La guerrilla colombiana de las FARC denunció este domingo que está en riesgo la liberación del general del Ejército capturado hace una semana con dos acompañantes y podría retrasarse por las intensas operaciones militares en la zona selvática donde se encuentran los rehenes.
La liberación es una condición que puso el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, para continuar con la negociación de paz que busca finalizar con el conflicto armado de medio siglo, luego de haberlo suspendido por la captura del general Rubén Darío Alzate, un suboficial y una abogada en una zona selvática del departamento del Chocó.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijeron en un comunicado que en la zona en donde permanece Alzate se registran desembarcos de tropas, bombardeos, sobrevuelos de aeronaves de inteligencia y medidas que restringen el movimiento de la población civil.
“Mientras esta situación no sea modificada sería improbable tener de regreso a la libertad en la próxima semana al general Alzate y a sus acompañantes”, advirtió el grupo rebelde.
No hubo ninguna reacción del Gobierno ni de las autoridades militares a la denuncia de la guerrilla, que se produjo un día después de que Santos dijo que tiene en su poder las coordenadas de los lugares en donde serán las entregas de los rehenes.
Asimismo, las FARC indicaron que este martes liberarán a los soldados Paulo César Rivera y Jonathan Andrés Díaz, secuestrados durante combates con el Ejército en el departamento de Arauca, una zona petrolera y ganadera del noreste del país, fronteriza con Venezuela.
Cruz Roja interviene
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) está a cargo de la logística para recibir a los rehenes, mientras que Cuba y Noruega harán parte de la misión humanitaria.
Las FARC, que cuentan con unos 8 mil combatientes y son consideradas una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, han considerado a los militares como prisioneros de guerra y su futura entrega como un gesto de paz.
Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz con el que se busca poner fin a un prolongado conflicto interno que ha dejado más de 200 mil muertos, acordaron la semana pasada el Gobierno de Santos y las FARC liberar a los soldados, así como al general Alzate y a sus acompañantes.
Alzate se convirtió en el primer general capturado por la insurgencia en la historia de la confrontación en Colombia; pese al diálogo de paz en La Habana, el conflicto continúa y son frecuentes los ataques, los bombardeos y los combates.
Aunque han sido debilitadas por más de una década de una ofensiva militar apoyada por Estados Unidos en la que han muerto varios de sus líderes, las FARC aún tienen capacidad de realizar acciones de gran impacto.
En el diálogo de paz, las partes han logrado acuerdos parciales para dar acceso a la tierra a campesinos pobres, garantías para que los guerrilleros puedan participar en la política, y han abordado la lucha contra el narcotráfico; aún hay pendientes temas complejos como la compensación a las víctimas, el fin de la violencia y la aprobación por parte de los colombianos de los acuerdos a través de un mecanismo el referendo.