El Museo Británico de Londres otorga por primera vez su autorización para que uno de los llamados Mármoles de Elgin salga del país. Se trata de una estatua de ilisos, el dios del río, un hermoso cuerpo desnudo, sin manos ni cabeza, que se expondrá hasta mediados de enero en el Hermitage de San Petesburgo con motivo del 250 aniversario del museo ruso, que nació cinco años después del British.

Así como esta pieza, la mitad de las esculturas y relieves que engalanaban el Partenón de Atenas, construido entre 447-432 AC y una de las glorias de la civilización, se exponen desde comienzos del siglo XIX en el Museo Británico de Londres, a donde se las llevó Lord Elgin, el embajador inglés ante el Imperio Otomano, provocando en ese entonces un agravio para los griegos, que pelean desde hace décadas por su devolución, siempre infructuosamente. Recientemente se inicio una nueva campaña para el reclamo de las piezas, con la famosa abogada, Amal Alamuddin, la flamante esposa de George Clooney.

Neil MacGregor, el director del Museo Británico, aseguró a BBC Radio que su institución es “el más generoso prestatario del mundo”. Explico que su cesión ha levantado suspicacias también en Reino Unido, porque coincide con el enfriamiento de relaciones con Rusia ante la crecida de Putin en Ucrania: “El Hermitage nos la pidió para su 250 aniversario y dijimos inmediatamente que sí. La gente que no puede viajar a Londres o Atenas tiene así una oportunidad de entender los logros de aquella cultura”.

Por otro, se sabe que Grecia sostiene que Lord Elgin se llevó los mármoles de manera ilegal, que fue un robo y que desde 1816 están en el Museo Británico. Atenas reinauguró en el verano del 2009 el Museo de la Acrópolis, tras una costosa remodelación, pero lógicamente el centro estará siempre cojo sin el tesoro inglés.

El año pasado David Cameron expresó su oposición a devolver los mármoles a Grecia y a entregar a la India otra joya controvertida, el diamante Koh-i-Noor, sin embargo alegó lo habitual, que el British es “un museo del mundo y para el mundo”, donde los tesoros que rapiñó por todo el planeta el Imperio inglés están “al alcance de todos”.