GARBANZOS DE A LIBRO

 

Armando Fuentes Aguirre (Catón)

 

 

Marco Aurelio Carballo

El historiador y periodista Armando Fuentes Aguirre, quien usa el seudónimo “Catón” en sus columnas, dijo en una entrevista que de los Marx él se queda con el actor comediante Groucho Marx, quien es el bueno porque “puso alegría en el mundo”. El otro, Carlos Marx, “puso guerra, división, pedantería”. Lo llamó “intelectual” y dijo que no pasó de la página 10 de El Capital, libro que calificó de “espantosísimo bodrio”, y afirmó que “el verdadero capital es la risa”.

Su fortuna, dijo, es seguir viviendo la vida y disfrutarla. A los 76 años, “no sé si bien vividos, pero sí bien gozados. La pobreza del periodista no consiste en la falta de dinero, sino de integridad, de lectores, y de visión para ser generoso con el próximo. No tiene que ver con el dinero o poder. El periodista poderoso se vuelve soberbio y vanidoso. Procuro mantenerme alejado del poder. El político es un prójimo y no podemos rechazarlo o despreciarlo por ser político. Eso sería soberbia”.

Dijo que “nunca me he arrepentido de haber apoyado a Humberto Moreira, exgobernador de Coahuila. Es y ha sido mi amigo. Su padre fue mi amigo. Antes preferiría cortarme la mano que hablar mal de un amigo. Humberto, a quien conozco desde jovencito, ha estado cerca de mi afecto. Pero, sobre todo, siento que hizo bien a Coahuila, independientemente de sus errores. Me han ofrecido cargos de elección, el PAN y el PRD, nunca el PRI. No he aceptado porque dejaría de ser periodista. No me siento marginado (por los colegas) pues veo las encuestas sobre articulistas y por lo general aparezco en primer lugar”.

De la incertidumbre ante la página en blanco, el columnista comentó: “Siempre cuesta trabajo. Tengo colegas que escriben un artículo semanal y con problemas para encontrar tema. Mi problema es al revés porque tengo mucha vida en la cabeza y, más que todo, en el corazón. Hay escritores de élite, escriben para escritores. Nunca he sido de ésos. Si no estuviera tan sobado el término diría que «soy escritor del pueblo». No de intelectuales, aunque me leen. Hubiera querido ser el Quijote como personaje, pero se llevó tantos chingadazos que no me viene el ánimo quijotesco. Me hubiera gustado ser Sancho Panza. Comía y dormía mejor, seguramente hacía mejor el amor”.

“Veo la muerte —agregó— con los mismos ojos que la vida, sin miedo. Sentir temor de morir es tan absurdo como el miedo a nacer”.

El seudónimo Catón se lo impuso su primer director. Catón el Viejo fue un estadista romano y Dionisio Catón, poeta latino.

Lo entrevistó Miguel de la Vega, para Reforma.