Después de que se registraron enfrentamientos con la policía en las cercanías del centro Admiralty, en una escalada de más de dos meses de manifestaciones, la presencia de miles de activistas prodemocracia obligó este lunes al cierre temporal de la sede del Gobierno de Hong Kong.
Las oficinas del Gobierno central y la legislatura cerraron sus puertas por la mañana, al igual que decenas de locales comerciales; la perturbación surgió cuando los oficinistas trataban de llegar a sus trabajos, y cientos de manifestantes rodearon ese Centro, que alberga oficinas y tiendas.
El último estallido de violencia, durante el cual la policía atacó a los manifestantes con porras y gas pimienta, marca una escalada en el movimiento de desobediencia civil; 40 arrestos se realizaron, según la policía. También subraya la frustración de los manifestantes por la negativa de Pekín a conceder reformas electorales y otorgar una mayor democracia en la ex colonia británica.
“El ambiente en el Admiralty es muy diferente ahora, después de los enfrentamientos de anoche”, dijo Jessica Lam, de 20 años, quien regresó al lugar este lunes, “se ha vuelto muy tenso, como volver a los primeros días cuando acababa de comenzar la protesta”.
Cientos de agentes policiales antidisturbios dispersaron a la multitud con gas pimienta y golpeándolos con porras para evitar que escalaran muros, en una aglomeración de cuerpos en una vía fuera de la sede del Gobierno, por lo que decenas de médicos voluntarios asistieron a numerosos heridos, algunos que yacían inconscientes y otros sangrando con cortes en la cabeza.
El Secretario de Seguridad de Hong Kong, Lai Tung-kwok, defendió el uso de la fuerza, “la policía tiene que tomar acciones decididas, no tiene otra opción (…) es su deber restablecer la ley y el orden”.
Mientras la policía libraba enfrentamientos en el distrito del Admiralty, las tensiones se incrementaron en el distrito de clase obrera de Mong Kok, que fue escenario de violentos enfrentamientos en las últimas semanas antes de la remoción de un gran campamento de protesta el miércoles pasado.
Los manifestantes exigen elecciones libres al próximo líder de Hong Kong que asumirá en el 2017, no la votación entre candidatos preseleccionados que permitirá el Partido Comunista de China.
Los enfrentamientos se produjeron después de que los líderes estudiantiles pidieron a los activistas incrementar sus protestas y rodear la sede del Gobierno, instando a sus partidarios a avanzar hacia los edificios del Admiralty, cerca del distrito central de negocios de Hong Kong.
El representante estudiantil Nathan Law pidió a los manifestantes a continuar el movimiento de desobediencia civil iniciado a finales de septiembre, calificándolo como un “largo viaje”.
El movimiento prodemocracia representa una de las mayores amenazas para la dirección del Partido Comunista de China desde la sangrienta represión en 1989 de las manifestaciones estudiantiles en los alrededores de la Plaza de Tiananmen, en Pekín.