Entrevista a Luis Rius y Alán Rojas/Museo Mural Diego Rivera
Jacquelin Ramos
La Academia de San Carlos o la actualmente Escuela Nacional de Bellas Artes —fundada en 1785— ha sido “la institución más importante que se ha dedicado a la enseñanza sistemática de las artes plásticas”. Por sus aulas han pasado la mayor parte de los artistas que han engrandecido el arte mexicano.
Sin embargo, muchos de estos artistas han quedado relegados prácticamente al olvido; es el caso del que no sólo fue un importante alumno de la Academia, sino también un maestro, convirtiéndose después en el director de la institución, el pintor mexicano Santiago Rebull (1829-1902).
Rebull, a lo largo de su vida, produjo un considerable número de obras y es ejemplo de los estudios academicistas de la época, traducidos en técnica y composición propias de la influencia de las escuelas europeas.
Sus estudios en aquel continente ampliaron su horizonte y perfeccionaron su técnica, esto hizo que a su regreso a México fuera considerado como uno de los mejores pintores del momento, así lo comentó en entrevista a Siempre! Luis Rius Caso, director del Museo Mural Diego Rivera, al considerar a Rebull como una figura fundamental del arte mexicano.
Por su parte, Alán Rojas Orzechowski, coordinador de exposiciones de dicho recinto, asegura que es en el retrato donde Rebull consolidó una línea de acción que le valió los elogios de Maximiliano de Habsburgo y sus contemporáneos, así como de los presidentes Benito Juárez y Porfirio Díaz.
A diferencia de otros personajes y artistas de su momento, a Rebull le tocó vivir varios cambios sociales y políticos en este país sin verse afectado, lo cual habla mucho de la calidad de su trabajo, calidad que se refleja en la exposición Santiago Rebull: los contornos de una historia, muestra dedicada de forma íntegra a este creador, con la cual se busca reivindicarlo y darle el sitio que le corresponde.
Maestro de maestros
¿Quién era Santiago Rebull?
Luis Rius: Es un importante pintor académico, cuya trayectoria personal está muy ligada a la historia de la Academia de San Carlos. Es uno de los artistas que podemos considerar como fundacionales del arte mexicano en su etapa independiente, porque se destaca como un gran pintor académico por sí mismo, un representativo del neoclasicismo y de las tendencias ligadas a la Academia. Como mentor, fue un gran maestro de dibujo al natural, que formó generaciones de gran importancia para el arte mexicano. Es maestro entre otros de Diego Rivera y de artistas de esa generación tan destacada y brillante.
Es el eslabón entre la primera escuela mexicana de pintura, aquélla que se funda por José Bernardo Couto y la segunda escuela mexicana de pintura que es la que le da una gran proyección al arte mexicano y que encabeza en principio Diego Rivera y después toda una pléyade de artistas que logran por fin lo que se llamaba entonces una expresión nacional. Indudablemente Rebull, como pintor y maestro, es una figura fundamental del arte mexicano.
¿Por qué es considerado como uno de los retratistas o pintor de cámara más importantes del siglo XIX?
Alán Rojas: Rebull se distinguió principalmente como un gran retratista. Fue uno de los pintores que escogió Maximiliano para hacer una galería de personajes ilustres de la Independencia en Palacio Nacional. Es interesante cómo Maximiliano no escoge a los maestros que ya estaban consagrados previamente en la Academia, sino que busca nuevos talentos mexicanos entre ellos está Rebull. Lo nombra pintor de cámara, después de realizar uno de los retratos más importantes del emperador Maximiliano, y le gusta tanto que lo envía al Palacio de Miramar en Trieste, Italia. Rebull no nada más representa a grandes personajes de la historia sino también personajes de lo cotidiano, retratos de desconocidos, gente de la élite provinciana, gente acomodada de la ciudad de México, así como retratos de pintores de su generación como es el caso del pintor Juan Manchola.
¿Qué factores han provocado el olvido de la vida y obra de Rebull?
Luis Rius: Son muchos factores y realmente llama la atención porque es un gran pintor. Es un artista que desde una visión contemporánea es de aquellos pintores que, si bien siguen tendencias europeas, italianas y neoclásicas, llegan a igualar en calidad a sus maestros o en muchos casos hasta a suplantarlos, lo que es una visión muy latinoamericana contemporánea en la actualidad.
Sin embargo, a pesar de ser muy citado —no hay historia del arte mexicano donde no aparezca profusamente señalado— es poco conocido, esto se debe al arte vanguardista que ha crecido desde el siglo XIX hasta nuestros días, tomando como referencia negativa la Academia, es decir, hacer un arte “antiacadémico”.
Esta referencia se da a las afueras de la Academia donde siempre se van a encontrar elementos conservadores o tradicionales en negativos; donde se van a resaltar los valores que tienen que ver con la novedad y el cambio, con el progreso del arte y con la investigación artística. Como las vanguardias crecieron tomando como referencia antagónica la Academia, por eso se le ha dado poca importancia. Por fortuna este enfoque ha cambiado en función de la nueva importancia que tienen las academias en el arte contemporáneo.
Pilar del arte mexicano
¿Cuál es la transcendencia de la obra de Rebull en la historia y el arte de México?
Alán Rojas: Es importante remarcar y destacar doblemente a Santiago Rebull, uno, como artista propiamente, y segundo, como un gran docente en la Academia de San Carlos, ahí es donde radica principalmente parte de su transcendencia.
Luis Rius: Rebull muestra cómo es un pilar muy sólido del arte mexicano, es un eslabón fundamental, sin él difícilmente podríamos pensar en la calidad artística de las generaciones siguientes, entre las que se destaca la de Diego Rivera. Es una prueba de lo sólido que era la Academia de San Carlos en América Latina con todo y problemas de todo tipo, pero era una Academia con grandes maestros, que influyó mucho en América Latina de una manera que apenas vamos descubriendo.
Por ejemplo, había un tráfico de obras muy importante con Venezuela a cambio de dinero y de cacao, una especie como de trueque, donde los maestros latinoamericanos se venían a formar a la Academia de San Carlos. Era un foco de radiación muy importante que también se expresó en el romanticismo de otros países latinoamericanos.
La tradición pictórica que absorbió el artista fue completamente romántica, ¿a que se debió esto?
Luis Rius: Rebull está en ese cruce de tiempos en México en el que se fusionan muchas referencias en el neoclasicismo y el romanticismo. Fue rescatar mucho ese tipo de elementos muy característicos del siglo XIX, como el regreso a las líneas primigenias, a lo principal, a ese momento de ruptura que se dio cuando la Academia llegó a México después de un proceso tan complicado como el barroco. El academicismo llega como una necesidad más, como una respuesta, la cual encaja muy bien en la sociedad de ese momento y, sobre todo, cuando se genera la Academia de San Carlos.
¿Por qué Rebull, a diferencia de otros pintores o artistas en su momento, pasó por varias épocas políticas e históricas sin verse afectado?
Alán Rojas: Más que sin verse afectado, se distinguió por su pericia a la hora de ser un gran artista y eso le permitió un tanto flotar por encima de los intereses políticos. Para empezar, la Academia de San Carlos surge de un momento político clave, este patrocinio que le da Antonio López de Santa Anna con los fondos de la Lotería de San Carlos que le permite crecer, traer artistas foráneos y hacerlos grandes maestros de una gran generación como la de Rebull, Velasco y otros. Esto le permite mantener la Academia en un tinte sobre todo conservador porque quienes componen la junta de gobierno de la Academia son destacados políticos conservadores.
El arte académico en esta primera parte del siglo XIX va a estar muy ligado sobre todo a los ámbitos conservadores. Esto va a cambiar mucho con la entrada de Benito Juárez, de la República, y en primer lugar cambian el nombre de la Academia, va a ser la Academia Nacional de Bellas en donde podremos empezar a atestiguar la prehispanización del arte. Santiago Rebull queda como estos primeros reductos conservadores, posteriormente cuando llega la invasión francesa y era director de la Academia, renuncia, pero continua dando sus clases.
Ya con Maximiliano volvemos a atestiguar el carácter de gran artista, al lograr captar la mirada del emperador. Es importante resaltar que Maximiliano de Habsburgo era un hombre sumamente culto, provenía de la realeza europea por lo que está acostumbrado al arte de las grandes academias europeas sobre todo de Viena. Para que alguien haya captado este ojo muy entrenado, quiere decir que de verdad tenía un gran talento, esto le permite a Rebull sobrellevar el segundo imperio y su caída, él va a hacer obviamente reasignado igual como maestro dentro de la Academia, por su talento que va más allá de ideales políticos.
Piezas de la familia en su mayoría
La muestra, ¿cómo está integrada?, ¿de dónde provienen las obras?
Alán Rojas: Son 68 piezas, están dividas en tres núcleos temáticos. El primero tiene que ver con esta etapa temprana de Santiago Rebull en la Academia y su relación como estudiante, como maestro, y posteriormente como director. Lo que vamos a ver son óleos de la primera etapa de Santiago y sobre todo dibujos que hoy forman parte del acervo de la Facultad de Artes Visuales en la Academia de San Carlos, con esa tradición de copistas que tiene la Academia en el siglo XIX.
El segundo núcleo es la galería del retrato, aquí atestiguamos esta perfección de su trayectoria como estudiante. Vamos a ver retratos de grandes personajes históricos o gente como la que les mencionaba, de lo ordinario, gente como los padres de Diego Rivera, gente acomodada de provincia, del ámbito familiar del mismo Rebull.
Finalmente, el último núcleo lo forma Rivera, pero este Rivera temprano, obviamente no el muralista, sino el estudiante, alumno de Rebull, donde podemos ver la clara influencia que él va a recibir de esta educación académica.
La mayoría de todas las piezas procede de la familia, de los descendientes del pintor. Valdría la pena decir a lo mejor que no hay tanta producción de Santiago Rebull en cuanto cantidad, pero en calidad hay mucha y muy buena. Son pocas las obras que se tienen en instituciones publicas, por eso quizás también no es tan conocido como un Velasco.
¿Qué es lo que quieren rescatar de Rebull y mostrar al espectador?
Luis Rius: Queremos rescatar primero que nada su calidad artística. Es una exposición que incluso sacándola del contexto que hemos venido mencionando, las obras individuales tienen aquello que se llamaba el aura artística. La obra de arte está rodeada por un aura que acerca al espectador al mismo tiempo que la aleja por su perfección, es un término tomado por Walter Benjamín y que toma de un lenguaje religioso. Entonces quien llega y ve esta obra en realidad queda muy impactado por obras de un virtuoso, en su manejo del dibujo, en sus colores tan vigorosos, tan fuertes y la perfección técnica que quizás es algo que ya no forma parte de nuestra contemporaneidad. Es rescatar el deleite de apreciar esta obra.
En segundo lugar queremos resaltar esa parte importante en la historia de México y que se tenía que haber trabajado antes y que ahora lo hacemos nosotros, ese eslabón que nos lleva a ese Diego Rivera muy joven, como se atestigua en los tres dibujos que aquí presentamos, era un súper dotado en términos técnicos y a ello contribuyó Rebull.
También queremos mostrar la importancia de la Academia de San Carlos como una institución actuante en su época, muy viva, que tuvo una consecución en los artistas que le siguieron. De alguna manera nos invita a pensar en la historia, no voy a decir lineal, pero sí como procesos evolutivos que están ahí y que se desencadenan en alumnos muy importantes. Son todos estos atributos los que hemos querido resaltar entre otros, porque también buscamos lecturas diversas.





