Ottavio Sferlazza/Ministro de la magistratura de Reggio Calabria

 

Nora Rodríguez Aceves

Uno de los problemas más grave de México “es la desconfianza en las instituciones y en las fuerzas del orden. En 2005, en una intervención al Congreso americano, el jefe de la DEA declaró que la corrupción de los policías estatales y municipales era el principal obstáculo en la lucha contra los cárteles de narcotraficantes”.

“El fuerte redimensionamiento del poder corruptor del narcotráfico y de sus enormes capacidades de infiltración constituye la precondición para una eficaz acción de combate”, señaló el ministro Ottavio Sferlazza, de la Magistratura de Reggio Calabria, Italia.

Durante su participación en la Conferencia internacional sobre seguridad y justicia en democracia. Hacia una política de Estado en los albores del tercer milenio, realizada hace unas semanas por la UNAM y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, el magistrado italiano hizo una reflexión sobre “violencia y democracia en México, a la luz de la experiencia italiana en la lucha contra la criminalidad organizada”.

Conciente de su calidad de extranjero, el ministro Sferlazza opinó brevemente para los medios de comunicación mexicanos sobre la estrategia militarizada que sostiene México para combatir el narcotráfico: “El tipo de filosofía que ha inspirado esta lucha es una filosofía de verdadera guerra”. Este tipo de estrategia “conlleva el peligro de producir una espiral perversa de violencia y acaba por legitimar a los grupos criminales, implicados en esta guerra, a recurrir al asesinato sistemático”.

Además de que, “no sé si efectivamente el empleo del Ejército sea verdaderamente eficaz, porque tal vez no tiene la profesionalidad de hacer investigaciones, lo que podría determinar la lesión de derechos fundamentales, lo que probablemente no pasaría con investigaciones hechas por la policía judicial que tiene una profesionalidad específica y que, sobre todo, más que matar tiene que tomar pruebas y permitir que los imputados puedan ser condenados”.

Ante la confirmación de que efectivamente las violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas militares se ha incrementado en el país casi 100 por ciento, el especialista apuntó que “se necesita un reforzamiento de los números de la policía, porque obviamente el fenómeno del narcotráfico es increíble, pero sobre todo se necesita una mayor profesionalidad de la Policía Judicial y una coordinación entre todas las policías, que permita que haya una visión unitaria del fenómeno no una visión atomizada”.

En su intervensión sobre Delincuencia Organizada y Violencia en México, el ministro italiano señaló también que “además la pretención de solucionar el problema de la violencia sistemática a través del mero recurso a la fuerza puede originar una gradual reducción de los espacios de democracia”.

“A eso se añade que no se puede subvalorar el hecho que este tipo de estrategia militar puede implicar el recurso a sistemas represivos poco respetuosos de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, mientras que se necesita reafirmar la fuerza del Estado de derecho, la cual consiste en la destreza de investigar con profesionalidad y eficiencia, adquiriendo pruebas suficientes que permitan la adopción de medidas restrictivas de la libertad personal para someter a los imputatos a un justo proceso, garantizando, en caso de condena, la efectiva ejecución de las penas tienen que ser muy rígidas”.

Todo esto “legitima la credibilidad en las instituciones, acrece el sentido de seguridad y de confianza de los ciudadanos, acerca estos últimos a las instituciones animándolos a la participación democrática y al ejercicio del poder a través de una elección conciente de sus representantes en las asambleas electivas”.

Revolución moral en Italia

El ministro Ottavio Sferlazza comenta a Siempre! sobre las medidas que Italia ha implementado para combatir a las mafias italianas: “Tenemos una de las mejores policías del mundo con una grandísima profesionalidad, una fuerte motivación ideal, un fuerte sentido del Estado, el fenómeno de la corrupción afortunadamente en Italia por lo que concierne a la magistratura y la policía es un fenómeno muy, muy, marginado mucho más difundido en la política, en los administradores locales, pero afortunadamente en la policía, la magistratura. Es un fenómeno muy marginal”.

Pero “sobre todo, hemos tenido la capacidad de una verdadera revuelta moral de la sociedad civil. La sociedad civil siciliana ha tenido el coraje de decirle no a la mafia, a la extorción, con la organización de movimientos espontáneos, y muchas, muchas, otras medidas legislativas que ha permitido combatir el lavado de dinero, la corrupción y otros fenómenos criminales”.

En este sentido, cabe señalar que durante su exposición en la mesa sobre Delincuencia organizada y violencia en México, Sferlazza apuntó que “Italia dispone de una importante legislación por lo que se refiere a la gestión y al empleo de patrimonios confiscados; con la creación de una agencia nacional para la administración y el destino de los bienes confiscados a la criminalidad organizada, y tiene la función de administrar los bienes mencionados dirigiéndolos hacia finalidades institucionales y sociales”.

Para dar una idea de los resultados, “es conveniente citar unos datos estadísticos. En conjunto se han confiscado a las organizaciones mafiosas 9 mil 857 bienes inmuebles por un valor total de 730 millones de euros y mil 377 empresas”.

En ese mismo tenor subrayó que “es absolutamente necesario que en este país —México— los extraordinarios recursos financieros y la relevante liquidez de las organizaciones dedicadas al narcotráfico, así como sus patrimonios inmobiliarios y las empresas en las que se reinvierten, sean incautadas y decomisadas, incluyendo también las empresas en apariencia lícitas en las que se han infiltrado grupos criminales que de esa manera pueden financiar también campañas electorales políticas”.

“Bajo este último perfil —apuntó el ministro— es de fundamental importancia luchar contra la infiltración de la criminalidad organizada en las instituciones y en el tejido económico. Asimismo, el gravísimo fenómeno de la corrupción del cual depende en gran medida la pérdida de credibilidad de las instituciones, y la desconfianza de los ciudadanos por la falta de una ética pública”.

Desde su experiencia, 30 años de desempeñarse en funciones de juez y fiscal, Sferlazza explicó a este semanario lo que se podría hacer para empezar a crear una conciencai étia en los políticos, en las autoridades, en los funcionarios públicos, y en toda la sociedad mexicana para erradicar la corrupción y la infiltración de la delincuencia organizada en las instituciones del Estado. “Para interiorizar una verdadera ética pública tenemos que comenzar desde la escuela. En Italia nosotros como jueces tenemos una especie de compromiso moral. Vamos a hablar, a dar charlas en las escuelas de todos los niveles, a los pequeños, media, inferior y superior para intentar educar a los estudiantes en materia de legalidad, para hacerlos entender qué es la legalidad, que no sólo puede ser un respeto formal de la ley sino que también tiene que ser una actitud interior moral hacia este valor fundamental de la sociedad”.

Y sobre cómo blindar las campañas políticas a la infiltración del crimen organizado, sólo dijo que “este se realiza también en Italia, porque el peligro de que los grupos financieros, la enorme riqueza de las organizaciones puedan financiar campañas políticas es un fenómeno que se puede realizar en todo el mundo. Probablemente por lo que he entendido aquí el fenómeno es particularmente grave, pero también en Italia hemos tenido políticos involucrados con la criminalidad organizada”.

Policías motivados

Hay que mencionar que el encuentro —realizado por la UNAM— entre especialistas, funcionarios, académicos, investigadores, nacionales e internacionales, en materia de seguridad, tiene el fin de construir una propuesta que contibuya a encontrar una estrategia eficaz para combatir el crimen organizado y presentarlo ante las autorides de todos los niveles.

En ese sentido, Sferlazza hace en su ponencia una serie de recomendaciones a la luz de la experiencia. Destaca el papel de las fuerzas policiacas, las cuales tienen que ser “seleccionados ante todo entre sujetos de segura fiabilidad moral, teniendo en cuenta no sólo su procedencia de familias honestas, sino también su título de estudios, que tiene que ser de cierto nivel mínimo, la contratación a través de oposiciones públicas, una preparación profesional adecuada a su cargo, adquirida a través de eficaces cursos antes de incorporarlos a los diferentes sectores para el desempeño de sus funciones”.

Pero sobre todo “se necesita una policía fuertemente motivada, que tenga un profundo sentido del Estado, capaz de conjugar respeto de los derechos humanos, altísima profesionalidad y verdadera competencia: sólo de esta manera será posible conquistar la confianza de los ciudadanos y su colaboración”.

Además, de que todo eso “no puede prescindir de un tratmiento económico adecuado que les permita tener una calidad de vida decorosa, capaz de desintevar la corrupción, no siempre atribuible a avidez sino también a difultades económicas y al ilimitado poder adquisitivo del sueldo que contribuye un impulso a la violación de sus propios deberes a cambio de favores”.

También propone para un verdadero nivel de intervensión reformista “una estructura organizativa que garantice el máximo nivel de coordinación entre las fuerzas de policía que actúan en las diferentes comunidades locales. Una visión unitaria de los fenómenos criminales, dado que las investigaciones en los hechos delictivos no se pueden llevar a cabo de manera aislada y fragmentaria sino considerándolos como un gran mosaico, el conocimiento y la comprensión del todo ayuda a comprender el episodio aislado”

Nueva ética colectiva

En Italia, escribe el ministro en su ponencia, no se hubiera podido alcanzar “los notables éxitos contra las organizaciones mafiosas normalmente conocidas como —mafia, ndrangheta y camorra— sin un Ministerio Fiscal independiente del Ejecutivo, que accede a la carrera sólo a través de una pública oposición muy difícil y selectiva, una acción penal obligatoria y una relación de dependencia funcional entre fiscalías y policía judicial”.

“En este marco se insertan los nuevos y más eficaces instrumentos de investigación: ante todo los colaboradores de justicia y las interceptaciones telefónicas y ambientales, instrumentos que dependen directamente del fiscal, aunque por lo que se refiere a estas últimas hay que pedir la autorización al juez de las investigaciones preliminares, con excepción de los decretos adoptatados directamente en caso de urgencias particulares con siguiente convalidación, por parte del juez”.

Para el ministro es fundamental, así lo escribe en su documento con el que participó en la Conferencia internacional sobre seguridad y justicia en democracia, “la infiltración de la policía mexicana dentro del crimen organizado es básica. Y para lograr desmembrar estas células primero hay que conocerlas. Por eso es necesario tener una voz adentro que declare cómo son los cárteles, cómo están organizados, quiénes son los jefes y sus actividades ilícitas: esos instrumentos son fundamentales, al igual que las interceptaciones telefónicas y ambientales…”.

“El Estado en México tiene que recuperar la soberanía del territorio ayuntamiento por ayuntamiento y resanar el tejido social”.

“En Italia hemos alcanzado resultados que hace 20 años parecían imposibles. Todavía nos queda mucho por hacer en la lucha por la liberación de la opresión mafiosa; sin embargo, estamos intentando vencerla con un esfuerzo colectivo, sobre todo cultural, a través de la refundación del Estado y de la sociedad civil sobre la base de una nueva ética colectiva”.