Entrevista a Juvencio Wing Shum/Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

Ofelia Alemán

En México compartimos la preocupación internacional por los hechos acaecidos en Tlatlaya y Ayotzinapa. O debemos decir, que el mundo comparte nuestra consternación. ¿Por qué de pronto México se convierte en un tiro al blanco de crecientes condenas diplomáticas al respecto? En Siempre! entrevistamos al experto en economía internacional, el profesor Juvencio Wing Shum, de la Facultad de Economía de la UNAM, quien nos responde ésta y otras preguntas.

 

Ante las constantes denuncias de Amnistía Internacional y de Human Rights Watch, y el conjunto de declaraciones realizadas por la oficina local de las Naciones Unidas, la OEA, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y recientemente de la delegación mexicana de la Unión Europea ante los hechos ocurridos en Tlatlaya y Ayotzinapa, ¿podemos decir que es una condena política mundial y una campaña de desprestigio para el gobierno mexicano?

En el lenguaje diplomático la palabra “preocupado”, la cual aparece en todas las declaraciones, quiere decir muchas cosas. Quiere decir “Oiga, señor gobierno, le temo a lo que usted está haciendo, creo que lo que usted está haciendo me puede afectar, nos puede afectar a nosotros, es usted un peligro”. Esa palabra quiere decir: “algo de lo que usted está haciendo no está del todo bien”.

¿Y la palabra “consternado” es similar? Porque ésa es la palabra que emplea la OEA en su declaración.

Esa palabra es más grave todavía, es mucho peor; “consternado” quiere decir que estoy a punto de estallar, “oye, gobierno, estás a punto de que nos caigamos mal”, así es. Estas declaraciones son una condena al gobierno mexicano, pero no es una condena del todo sincera.

¿Cuál sería el trasfondo de estas declaraciones?

Tenemos muchos casos similares en el mundo. Hamid Karzai no pudo gobernar Afganistán porque se le vinieron encima los campesinos. En República Centroafricana, en Libia, en Siria, sucedió gracias a una campaña publicitaria extraordinaria. Líbano sufrió una guerra brutal porque tenía muchas cosas por las cuales las potencias exteriores lo estimaban mucho, era el asiento de todos los bancos de Medio Oriente, e Israel está molesto porque quiere que esos bancos pasen a su territorio. Muchos otros conflictos internos han servido de preludio para que Estados Unidos y las grandes potencias de la Unión Europea intervengan, entonces qué puedes esperar en México.

¿Pero de qué manera intervendrían?

Ya están interviniendo, están metiéndose en los contratos, están buscando más espacios para invertir su dinero, nos convencieron de que podemos despojar a los campesinos de sus tierras porque hay petróleo o minerales allí abajo, porque primero están los intereses de la patria, es decir, la patria exige que usted salga. ¿A dónde se van esos campesinos? Por eso tenemos tanta enmienda y compostura a la Constitución. Hay una elite mexicana en el poder que puede permitir que la inversión extranjera se adueñe de todo y produzca beneficios a la sociedad como en Francia, Inglaterra o Estados Unidos; yo digo que sí lo podemos hacer, pero a diferencia de esos países, nosotros no somos tan fuertes ni tenemos un sistema fuerte de regulaciones y controles. Hemos perdido la capacidad de negociar.

La condena creció con prontitud

¿Cuál es el interés mundial en el caso de Tlatlaya y de Ayotzinapa?, ¿petróleo?

El interés simplemente es reprimir y crear un estado de inquietud respecto a la capacidad del gobierno mexicano y su grupo de gobernantes para seguir gobernando al país, lo cual es cierto, porque este gobierno ha dado muestras de que no puede esclarecerlo. Ojalá esta enorme presión al gobierno hubiera nacido espontáneamente de la población mexicana, no que surgió del interés por mantener estable el mercado norteamericano y que la economía mexicana no estuviera tan frágil con este conflicto interno. Por eso la condena mundial se fomentó rápidamente.

Grandes intereses económicos hacen estallar bombas de publicidad para presionar al gobierno. Es el caso de Ayotzinapa desde la época del cardenismo, ya era un problema. Los puntos más sensibles de un conflicto interno se pueden utilizar para armar un escándalo necesario para que las potencias, las compañías, intervengan en los países. Las personas que están armando esta condena mundial contra México en particular son personas que están interesadas en determinados recursos estratégicos, en petróleo, los minerales y el agua.

Se observa la misma tendencia a condenar al gobierno en los países que tienen abundantes recursos o son enemigos potenciales de algunos otros intereses, como el caso de Brasil y Argentina, que tienden a independizarse de Estados Unidos.

¿Con el apoyo de Rusia, tal vez?

¡Con el apoyo de China!, China es el segundo proveedor de Brasil, el primero de Chile, el segundo de Cuba, y el segundo proveedor de México. Por eso ya no nos llevamos muy bien con Estados Unidos porque hay muchos intereses mexicanos que todavía no han logrado organizarse en el mercado exterior pero evidentemente la tendencia es a diversificar el mercado. Recordemos que muchos de los problemas que atravesó Irak se debieron gracias a que sus gobernantes tuvieron miedo de mantener su reserva en dólares por las crisis recurrentes y compraron monedas europeas. Esto asustó a Estados Unidos que pensó que se le iba a independizar y le organizó un escándalo bárbaro que todos conocemos.

De seguir la manifestación de la opinión internacional, ¿tendríamos serias consecuencias económicas como embargos, bloqueos, sabotajes?

Seguro, en vez de que estas declaraciones vayan en contra de las reformas son para aprovecharlas. Se crea un escándalo internacional, se desestabiliza el gobierno, y las compañías aprovechan el desorden para negociar las reformas. Las compañías quieren desplazar a sus competidores para obtener la mayor cantidad de beneficios. El gobierno no sabe qué hacer o le da el contrato a otro y el desplazado hace estallar una bomba internacional. El problema no es que un Estado nacional o un partido único se apropie de los recursos, sino que una compañía en particular se siente agredida porque no se le ha invitado personalmente a que vaya a tu país o no les abrieron la puerta cuando lo han solicitado. Ése es el problema en estos momentos en México.

“Ayudarnos” puede ser una excusa

Entonces las declaraciones tienen un trasfondo económico…

Sí, bastante, porque lo único que están haciendo es crear un clima de tensión y de miedo hacia el gobierno mexicano para incluir ciertas compañías internacionales, quienes han estado manipulando la publicidad internacional. Puede ser que lo de Tlatlaya y Ayotzinapa haya nacido por problemas internos, situación que otros aprovechan para desacreditar al gobierno y tener la excusa de “ayudarnos”, ya que evidentemente no sabemos cómo manejar la situación en el interior.

Tlatlaya y Ayotzinapa acapararon la atención mundial en un momento cumbre en México. Sin embargo, no recibimos condena mundial por ejemplo, con lo de las muertas de Juárez…

Tienes razón, por qué no se metieron a decir, por ejemplo, lo de las muertas de Juárez, no lo sé. Tal vez estaban distraídos, ocupados en otra cosa, pero en este momento también tienen a Siria y a Irak, que se les salió de las manos, no lo pueden manejar, es un relajo porque gran parte de los guerrilleros kurdos fueron alguna vez subsidiados por Estados Unidos y otras veces sucedió que el propio Hussein de Irak fue subsidiado por Estados Unidos para atacar Irán, y éste después recibió subsidio para atacar Irak. Van y vienen, cambian mucho.

Esto pasa porque la mayoría de las veces el gobierno de Estados Unidos acepta la influencia de algunas empresas, pasa el tiempo y luego el gobierno cambia con otras empresas, por eso entran en contradicción. Hay un peligro grave si no se sabe controlar la inversión extranjera, los países que tienen completamente las puertas abiertas al exterior reciben ciertas empresas con un gobierno y luego entran en contradicción con esas mismas empresas; no hay nada que puedas hacer, no hay salvación para el país receptor. Esto es lo que puede pasar en México con la apertura total.

Las faltas del gobierno mexicano son graves y pueden hacerse todavía más a nivel internacional, la presión puede crecer aún más. Aquí en México ya se vio que hay un grupo interno que apoyaría perfectamente la entrada de las compañías extranjeras, pero como no se han dicho nombres todavía, lógicamente todos están interesados. Ejemplifico: el lunes pasado por la mañana, sacaron unas fotos de los refugiados palestinos en Israel, y dice la nota muy curiosa: “Comienza hoy la reconstrucción de Gaza”. Claro, eso era precisamente lo que estaban buscando. “Amigo palestino, no te queríamos matar, lo que sucede es que necesito tu territorio totalmente destruido para que yo entre a hacer reconstrucción, porque ya se me están yendo los negocios…”

Coquetéame

Estas condenas se pueden leer como: México, ya tienes las reformas, reparte más el pastel, o ¿qué está pasando?

No solamente eso, también dicen: “Empiézame a coquetear porque si no lo haces, quiere decir que se lo quieres dar a mi competidor. Aquí estoy, no te olvides de mí”. Se utilizan muchas caretas, los interesados jamás salen personalmente, nunca sabremos quiénes son los que orquestan este lío internacional. Por ejemplo, ¿en qué le podría afectar a Estados Unidos como país, el hecho de que no tuviera suficiente petróleo? —que por cierto sí lo tiene— pero están buscando más crudo porque lógicamente no quiere que otro lo tome. Estados Unidos ha comprado petróleo para guardarlo en depósitos subterráneos estratégicos para el futuro.

Los intereses de algunos cuantos provocan tremenda aventura para los países y lastiman a gente que no deberían tocar. Sólo unos cuantos van a tener todos los recursos en el futuro y tengo la sospecha de que en este caso mexicano sucederá lo mismo.

Nos presionan por la cuestión de las reformas, la economía, los recursos…

Y están buscando la forma de alarmar. “¡Miren todos lo que está pasando! ¡43 desaparecidos!” Las fosas, y luego aparece el cadáver de un muchacho desollado, sin los ojos. Horrible lo que hicieron. Necesitan explotar un escándalo bárbaro para justificar la intromisión del tipo diplomático pero duro… y el gobierno mexicano no está manejando bien las cosas. Está muy difícil; las reformas son una invitación para que los capitales foráneos vengan más seguido y con más fuerza a nuestro país. En vez de calmarse las condenas internacionales porque México ya aceptó las reformas. ¡Ah, no! Quieren más, y presionarán aún más. Así es como se debe leer este fenómeno.

Grandes ambiciones

Es horrible la política internacional, durísima. Y además no son ambiciones chiquitas, son siempre grandes cantidades, grandes inversiones y afectaciones de muchos años. No creo que nos suceda una afectación como le tocó a Afganistán porque somos más inteligentes como para acomodarnos y ajustarnos; pero sí podría darse como la de Irak, que está mucho más avanzado que Afganistán, y tiene definitivamente más flexibilidad en el gobierno. En México hemos perdido igualmente la capacidad de movernos, de ajustarnos, de negociar porque hemos llegado a la rigidez política. La elite dirigente cree que la razón les asiste. Por ejemplo, le presentamos a la sociedad el Progresa, lo imponen a la fuerza y no lo evalúan ni lo adaptan, sólo lo imponen y no le dan seguimiento. Eso no está bien, es rigidez política.

En la presente administración se han logrado pasar todas las reformas pendientes desde hace varios sexenios. ¿Y por qué pusieron en el exterior algunos intereses?, porque de todas maneras, aunque no hubieran pasado estas reformas, ya lo estaban haciendo. Por ejemplo, el contratismo añejo en Pemex. Siendo una empresa pública con toda la responsabilidad que tuvo, Pemex nunca se comportó como tal, su comportamiento era exactamente como cualquier empresa capitalista. La contaminación descontrolada, la corrupción, las licitaciones, las empresas fantasma de unos cuantos, la compras excesivas, las facturas falsificadas, etc.

¿Y qué debería hacer la diplomacia mexicana en respuesta a todas estas declaraciones internacionales?

Lo que debería hacer el gobierno mexicano inmediatamente es calmarlos, no aquí adentro del país porque no va a poder, pero sí afuera, en el exterior.

¿Calmarlos?, ¿de qué manera?

Con más promesas como debe de ser, decirles “yo te prometo que sí, que a todo mundo le va a tocar del pastel”. El problema está en que como faltan algunas leyes que aprobar por el Congreso, se convierte en un tipo de lobby internacional, un cabildeo, es la única forma de lograrlo. Parte del experimento de abrir la puerta a los extranjeros tiene su origen gracias a las peleas internas de los sindicatos en Estados Unidos y en la zona del euro, con mayor razón buscan a otros países para contratar mano de obra barata. Pero primero hay que ver si vamos a aguantar ese ritmo de inversión extranjera en México. ¿Cómo le haces para crear un empleo en el país? Necesitas desemplear a diez para darle empleo a uno.

De eso se trata, de crear poquitos empleos y desaparecer muchos. Los desempleados presionan a las empresas y presionan también el salario para que no suba. Si tú creas muchos empleos y desapareces el desempleo entonces los salarios suben automáticamente junto con toda la cadena de precios. Ése es el negocio, de lo contrario tendrías que subir el salario y elevar el precio final de tu producto pero no lo podrás vender en el exterior o en ninguna parte, porque está muy caro, nadie lo puede comprar. Te sales del mercado y quiebras.

¿Y qué hacer con esos miles de desempleados?

Imagínate, miles de familias que son lanzadas a la calle, mientras se vayan al comercio informal todavía está bien pero se van a la delincuencia o se van al otro lado. El juego de la economía internacional es muy cruel; las empresas no se dan cuenta de lo que hacen porque piensan que son grandes creadoras de empleos.

Para concluir, profesor, en el contexto internacional de Tlatlaya y Ayotzinapa, ¿los demás leerán el trasfondo?

Todo el mundo lo interpreta de forma distinta. Muchos lo van a interpretar simplemente como que del exterior están presionando al gobierno para que esclarezca los hechos en materia de derechos humanos, de transparencia, de la democracia. Mucha gente piensa que es tan grande el problema de México que hasta los europeos se preocupan. Europa también puede presionar porque muchas de las inversiones que se hacen en México necesitan maquinaria y refacciones europeas.

El mercado europeo está muy ligado al norteamericano; los europeos se hacen presentes a través de una declaración nada más para vigilar el asunto. La mayoría de la gente no se da cuenta que todas estas declaraciones internacionales son una maniobra política para presionar al gobierno mexicano desde el exterior con las reformas, esta maniobra es para que se preocupe el gobierno federal, no la población.