Presionado por las advertencias de Francia y Alemania, el gobierno griego comenzó este viernes a negociar una reducción de la deuda con sus socios de la eurozona.

El jefe de los ministros de Finanzas de la eurozona, el holandés Jeroen Dijsselbloem, se reunió en Atenas con el primer ministro griego, Alexis Tsipras y después tuvo una reunión con el titular de Finanzas, Yanis Varoufakis.

Desde Berlín, un portavoz del ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble indicó que “Dijsselbloem no va a Atenas con un mandato de negociación (de parte del Eurogrupo), sino para comunicar una serie de mensajes”.

Después de dos planes de rescate internacionales de un total de 240 mil millones de euros, el ejecutivo griego quiere negociar una reducción de su deuda (175 por ciento del PIB) y una salida de las medidas de austeridad aparejadas a dicha asistencia.

Grecia todavía debe recibir unos 7 mil millones de euros de aquí a un mes, pero en unas declaraciones al New York Times, Varoufakis dijo que el gobierno no quiere ese dinero, “no queremos los 7 mil millones de euros”, afirmó el ministro.

“Queremos sentarnos y volver a pensar todo el programa”, agregó, ”nuestro objetivo es no recibir el siguiente tramo de préstamos”, porque no sería más que alargar el problema, se busca “reestructurar la deuda y la economía para recibir el dinero que necesitamos” en forma de inversiones.

Una fuente del Gobierno aseguró a la prensa que el equipo de Tsipras quiere una eliminación de “la mayor parte de la deuda”, “una moratoria sobre los intereses” y reembolsar lo debido en función del crecimiento económico del país.

El gobierno desea también que se excluyan de los objetivos de déficit las inversiones públicas, y revisar a la baja “los objetivos irrealistas” de excedente fiscal primario fijados hasta 2020, es decir, el excedente sin tener en cuenta los intereses de la deuda 

Sanciones contra Rusia

Los ministros de Exteriores acordaron este jueves en Bruselas una prórroga de las medidas contra Moscú ante la intensa violencia en Ucrania; la resistencia de Atenas, hace difícil considerar una ronda adicional de medidas económicas y financieras.

Europa mandó una señal al presidente de Rusia, Vladimir Putin: si el conflicto sigue en escalada, Rusia se expone a nuevas sanciones financieras, que podrían empeorar la ya afectada economía rusa, de la que se prevé una profunda recesión de 2015 por la grave combinación creada por la combinación de las duras sanciones europeas y estadounidenses, así como el desplome de los precios del petróleo.

La dureza europea se contempla en un documento de conclusiones que fija tres líneas: la UE prorroga hasta septiembre las sanciones, pese a que no tenía que decidirlo hasta mitad de marzo; en unos días ampliará la lista de personas y entidades sancionadas; y lo más importante, si la situación se complica –y a la espera de EU y su mayor severidad-, Europa amenaza con castigos, que acordarán en los próximos días o se decidirán al menos hasta la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno el 12 de febrero.

Los países más cercanos a Ucrania y Rusia (sobre todo Reino Unido) pedían un diálogo más enérgico con Putin; y un segundo bloque, que contempla a Grecia y Bulgaria, Italia y España, Francia y otros países, reclaman lo contrario al argumentar que las sanciones están impactando en el PIB ruso –así como en el europeo-, ante lo que esperan que Moscú recapacite y busque una negociación.

En su reunión con Moscú, Atenas determinó que bloqueará cualquier paso adicional que suponga más sanciones, lo que provoca descontento a Londres y a Alemania; Norbert Roettgen, presidente del comité de política exterior del Parlamento germano, dijo que las condiciones helenas están relacionadas con la negociación de su recate, “cualquier intento de conectar esos dos campos (las condiciones del programa griego y las sanciones de Rusia) debe paralizarse antes incluso de que empiece”.

El ministro griego, Nikos Kotzias, lamentó las especulaciones sobre la relación de su país con Rusia, “no vamos a ser los chicos malos de la UE por discrepar: hay que discutir los próximos pasos”, expresó.

EU busca imponerse

Ante los movimientos diplomáticos en la Unión Europea, el Gobierno de Estados Unidos sugirió que también le impondrá a Rusia nuevas sanciones por la creciente inestabilidad en el este de Ucrania.

El portavoz de la Casa Blanca, John Earnest, dijo que “teniendo en cuenta el tipo de actividades (recientes), uno podría razonablemente concluir que EU y sus aliados están considerando nuevas sanciones”.

Estados Unidos ha pactado con la UE las siete rondas de penalizaciones impuestas a Rusia desde su invasión en marzo de la península Ucrania de Crimea, sin embargo, evitó confirmar si Washington prepara nuevos castigos contra Moscú.

Información de La Jornada y El País, España