Integrada por textos del reconocido arquitecto japonés Toyo Ito, galardonado en 2012 con el premio Pritzker, así como fotografías y reproducciones de planos originales es lo que se muestra en el libro “Casa O´Gorman 1929”, además de un recorrido por 85 años del proceso creativo y la historia del inmueble ubicado en el número 81 de la calle Diego Rivera en la colonia San Ángel Inn, el primero que construyo el arquitecto y pintor mexicano Juan O´Gorman en 1929 para su padre, el pintor Cecil O´Gorman.

La casa que hoy alberga el Museo-Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo marca una clara distancia con la “belleza de la forma” para priorizar la ingeniería de la construcción, fue la primera que hizo evidente un tinaco de agua en la azotea, una escalera de concreto al exterior y sus instalaciones eléctricas fuera del muro.

En su biografía, el autor de los murales en la Biblioteca Central de CU y de 24 escuelas públicas en la ciudad describió su construcción como una máquina de habitar, y si bien comprendía el horror que causaba, aseguraba que se trataba de una obra de ingeniería correcta a partir del mínimo gasto y esfuerzo a cambio de la mayor eficiencia.

En el libro, los investigadores retoman la casa como objeto de estudio, realizan una narración estética e histórica de la construcción para argumentar su vigencia, e incluso su revaloración luego del proceso de restauración que entre 2012 y 2013 se realizó en el que también se conectó el inmueble con el que era estudio de Diego Rivera para integrarlo al museo.

La edición bilingüe relata también el proceso de restauración que se realizó hace dos años con la intención de reactivar el espacio museístico; en los trabajos se respetaron los planos originales para la reconstrucción de elementos como la escalera exterior.

En la presentación de dicho ejemplar, estuvieron presentes la directora de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes, Dolores Martínez, quien fue la moderadora de la mesa en la que estuvieron el arquitecto Bernando Gómez-Pimienta, la especialista Natalia de la Rosa, y los responsables del volumen, Xavier Guzmán y Víctor Jiménez, quien recordó la fascinación que esa obra arquitectónica despertó en el arquitecto japonés y Premio Pritzker Toyo Ito.