2015, un libro nuevo

La vida no está hecha de deseos y

sí de los actos de cada uno.

Paulo Coelho

Carlos Alberto Pérez Cuevas

Estamos a tres días de que el año 2014 deje de existir, en la realidad y en la vida de todos los mexicanos dejará una profunda marca, imposible de borrar, será uno de esos años en que las cosas han sido tan complejas que quedarán tatuadas con tinta indeleble no sólo en la memoria colectiva sino en lo más profundo de nuestros corazones. Lo que nos ha tocado vivir este 2014 ha sido una de las mayores crisis de inseguridad de la mano de una gran crisis de liderazgo y acción política; políticos que no tomaron decisiones a tiempo y que se deslindaron de su responsabilidad de salvaguardar la paz y tranquilidad de todos, en estos casos de barbarie no aplica que se culpe a otros de la responsabilidad por ámbito de gobierno y circunstancia política, cada uno tiene que hacer lo que le corresponde y vincularse al trabajo conjunto con los otros órdenes de gobierno.

El 2014 será el año de Ayotzinapa y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas; así como el 2 de octubre de 1968 quedó marcado para siempre como el año de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, y que ha trascendido décadas y generaciones, así este año será recordado como el tiempo en que en México fuimos testigos de la peor descomposición humana, la que se atreve a tratar a las personas como si fueran cosas y disponer de ellas cual objetos, la que plasma su odio y rencor contra la sociedad de una manera tan grave que los llevó a cometer los crímenes más espeluznantes, carentes de todo sentimiento humano, privar de la vida a una persona constituye en sí mismo un acto muy grave en lo humano, jurídico y social. Pretender desaparecerlos, según las investigaciones de las autoridades, incinerándolos, es una de las peores barbaries vividas en este país.

De la gran cantidad de problemas que también sucedieron en este año, se encuentra, la caída estrepitosa del peso, superando por mucho otras crisis y en donde su valor frente al dólar se depreció hasta superar los quince pesos por billete verde, las muestras de actos de corrupción cometidos por destacados actores políticos se han quedado cortos con lo sucedido en Guerrero, incluso la muerte de Chespirito quedó opacada por la más cruel y despiadada conducta del matrimonio Abarca y sus vínculos con la delincuencia organizada.

Estas muertes destaparon ante la opinión publica la evidencia de una gran cantidad de fosas clandestinas con decenas de cadáveres que hasta la fecha no han sido identificados por las autoridades, muestras todas ellas de que las cosas están más graves de lo que se ha narrado a la sociedad.

A pesar de la grave situación del país, no podemos darnos por vencidos, los hechos de Iguala no deben repetirse nunca más. Estamos por empezar el año 2015, a pesar de las adversidades es un libro nuevo donde podemos escribir la historia que queremos que suceda.

@perezcuevasmx

perezcuevasmx@gmail.com