Estados Unidos ha rechazado este jueves la acusación de Venezuela de una invasión militar y reiteró su disposición de establecer un diálogo con Caracas, en un escenario de respeto mutuo.

“No estamos preparando una invasión militar, no estamos buscando desestabilizar o derrocar al gobierno de el presidente Nicolás Maduro en un golpe de Estado”, aseguró el representante estadounidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Michael J. Fitzpatrick.

Al pronunciarse ante el Consejo Permanente de la OEA, Fitzpatrick negó además que su administración esté realizando un complot a nivel internacional “para lesionar la economía o la gente de Venezuela”. “Nosotros somos el mayor socio comercial de Venezuela”, dijo el funcionario respecto al lugar que guarda esa nación sudamericana como el tercer mayor abastecedor de petróleo de Estados Unidos.

Las palabras de Fitzpatrick fueron en respuesta a la denuncia hecha antes en el mismo foro por la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, ante la orden ejecutiva anunciada la semana pasada por el presidente Barack Obama, cuando calificó a esa nación sudamericana como una amenaza a la seguridad nacional de su país.

“La historia ha demostrado que la aplicación de estas leyes suelen preceder intervenciones militares y por eso hemos venido a esta organización a alertar”, expresó Rodríguez en su turno.

Empeora escasez

Como parte del aumento de controles y restricciones para la venta de pañales en Veneuela, se les exige a las madres la presentación del acta de nacimiento de sus bebés para poder atender sus demandas, denunció Ingrid Toro, concejal del municipio Sucre, del estado central Miranda, limite con Caracas, “sólo venden un empaque de pañales y dos compotas por persona, siempre y cuando cumpla con la documentación exigida”.

La concejal dijo también que las madres deben presentar además su cédula de identidad y constancia de domicilio y aun así, después de haber hecho una larga fila, los productos (pañales y compotas) ya han sido vendidos.

“El gobierno para evitar el bachaqueo (contrabando) y la reventa de productos regulados ha implementado controles que resultan un abuso para los consumidores y que rayan en lo absurdo”, expresó.

Toro insistió en que se decretó un drástico racionamiento de la comida con el llamado “día de parada de la papa” y solo se puede comprar alimentos un día de la semana conforme al último número de la cédula o cartón de identidad.

“Por ejemplo si a usted le toca comprar el lunes y la leche no llegó sino el martes, usted perdió a oportunidad de comprar leche durante toda esa semana y ligar que la vuelvan a traer al supermercado el día en que `oficialmente´ le corresponde comprar”, explicó.