Carmen Aristegui

 

 

Cuando en un gobierno, al hablarse de cosa pública,

cada uno dice “¿qué me importa?”,

la cosa pública está perdida.

Montesquieu

Carlos Alberto Pérez Cuevas

“Y sigue la mata dando”. Este dicho popular parece haber sido creado para la ocasión y es que en México seguimos pasando por los peores momentos, algunos de ellos han roto todos los récords de antecedentes, el dólar ha noqueado el peso de una forma por demás grotesca, superando los quince pesos y acercándose a los dieciséis, el nivel más alto sin comparación con ningún otro momento de problemas de cotización de la moneda norteamericana con respecto a la nuestra, lo que ha generado desesperadas subastas de millones de dólares para sólo regresarle unos pocos centavos de fuerza al peso.

Pero no ha sido el único caso, desafortunadamente estamos padeciendo problemas muy graves en diversos aspectos, como la inseguridad, la afectación económica, las reformas tóxicas en materia fiscal, la intromisión del Ejecutivo en los órganos autónomos y en la Suprema Corte, los ataques a la libertad de expresión, los claros visos de retroceso y autoritarismo, la creciente y disparada corrupción, los conflictos de intereses de funcionarios y empresarios, los problemas electorales con candidatos que del todo no sabemos sus vínculos con la delincuencia, entidades bajo el flagelo de narcodelincuentes o terroristas electorales que pretenden descarrilar el proceso electoral en entidades como Guerrero.

Y, si continúo con todos los problemas que nos aquejan, me faltaría mucho espacio para escribirlos; lo más grave de todo es que estos problemas los padecemos al mismo tiempo y sin una eficaz actuación gubernamental que los controle, en muchos casos desafortunadamente parece que son alentados desde las esferas gubernamentales de poder.

Y es que vivirlas todas juntas y sin claras soluciones genera un descontrol total y afectación más grave; se generan rumores, muchos de ellos posteriormente demostrables que no lo eran, sino que fueron la crónica de lo que se veía venir y muy pocos estaban preparados.

Ahora tenemos que sumar el conflicto entre la empresa MVS y su conductora principal Carmen Aristegui, recientemente rescindida de su contrato, acusada por abuso de confianza al comprometer a la empresa sin dar aviso, en la plataforma Mexicoleaks, y la conductora a su vez reacciona acusando a MVS de imponerle por órdenes del gobierno una mordaza a su libertad de opinión al correr a sus colaboradores y a ella de la radiodifusora por haber descubierto y realizado el reportaje de la casa blanca de la esposa del presidente Peña Nieto.

Indistintamente de quién tenga la total razón, porque sin duda en el actuar de ambos hay aciertos y errores, la percepción generalizada es que existe un ataque directo y artero a la libertad de expresión por parte del gobierno de la república, lo más delicado es que ya dio la vuelta al mundo.

@PerezCuevasMx

perezcuevasmx@gmail.com