Lamentablemente no hay una versión clara de los hechos acaecidos en el terrible accidente aéreo de Germanwings el pasado martes 24 de marzo. Los grandes perdedores somos la ciudadanía, los familiares y amigos que perdieron a un ser querido. En palabras del presidente español, Mariano Rajoy “es lo peor que le puede pasar a un ser humano.” Muy dolidos estamos los ciudadanos por semejante tragedia. ¿En qué contexto sucede este accidente? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias del mismo?

La tragedia

En la mañana del martes 24 de marzo, el mundo se despertó con la noticia de que un vuelo operado por la línea Germanwings de Lufthansa se estrelló en los Alpes franceses con 150 pasajeros de los cuales, seis eran miembros de la tripulación –dos pilotos y cuatro aeromozas. La ruta cubría de Barcelona a Dusseldorf. No hubo sobrevivientes.

La región de los Alpes entre Francia y España es de difícil acceso y sólo a través de helicópteros pudieron llegar. Una vez allí, las imágenes de los restos casi pulverizados del avión, le dieron la vuelta al mundo.

Las versiones no se hicieron esperar. Pero los líderes de Francia y Alemania rápidamente serenaron los ánimos para evitar cualquier tipo de especulaciones en torno a la tragedia. Entonces no restaba más que esperar. Llanto y dolor corría por todas partes.

La versión oficial de los hechos

Se dice que la “caja negra” del avión es un mecanismo de seguridad que graba con fidelidad todo lo que sucede dentro de la aeronave en vuelo. Es hasta ahora, una de las pruebas más fidedignas que dan cuenta de los acontecimientos. Era vital encontrar las dos cajas que dicen, contenia el avión.

Después de encontrar a caja negra, se originaron las primeras versiones oficiales de lo ocurrido.

Primeramente se informó que el avión empezó a perder altura deliberadamente y que no hubo señal de auxilio también llamada mayday.

Posteriormente, se dio a conocer la versión danzante de los dos pilotos. Que el piloto se ausentó de la cabina y que el copiloto deliberadamente cerró la puerta, impidiéndole entrar de regreso.

Una tercera versión, montada sobre la anterior. Argumenta que el copiloto, quien no quiso abrirle la puerta al piloto, era depresivo y se encontraba en tratamiento psiquiátrico. Que ocultó recetas de medicamentos a sus supervisores e incluso, tenía permiso para ausentarse precisamente ese martes negro.

Aunque versiones de los mismos directivos de Lufthansa consideraban al copiloto, Andreas Lubitz, como “impecable”, ni los familiares, ni amigos se explican cómo es que “tuvo la voluntad de destruir el avión”.  Algunos psiquiatras consideran que no es propiamente la actitud de un depresivo suicida. Lubitz pasó impecablemente todos los controles de calidad y profesionalismo de la empresa.

Las últimas versiones señalan a Lubitz como “obsesionado con los Alpes”.

 

Los hechos que no cuadran

La versión oficial del “copiloto suicida” genera más desconcierto que consuelo. Desde que hay terrorismo islámico mediatizado en el mundo es difícil ver otras opciones.

Sí hubo mayday. En los primeros reportes del martes 24, el día de la tragedia, en dos medios de comunicación muy prestigiados se dijo que sí hubo una señal de alarma proveniente del avión. La versión la dio a conocer el secretario de transporte francés, Alain Vidal a medios internacionales.

“There was a distress call…. This distress signal showed that the aircraft was at 1524 meters, in an abnormal situation”.  Traducción: “Hubo una señal de alarma, y mostraba que la aeronave estaba a 1524 metros, en una situación anormal” (Reuters: http://rt.com/news/243525-airbus-crash-southern-france/)

“The French transport secretary, Alain Vidal, said on Tuesday that the plane sent out a mayday signal at 10.47am.” Traducción: “El secretario francés del transporte, Alain Vidal, dijo el martes que el avión envió una señal de ayuda mayday a las 10:47.” (EL PAIS en inglés, http://elpais.com/elpais/2015/03/24/inenglish/1427194483_833005.html)

Ambos medios reportaban la información oficial del día martes, la cual, fue ignorada días después. Si hubo mayday entonces pudo haber sido un accidente “involuntario”.

Filtraciones al New York Times. “Jamás se dan conocer los resultados de las investigaciones en menos de 48 horas,” dijo  Erik Derivry, vocero del Sindicato Nacional de Pilotos de la Línea de Francia (SNPL)

El sindicato denunciará ante tribunales franceses las filtraciones de información que ha habido frente al accidente A320 de Germanwings. Dice Derivry que hubo “violación del secreto profesional” y que la información se filtró misteriosamente al periódico The New York Times luego de que la oficina francesa de Investigación de Accidentes Aéreos (BEA, por sus siglas en francés) analizara la caja negra del avión cuando todavía no se tenía el registro completo de las grabaciones. Además falta la segunda caja negra por analizar.

Las grabaciones están incompletas y había piloto automático. El análisis de los hechos está todavía incompleto. Además “las grabaciones que contiene la caja negra del avión son imprecisas”, señaló el miércoles 25 de marzo, Remi Jouty, director de la BEA. Cuando se le preguntó frente a medios sobre si el avión había registrado un deliberado descenso respondió “la trayectoria es compatible con el piloto cuando éste pilotea el avión. Pero es difícil imaginar que un piloto buscara estrellarse en la montaña lo cual es incompatible con el piloto automático.” Dando a entender que el piloto automático estaba encendido.

En esa reunión con medios internacionales también se remarcó que las grabaciones eran imprecisas y que se escuchaba a un centenar de personas gritando antes del impacto, por lo que era imprescindible recuperar la segunda caja para completar la versión de los hechos.

¿Y la huelga de Lufthansa? Lufthansa estaba en jaque antes del accidente. Apenas hace quince días el personal de la aerolínea iniciaría la octava huelga en lo que va del año, forzando la cancelación de 1,511 vuelos internacionales en un par de días. Hay más de 200 mil pasajeros afectados y cancelación de más de 60 trayectorias de vuelos nacionales e internacionales.

El pasado 13 marzo, el sindicato de Lufthansa, (Vereinigung Cockpit, por su nombre en alemán), que representa a casi 6 mil pilotos, paró el servicio de la aerolínea Germanwings por 12 horas.

El sindicato exige que la empresa reconsidere la propuesta de jubilarse antes de los 55 años.  La compañía aceptó el trato pero sólo a los pilotos que tengan cierta antigüedad y no a los nuevos reclutas, quienes ya no tendrían derecho a jubilarse.

Directivos de la aerolínea señalan que este tipo de huelgas van en detrimento de las ganancias y dañan la imagen de la empresa.

A la huelga de miles de pilotos, se le unió la huelga de transportistas en Alemania reclamando un aumento del 5% de incremento al salario así como la reducción de la jornada laboral.

Y justo cuando Claus Weselsky, líder del sindicato de transportistas en huelga el GDL anunciaba a las autoridades que sería un largo fin de semana antes de iniciar la huelga, sobrevino el avionazo. Autoridades en economía de Alemania señalaron que este tipo de huelgas dañan visiblemente la economía y la imagen del país.

Ahora, las demandas de los huelguistas, Lufthansa y transportistas, están aplazadas, en tanto se resuelva lo de la tragedia aérea.

Las conclusiones son difíciles de aportar. Los hechos nos llevan a pensar ¿por qué en este momento sucede esta tragedia? Como siempre, los más afectados: la sociedad civil.