos sucesos, de manera casi natural la cúpula panista se deslindó del deleznable comportamiento de sus militantes. Sin embargo, más allá de que estos individuos en su tiempo libre acostumbren a irse por la libre, es importante que en Acción Nacional regresen a los tiempos en los que eran sumamente escrupulosos y minuciosos con aquellos que buscaban adherirse al partido.
Expulsar del partido a los neonazis y a los agresores de la pareja brasileña luce como un remedio lógico para sentar un precedente de que Acción Nacional no tolerará, bajo ninguna circunstancia, comportamiento ofensivo alguno de parte de sus militantes.
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