El noreste de Estados Unidos amaneció este martes completamente paralizado, después de que las autoridades de los Estados de Nueva York, Connecticut y Massachusetts decidieran implementar medidas preventivas extremas; prohibieron la circulación durante toda la noche y el transporte público para facilitar las labores de los servicios de emergencia.
La tormenta resultó ser menos fuerte de lo previsto en la gran metrópoli neoyorquina, por lo que se espera que para medio día vuelva todo a la normalidad.
La tempestad de nieve que azotó la pasada noche la región, y que afectó a 38 millones de residentes a su paso, provocó que los condados se convirtieran durante horas en una ciudad fantasma.
La isla de Manhattan quedó aislada, con las calles vacías y dominadas por un silencio roto por las palas de los quitanieves; un contraste en pocas horas con las largas filas en los supermercados para el acopio de alimentos.
El lunes, la hora de vuelta a casa se anticipó al almuerzo, antes de que los túneles, puentes y autopistas quedaran cortados al tráfico en previsión de la temida tormenta Juno.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde de la ciudad de Bill de Blasco, habían dispuesto la prohibición del tránsito vehicular que no fueran de emergencia, desde las 23.00 hora local del lunes por la fuerte tormenta de nieve que se intensificó durante la noche, sin embargo, en su cuenta de Twitter, Cuomo indicó que las restricciones del tráfico quedaron levantadas a las 7.30 hora local, en Nueva York y las localidades de los alrededores, tras casi nueve horas de bloqueo total, “prefiero prevenir que curar”, dijo.
Afectaciones por debajo de lo esperado
El servicio en la red de metro de la ciudad de Nueva York, el mayor del país, estuvo suspendido hasta las 09.00 hora local, e irá tomando poco a poco el ritmo conforme avance la jornada.
Tampoco circularon autobuses ni trenes de cercanías, aunque el retorno a la normalidad debería ser rápido, porque la nieve que se esperaba iba a acumularse no llegó a ser tanta como lo tenían previsto; el sistema de trenes debería operar al 60 por ciento de la capacidad para medio día, como en un domingo.
Cuomo explicó en rueda de prensa que la apertura al tráfico se está haciendo de forma coordinada con los estados vecinos. En Nueva Jersey, la prohibición se levantó media hora después mientras que en Connecticut se hace por partes. Aún así, pidió prudencia si se debe viajar.
Respecto al capital, Wall Street, de hecho, mantuvo el plan de abrir a la hora habitual y operar con normalidad, aunque la actividad al arranque de la sesión será muy baja como sucedió durante la tormenta; dependiendo de cómo se vayan levantando las restricciones impuestas al tráfico y se retome el servicio de metro, la economía de la ciudad irá cobrando vida.
Las primeras proyecciones hablaban el domingo de que Nueva York podía haber quedado sepultada en una noche con hasta 90 centímetros de nieve. Con esa precipitación se superaría cómodamente el récord actual, que data de 2006, cuando se registraron 68 centímetros en Central Park; las estimaciones se rebajaron durante la noche, hasta quedar en menos de la mitad.
Los tres aeropuertos de Nueva York seguían a la espera de ver cómo evolucionaban las condiciones meteorológicas para volver a operar, tras cancelar 6 mil vuelos.
Lo que quedó claro es que Juno no estará entre las diez mayores tempestades de nieve que afectaron el área metropolitana neoyorquina; se espera que se acumule una capa de nieve inferior a los 20 centímetros.
Cuomo admitió lo evidente al ver las cantidades finales, “es mucho menos de lo anticipado”, también señaló que las autoridades se guían por las previsiones que le dan los servicios de meteorología; sí justificó la prohibición a la circulación diciendo que las carreteras se pudieron limpiar con más rapidez y de forma efectiva por el hecho de que no había coches entorpeciendo.
Tampoco la nevada que traía Juno fue tan severa como se esperaba en Boston, con una acumulación de nieve que llegaba a los 30 centímetros en algunas zonas de Massachusetts mientras la tormenta se desplazaba hacia el norte; es una cantidad similar a la que se vio en el extremo de Long Island, donde el golpe del frente se sintió más fuerte que en Nueva York.
El hecho de que la nevada cayera durante la noche hizo la gestión de la crisis más fácil, el impacto económico de las inusuales medidas preventivas adoptadas dependerá de la rapidez con la que se vuelva a la normalidad a lo largo de la jornada del martes; la tempestad Sandy hace dos años llevó a las autoridades a anticipar estos eventos, para prevenir un colapso mayor.
Juega con trinero, muere
Un adolescente de 17 años de edad murió en Long Island, al este de Nueva York, en un accidente en la calle mientras jugaba con un trineo durante la tormenta de nieve, indicaron este martes medios locales y lo confirmó la policía.
El hecho tuvo lugar en el condado de Suffolk, a unos 60 kilómetros al este de la ciudad de Nueva York.
El joven jugaba con un trineo casero con amigos y chocó contra un poste de luz, según la policía, citada por medios locales; la muerte del adolescente fue confirmada por un vocero del Departamento de Policía de Suffolk.
Información de El Universal, La Jornada y El País, España
