Entrevista a Juan Moscoso del Prado/Diputado del Partido Socialista Obrero Español

Nora Rodríguez Aceves

La izquierda que está representada en la Internacional Socialista es la izquierda socialista o socialdemócrata, laborista en algunos países. Es la izquierda con vocación de gobierno, que cree en Estados de derecho bien armados, con instituciones transparentes, democráticas, con separación de poderes entre el Legislativo, el Judicial y el Ejecutivo y que es homologable. Un poco lo que ocurre en algunos países de Europa o países que son ejemplares en América Latina como es el caso de Chile.

Sin embargo, “frente a esta izquierda hay otra, una izquierda populista que no cree en la separación de poderes, que es intervencionista en la economía, que es irresponsable fiscalmente, que expolia los recursos naturales o las riquezas naturales. Es una izquierda que no logrará el desarrollo ni el crecimiento de sus países, ni aunque saque gente de la pobreza no lo hará de manera consolidada y eso ocurre en muchos países de Latinoamérica, como es el caso de Venezuela”, afirma Juan Moscoso del Prado Hernández, diputado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Congreso de España.

De acuerdo a la reflexión que hace el político socialista, cuando ganan terreno o gobiernan en Europa o Latinoamérica estas izquierdas, radical, autoritaria y populista, así como la derecha, es porque “cuando hay corrupción y cuando hay tanta injusticia los ciudadanos se indignan, y si ven que las formaciones —partidos— tradicionales o más antiguas, o de esa familia como es la mía, realizan prácticas corruptas o no alcanzan los objetivos que pretenden, eso hace que los votantes se indignen y voten a otras formaciones populistas. El populismo es un engaño, pero cuando hay frustración y hay mucho ambiente de protesta esas formaciones llegan al poder y luego, muchas veces, una vez que llegan al poder, aunque se demuestre que no consiguen nada de lo que prometieron, es muy difícil cambiarlas porque además no son muy democráticas, tienen una deriva autoritaria muy preocupante”.

Para redondear este planteamiento del también secretario ejecutivo para la Unión Europea del PSOE, en su artículo “Regenerando la izquierda española, publicado en diariocritico.com, el 4 de junio pasado, el político socialista sostiene que: “La desafección, la pérdida de confianza de la ciudadanía en los partidos y en las instituciones democráticas se debe a diferentes razones —crisis económica, corrupción, representatividad, sistema de partidos…— comunes a todo el sistema actual, aunque para la izquierda tiene una causa particular adicional: la falta de confianza en el cumplimiento de las promesas electorales. Nunca más la izquierda debe hacer en el gobierno lo que nunca prometió desde la oposición y durante la campaña que le llevó al poder. Un problema insuperable, incluso si se intenta hacer lo que se prometió, como está sucediendo en Francia, pero no se logra. Que la derecha incumpla sus programas es su problema, la izquierda no puede vivir con ello”.

La derecha fomenta el sálvese quien pueda

En ese mismo tenor comenta a Siempre! que “la derecha promete seguridad, promete estabilidad política, sin embargo, en lo social y en lo personal impone modelos económicos de sálvese quien pueda que fomentan la desigualdad, benefician mucho a los más ricos y perpetúan sistemas sociales o sociedades con unas desigualdades impresionantes, con mucha inseguridad, con muchas diferencias, donde una parte de la población está condenada a la marginación, a no poder desarrollarse y a vivir en situaciones sanitarias, educativas, de miseria; y eso es la derecha en buena parte del mundo, no en Europa, ahí tenemos una derecha distinta aunque también apuesta por la desigualdad, sin embargo es distinto, la construcción de la América Latina más dura o de peor recuerdo es una obra de la derecha”.

Cabe recordar que Juan Moscoso del Prado participó como orador, en representación del PSOE en la reunión del Consejo de la Internacional Socialista que se celebró el pasado 30 de junio y 1° de julio, en la ciudad de México, y en el que participaron delegaciones de 65 países como la misma España, México, Argentina, Estados Unidos, Austria, Costa Rica, Finlandia, Bulgaria, Turquía, China, Georgia, Angola, Ucrania, Israel, Namibia, Venezuela, Puerto Rico, Nicaragua, Sudáfrica, Haití, Guatemala, Mali, entre otros más.

Teniendo a México como sede de la reunión y al PRI y al PRD como anfitriones, los temas que se discutieron durante los dos días de actividades fueron: nuestras prioridades en la economía global; nuestros esfuerzos por la paz en los conflictos abiertos; nuestro trabajo por fortalecer y profundizar la democracia; así como el tema de las migraciones.

En este marco, el político socialista expresa que éste es un Consejo “importante que se celebra en México en un momento en el que gobierna el PRI, que es un partido miembro de la Internacional que ha presentado un programa de trabajo como es el Pacto por México, junto con el PRD, que es otro partido mexicano también miembro de la Internacional; y creemos que es una buena ocasión para vernos, como hacemos todos los años, para intercambiar experiencias y sobre todo ponernos al día de la situación política en cada país miembro, tanto desde el gobierno como desde la oposición”.

Moscoso del Prado explica que en la reunión del Consejo se ha hablado “de la economía desde una perspectiva de izquierda y el principal problema que tiene la izquierda a escala global es que carecemos de una propuesta común, cohesionada, capaz de servir de alternativa a la economía que plantea la derecha. La derecha a escala global propone las mismas medidas con mucha consistencia, desregulación, poca presión fiscal, austeridad presupuestaria y modelos basados en el crecimiento sin tener en cuenta las consecuencias para la desigualdad de las personas, para la justicia social y para el medio ambiente”.

Imposible cambiar las cosas

Mientras que la izquierda, “que no creemos en eso, somos incapaces de presentar una alternativa coherente y fuerte y por eso tenemos muchas veces problemas para salir adelante porque, después de casi 40 años de hegemonía neoliberal en todo el mundo, desde la política y desde los gobiernos de los estados nación, es a veces imposible gobernar la economía porque aunque votemos y ganemos, la izquierda desde España, desde México, desde Francia, como se está viendo ahora, es imposible cambiar las cosas porque la economía está totalmente fuera del control de la política y de la democracia”.

En este sentido, el economista, consultor financiero, profesor universitario propuso “que la izquierda y la socialdemocracia se organicen a escala global, de manera abierta, sin requisitos ni burocracias, si realmente se pretende recuperar el control de la política sobre la economía y luchar por un mundo con menos desigualdad”.

Además, “la izquierda tiene que ser mucho más responsable en Europa, pero sobretodo en América Latina y el resto del mundo con lo que hace a escala nacional, tiene que construir Estados que sean, primero, fiscalmente responsables, es imposible hacer políticas de izquierda si los Estados no recaudan impuestos, si no hay un sistema fiscal razonable que permita recaudar con justicia”.

Por eso, “es importante que en Méxic,o por ejemplo, el Pacto por México incluya un capítulo fiscal para que los mexicanos paguen impuestos y cuanto más tengas y más rico seas, más pagues; y hay que ser implacable con la corrupción”.

Los buenos y los malos

De acuerdo con los escritos publicados por el político español en su página personal de Internet: El blog de Juan Moscoso del Prado, “la sociedad exige a la izquierda soluciones, propuestas, reformas políticas valientes que transformen la sociedad y no se limiten a adaptarla, porque no duda de sus valores. Exige también liderazgos sólidos en tiempos de democracia mediática y de cierto relativismo ideológico, probablemente los éxitos de la maquinaria comunicativa y de propaganda de la derecha que ha logrado transformar los principales marcos de referencia de percepción ciudadana de la política”.

De ahí que asegure que la izquierda, en este momento, cuenta con líderes que la enaltecen. “Sí tenemos muchos líderes y muchos líderes potenciales, lo que ocurre es que la política ha cambiado mucho en los últimos años, y para ser líder tienes que tener suerte y tienes que combinar una serie de elementos, tienes que hacer carrera en los partidos políticos, tienes que, al mismo tiempo, tener cierta proyección mediática”.

Frente a ese panorama de retos para la economía, la democracia, la izquierda —socialista, demócrata o laborista—, la paz y la migración en el mundo, lo que nos deja este Consejo son algunas buenas noticias “como es que en países como México hay reformas importantes en marcha, yo creo que las reformas que se han puesto en marcha son fundamentales, insisto en la fiscal, –y tenemos una reforma energética en camino—; sí, una reforma energética que conozco menos y que he estudiado estos días, pero que es muy característica de países como México que son grandes productores de una materia prima o de un hidrocarburo como es el caso del petróleo”.

“Hay pocos países homologables a México en ese sentido, pero podría dar dos ejemplos, uno bueno y uno malo. El bueno es Noruega; es un país en el que la riqueza petrolera ha permitido, quizás, aligerar un poco la presión fiscal, los noruegos pagan menos impuestos que los suecos, bueno, los suecos pagan un 52% del PIB y los noruegos un 41%”.

El ejemplo malo tiene que ver con Venezuela; “por su proximidad es evidente cómo el hecho de tener ese tesoro nacional, como el petróleo ha hecho que los venezolanos no desarrollen ni cuiden sus instituciones ni su sistema fiscal ni su sistema económico, no generen un sector industrial y de servicios potente, una administración potente, unos servicios públicos de calidad para que los venezolanos puedan crecer y vivir en seguridad con sanidad, con educación y con pensiones, por eso los países como México deben tomar estos ejemplos, uno bueno y uno malo”.