Economía en vilo
Mireille Roccatti
El ejercicio del poder —lejos de tener el glamur que algunos imaginan— implica el desgaste de quien lo ejerce. En el caso del poder político, el efecto se magnifica y todos hemos podido testimoniar cómo, por ejemplo, cuando un titular del Ejecutivo federal al asumir el cargo es uno, y al terminar el sexenio es evidente el desgaste físico que le causa la alta responsabilidad de su encomienda, la cual termina pasándole factura.
En la coyuntura actual en un periodo muy corto, los temas álgidos de seguridad pública que todos conocemos han desembocado si no en un estallido si en una revuelta social, que han copado la agenda nacional y, por si hiciera falta, el Ejecutivo debe atender simultáneamente una serie de hechos externos que en concatenación con factores internos han cargado de electricidad en el inmediato plazo el futuro económico del país.
El presidente de la republica, Enrique Peña Nieto, en acatamiento al mandato constitucional, envió al Legislativo en el mes de septiembre el proyecto de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2015. Entre los criterios generales de política económica adoptados para la formulación de ambos instrumentos jurídico económicos destaca el precio estimado de 82 dólares para el barril de petróleo.
El caso es que en los mercados mundiales del crudo, el precio ha caído a límites inimaginables hace sólo unas pocas semanas. El denominado Brent y el WTI del crudo estadounidense, que estuvieron muy por arriba de los 100 dólares, hoy están por el orden de 88 y 84 dólares respectivamente. En el caso de la mezcla mexicana, que en marzo se situó en 114.5, hoy se encuentra en 77 dólares, aunque el tobogán de deslizamiento no parece detenerse.
Lo anterior afecta de manera inmediata el gasto del actual ejercicio fiscal, en el cual los ingresos y el presupuesto de este 2014 se construyeron con un precio de referencia de 85 dólares bp. Es cierto y algunos desconocen que, desde hace ya algunos años, el país contrata en mercado internacional un seguro que le garantiza ese precio, lo que amortiza los daños.
Luego de los resultados de este tercer semestre en que la economía repuntó y se alcanzó un crecimiento del orden del 3.2 y que la expectativa sería terminar con un crecimiento anual del 3.7, esta volatilidad del mercado petrolero mundial semeja una cubetada de agua fría.
En los días inmediatos será necesario replantear toda la estrategia recaudatoria y de gasto prevista para 2015, en el cálculo de ingresos por venta de crudo donde deberá ajustarse el precio de 82 previsto en los proyectos de Ley de ingresos y de presupuesto de egresos 2015, a los escenarios prospectivos del mercado mundial de crudo.
Los factores externos de la baja de crudo obedecen a que los países productores agrupados en la OPEP no han convenido reducir su nivel de extracción y a la contracción de la demanda de Estados Unidos, el principal comprador, que está satisfaciendo sus requerimientos con la producción de “esquisto”, y siendo, como lo es, prácticamente nuestro único comprador, este comportamiento del mercado nos afecta sustancialmente.
En lo interno, el problema es la baja de la producción en la cual pasamos de una plataforma de 3.5 millones de barriles diarios a una de 2.5, debido básicamente al agotamiento de Cantarell, combinado con un alza en los costos de extracción y el enorme endeudamiento y grave crisis financiera que agobia a Pemex. La medicina puede ser amarga: recortar el gasto, elevar impuestos o financiar el gasto con deuda, o una combinación de ellas.
En suma, en el horizonte se forman nubarrones que presagian mal tiempo para nuestra economía, como pudiera ser un alza en la tasa de interés del departamento del tesoro estadounidense, que pudiera acaecer en los primeros meses del año próximo, aunque la perspectiva es que la economía de nuestro vecino mejore, por nuestra interdependencia, podría ser el chaleco salvavidas que nos salve en los procelosos y volátiles vientos de la economía mundial.