Perredistas contra la reforma energética

Félix Fuentes Medina

La reforma energética pasó por el Senado, entre agrias discusiones, insultos y amenazas, lo cual no cambió el porcentaje de las votaciones, de 91 votos del PRI, PAN y Verde Ecologista, por 28 de perredistas y petistas.

Así estaba previsto, tras los arreglos con dirigentes de los partidos mayoritarios. La crucial reforma empezó a ser elaborada en el Pacto por México, organismo que ya no tiene razón de existir, cumplidos sus propósitos.

En el Pacto participaron los líderes de PAN y PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, respectivamente. Ambos se ufanaron de ser miembros fundadores y actores de ese instrumento, claramente favorable al régimen del presidente Enrique Peña Nieto.

¿Por qué, entonces, tantos gritos de Dolores Padierna y Alejandro Encinas? ¿Acaso su líder Zambrano no los puso al tanto de los acuerdos a que se llegó en el Pacto por México?

Fernando Mayans, egresado de la Universidad La Salle y con ínfulas de revolucionario de izquierda, amenazó revertir a tiros la reforma energética. De seguro no fue enterado por Zambrano de los arreglos previos y él sí hace papel de borrego en su partido, calificativo que dirigió a azules y tricolores.

Mayans no habló de abrir fuego cuando fue aprobada la reforma fiscal, la cual causa desempleo y paraliza la nación. Para el sector empresarial es lo peor que ha aprobado el Congreso.

Hicieron mutis los presuntos de izquierda cuando la bancada del PAN propuso eliminar subsidios de energía eléctrica, medida que habría constituido otro duro golpe a la adolorida clase media. Los mismos panistas dieron marcha atrás y así fue evitado un nuevo ataque a la economía popular.

En esa algarabía legislativa se dio el primer paso para despojar a Pemex de su calidad monopólica. Es decir, ya no será el único vendedor de combustibles, puesto que podrán hacerlo los particulares con expendios propios.

Los cinco senadores petistas se agregaron a los del PRD para discutir durante decenas de horas. Uno de ellos, Manuel Bartlett, la emprendió contra el tricolor David Penchyna y recurrió a insultos de baja estofa.

Bartlett olvida sus días de priista, cuando en la tribuna del Senado se mofaba de partidos de izquierda y lograba votaciones mayoritarias contra ellos. Esta vez, como los dictámenes energéticos no fueron de su agrado, llamó a Penchyna traidor a México. El hidalguense preside la Comisión de Energía.

Bartlett no decide aún si va a continuar en el Partido del Trabajo, donde lo colocó Andrés Manuel López Obrador o si dará otro salto de trapecio para sumarse a Morena del excandidato presidencial tabasqueño.

Entre los diversos debates reformistas, algunos medios destacaron que el líder petrolero Carlos Romero Deschamps “dobló” a senadores porque mantienen sus privilegios los trabajadores de Pemex. Destacó Reforma que en un artículo transitorio de la ley reglamentaria energética se indica que el cambio jurídico de Pemex “no deberá afectar en forma alguna los derechos de los trabajadores en activo, ni a sus jubilados y pensionados”.