Del 24 al 30 de septiembre último se llevó a cabo el 69° período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. La Asamblea General es el principal órgano deliberativo de la ONU; está compuesta por representantes de los 193 Estados Miembros. Las sesiones principales de la Asamblea iniciaron, como es tradicional, con el discurso de Brasil, seguido por el del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, como país anfitrión. En el debate diversos mandatarios y representantes de alto nivel mostraron su preocupación por varios temas candentes. Además de estos, la cumbre esta vez incluyó el debate de la situación medioambiental, urgida por la llamada Marcha Climática de los Pueblos que se realizó días antes en casi 160 países para demandar acciones inmediatas contra el cambio climático.

En su principal intervención, Ban Ki-moon, Secretario General del organismo, resaltó la importancia de las operaciones de paz para hacer frente a un amplio abanico de desafíos y subrayó también los numerosos riesgos que se enfrentan hoy en el mundo. Destacaba el sudcoreano que en este año se ha ensombrecido el ambiente, con violencia en distintas regiones y “fantasmas de la Guerra Fría [que] han vuelto a rondarnos…” A la vez, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, decía, “nunca ha habido tantos desplazados, refugiados y solicitantes de asilo. Nunca antes se pidió a las Naciones Unidas que ayudaran a tantas personas proporcionándoles asistencia alimentaria de emergencia y otros suministros para salvar sus vidas…”

Diversas intervenciones de gobiernos dieron cuenta de importantes preocupaciones de estos tiempos. Cuba volvía a recordar el viejo anhelo de reforma de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad; Rusia llamaba a mantener el principio de no interferencia internacional en asuntos nacionales por medio de “bloques arcaicos” como el de la OTAN; China pedía una mediación objetiva y balanceada del organismo y los gobiernos en los conflictos internacionales; Irak llamaba a la creación de un frente global unificado para derrotar al peligroso grupo Estado Islámico; Palestina acusaba que resulta pueril negociar con Israel si no se aborda el fin de la expansión de los asentamientos y la ocupación de sus territorios; El Salvador pedía apoyo para afrontar la migración de menores hacia Estados Unidos y la violencia delincuencial en su territorio…

Convocada para el día 21 de septiembre, 2,800 ciudades llevaron a cabo la Marcha Climática de los Pueblos en demanda de acciones inmediatas contra el cambio climático. El secretario Ki-moon participó en la que recorrió avenidas y calles de Manhattan, junto a personalidades de la política, el arte y la cultura estadounidenses y de otras partes del mundo. A la Cumbre realizada en el primer día de la Asamblea General asistieron más de 120 jefes de Estado o de Gobierno, los que según esto presentarían, como en anteriores ocasiones, iniciativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y atenuar el impacto del cambio climático.

No obstante, a pesar de la magna demostración del interés de los muchos pueblos en el asunto y del llamado de Ki-moon en el sentido de “convertir este impulso en un acuerdo significativo y universal sobre el clima”, la lucha contra el cambio climático continuó ahí repleta de facundia y pocas acciones contundentes, y al igual que muchos de los otros problemas planteados en ese importante foro, sigue sin solución en el mundo.

(Blog del autor: jhg2010.blogspot.mx)