GARBANZOS DE A LIBRO

 

Marco Aurelio Carballo

“Solo las madres de los delincuentes pueden detenerlos”, declaró Sara Sefchovich, socióloga y escritora.

“¿Por qué habrían de hacerlo —se preguntó— si con sus delitos se benefician y no hay autoridad en quién confiar? Pues porque a su hijo también pueden matarlo, único paralelismo con las madres de las víctimas de la delincuencia”.

“Fracasadas las acciones gubernamentales”, agregó, “la única solución está en un movimiento de abajo hacia arriba”. Su iniciativa consiste en enfrentar la delincuencia desde el ámbito familiar, con las armas del afecto. La propuesta está en su libro ¡Atrévete! Propuesta hereje contra la violencia en México, de editorial Aguilar.

“Para que una mamá se oponga —dijo— no hacen falta recursos del gobierno, ni líderes ni partidos políticos. Se puede empezar mañana y en cada casa”.

Dijo también que escribió el libro antes de los sucesos de Ayotzinapa, que al levantar el país hicieron evidente el hartazgo social. “Son los padres de los normalistas. La conciencia social se la debemos ahora a esa gente”.

Su propuesta no acabará con la delincuencia, dijo, pero “puede disminuir los niveles de crueldad y provocar cambios sociales. La institución más importante en México es la familia y en su centro está la madre. El país ha estado varias veces al borde del abismo, y si ha seguido adelante es porque existe un tejido social sólido. Pase lo que pase, las familias se apoyan y siguen con su vida cotidiana”.

El primer paso, dijo la socióloga, es que la madre acepte que su hijo es delincuente. Después debe hablar con él, insistirle en que su víctima es también un ser humano, disuadirlo de hacerle daño y advertirle que lo acusará con su familia, amigos y con la comunidad que le importa. Se trata de construir una madre nueva con conciencia, una ciudadanía responsable y un gobierno que, en lugar de medidas faraónicas y acciones asistencialistas, actúe sobre el entorno.

“Resuelves más —dijo— si a los pobres les pones luz, vigilancia; si te aseguras  de que pase el camión de la basura, si haces que vivan con un gramo más de dignidad”.

En la entrevista con Silvia Isabel Gámez, de Reforma, Sara Sefchovich concluyó: “No puedo vivir pensando que México no tiene remedio. Debes tener una esperanza, digo. Si no, ¿para qué escribes? En el fondo de mi alma sigo siendo una liberal ilusa, medio izquierdosa”.