La bióloga Natalia Avseenko, de 36 años, se despojó de sus prendas para poder nadar junto a un grupo de ballenas belugas en el mar Blanco, en Rusia, y así aprender más sobre su conducta y hábitos.
Desafiando temperaturas bajo cero, y completamente desnuda, la científica rusa nadó junto a Matrena y Nilma, las belugas —cetáceos de más de una tonelada de peso, que rechaza el contacto con materiales artificiales— que habitan en la región de Murmansk Oblast en el extremo norte-oeste de Rusia, a la orilla del mar Blanco, cerca de la sucursal del Círculo Polar Artico de la Dophinarium Utrish.
Para el ser humano promedio, nadar tan solo cinco minutos a una temperatura de 1.5 grados representaría la muerte, sin embargo, Avseenko logró convivir con las belugas durante diez minutos y 40 segundos, gracias a su dominio del yoga y a las técnicas de respiración bajo el agua.
Las belugas se caracterizan por ser las primeras ballenas en interactuar con el hombre. Su complexión de músculos faciales les permite adoptar gestos parecidos a la sonrisa humana. La mayor parte de estos cetáceos habitan en el Artico y las costas de Alaska, Canadá, Groenlandia y Rusia. Se calcula que hay unas 100 mil belugas en libertad.
Por supuesto que esta experiencia fue capturada por el lente fotográfico, en unas imágenes que rescatan la belleza de la naturaleza entre el ser humano y el animal.
Fotos: The Daily Mail