El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Coordinación Nacional de Literatura del INBA organizaron una tertulia-homenaje a Carlos Montemayor a cinco años de su fallecimiento.

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, familiares y amigos, entre éstos la esposa del novelista, lingüista y poeta, Susana de la Garza; sus hijas Alejandra y Ximena Montemayor, así como Martha Loyo, Héctor Orestes Aguilar, Jorge Ruiz Dueñas, Natalio Hernández, Bernardo Ruiz y José del Val, entre otros, iniciaron la ceremonia con una fuerte ovación en recuerdo de Carlos Montemayor (Chihuahua, 13 de junio, 1947-Ciudad de México, 28 de febrero, 2010).

En el marco del homenaje se anunció que el humanista, escritor de poesía, cuento, novela, crónica y ensayo, quien además publicó sobre literatura indígena, traducciones del latín, griego clásico, portugués e inglés, ya cuenta con un sitio en Internet: www.carlosmontemayor.mx donde se puede consultar información relevante de la trayectoria y la obra del también escritor y Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 1971, a quien consideraron crucial para el México de los siglos XX y XXI.

Durante la celebración, José del Val refirió que Montemayor fue el único investigador en aceptar la coordinación para concretar el Diccionario del náhuatl en el español de México, del cual ya se repartieron 200 mil ejemplares y anunció que ya se prepara una segunda edición con otros 500 mil volúmenes.

Asimismo, el economista y etnólogo afirmó que Carlos Montemayor fue el intelectual mexicano más completo de final del siglo XX y principio del XXI, de tal cultura, tal dimensión, tal don de lenguas, de la poesía, del compromiso. “Tenemos muchos intelectuales, pero muy concentrados en su ‘mismidad’”.

El narrador y poeta José Ruiz Dueñas recordó que este aniversario luctuoso es propicio para volver una vez más a esos episodios que son útiles para regenerar el pasado que fue y la leyenda perdura sobre Carlos Montemayor, al recordar anécdotas y vivencias, así como de sus experiencias juntos y los planes que dejaron truncos.

En tanto, el poeta Natalio Hernández  comentó que con Carlos Montemayor pasó grandes momentos por más de 30 años para luchar por el reconocimiento de las lenguas originarias de México y la literatura que en ellas se crea y desarrolla, “fue un encuentro mágico -creo yo-, porque nunca nos distanciamos, lo hice mi maestro, mi amigo y en los últimos años de su vida, mi hermano”.

Bernardo Ruiz indicó que Carlos Montemayor era una persona para las demás personas, “era un gran catalizador, una gran cadena de transmisión del pensamiento, de inquietudes, de discusiones, incluso de paradojas y contraposiciones.

“El placer de estar con Carlos no sólo era la diversión eterna que significaba trabajar con él, hacer proyectos, organizarse para algún viaje o actividad, sino ampliar un espacio que se convertía en espacio común”, señaló el investigador tras reconocer que Montemayor cuando escribía era de una concentración y precisión intensas.

Carlos Montemayor ensayó la ficción política, contraponiendo los diferentes puntos de vista de los movimientos de insurrección, como el de Lucio Cabañas, el cual abordó en Guerra en el Paraíso, novela con la que logró el Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada en 1991.

Al final de la tertulia Antonio Zúñiga coordinó la dramatización y dramaturgia de tres obras de Carlos Montemayor: Las armas del alma, Las mujeres del alba y Violencia de Estado en México. Antes y después de 1968.

Con información de Conaculta