El pueblo está cansado de promesas

Félix Fuentes Medina

La polémica reforma energética fue promulgada en sus seis capítulos por el presidente Enrique Peña Nieto y se abrió la expectativa sobre los beneficios que pueda recibir el pueblo de México, y si las empresas extranjeras agotarán el petróleo y el gas, como insisten algunas organizaciones.

Para el régimen peñista fue el lunes pasado día de festejo en Palacio Nacional, junto con la mayoría priista y toda la militancia del PAN, que durante lustros pugnó por el ingreso de capitales privados a la principal riqueza del país.

Las agrupaciones con etiqueta de izquierda se habían declarado en luto y el día de la promulgación mantuvieron posturas distantes.

Lo que queda de la clase media y los más de 50 millones de pobres siguen indiferentes. Han padecido y padecen tantos agravios por la carestía, el desempleo, los elevados impuestos y la inseguridad que no les entusiasma el futuro y menos creen que los combustibles y la energía eléctrica bajen de precio.

Al grueso de la población le aturden los discursos. Está cansada de promesas y de la permanente campaña política. Ha perdido confianza en autoridades de todos los niveles.

Concluido el tortuoso ciclo de reformas, al presidente Peña Nieto le exigen prontos resultados sus opositores y críticos. La andanada fue iniciada por el líder del PAN, Gustavo Madero, un día antes de ser promulgada la reforma energética.

Madero y el líder del PRD, Jesús Zambrano, hicieron posibles los acuerdos de las reformas en el Pacto por México, siempre a favor del gobierno priista. Varias veces se ufanaron de esos logros.

Eso apresuró la salida de Andrés Manuel López Obrador del PRD. El otro Chucho, Ortega, vitupera al tabasqueño y le niega toda calidad de luchador social.

En su calidad de líder perredista, Zambrano le hace al vivo. Después de presumir su participación en los acuerdos del Pacto por México se abstuvo de asistir al evento de la promulgación.

Es el juego de dos caras. Otro ente de izquierda, Ricardo Monreal, dejó una larga estela de corrupción a su paso por el gobierno de Zacatecas y en la Cámara de Diputados firmó uno de sus compinches la aceptación de 15 millones de pesos para gastos de su partido, el llamado Movimiento Ciudadano… y luego Monreal quiso adornarse con la devolución de ese dinero.

Y Dolores Padierna, de negro recuerdo en la Delegación Cuauhtémoc, lamenta con voz lánguida y a punto de las lágrimas, la entrega del petróleo a las trasnacionales. Junto con su marido, René Bejarano —el señor de las ligas— fundaron la tribu Izquierda Democrática, autora de incontables desmanes en las delegaciones.

Por eso México es manjar de intereses extranjeros, ante la inconsistencia política y porque los miembros de los ahora diez partidos nacionales pelean por sus intereses personales, sin más.

Si cada diputado va a recibir un millón de pesos por sus desempeños en la aprobación de las reformas, ojalá sean leales vigilantes de los contratos otorgados a consorcios extranjeros y nacionales.