El presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, se reunieron el sábado en el primer encuentro de líderes de ambos países en medio siglo, y se comprometieron a tratar de establecer relaciones pacíficas que han distanciado a sus países durante varias generaciones.

En una pequeña sala de conferencias en el centro de convenciones de Panamá, donde se celebra la Cumbre de las Américas, Obama y Castro se sentaron uno al lado del otro en un intento por reanudar las relaciones diplomáticas que lleva varios meses.

Obama dijo que quería “pasar la página” al referirse a las históricas divisiones, aunque reconoció que aún existen diferencias significativas entre ambos países, “lo que los hemos concluido es que podemos estar en desacuerdo con un espíritu de respeto y civilidad. Y con el tiempo, es posible que pasemos la página y desarrollemos una nueva relación entre nuestros dos países”. ­

Por su parte, Castro dijo que coincidía con todo lo que Obama había dicho, una declaración asombrosa del líder cubano, pero agregó que habían “acordado disentir”; Castro había dicho a los estadounidenses que Cuba estaba dispuesta a discutir temas como los derechos humanos y la libertad de prensa, y sostuvo que “todo puede discutirse”.

“Estamos dispuestos a discutirlo todo, con paciencia”, aseguró Castro, “en algunas cosas estaremos de acuerdo, en otras no. Y nada será estático”, expresó al señalar que los desacuerdos de hoy pueden convertirse en áreas de acuerdo mañana, “el ritmo de la vida en el mundo este momento es muy rápido”.

Líderes estadounidenses y cubanos no se han reunido desde 1958. Dwight Eisenhower y Fulgencio Batista se reunieron ese año, y el siguiente, el entonces primer ministro de Cuba, se reunió con Richard Nixon, que era vicepresidente.

Pero las relaciones rápidamente se deterioraron en medio de la Guerra Fría, y EU pasó décadas tratando de aislar o derrocar al gobierno cubano; en lo que puede ser una coincidencia, la reunión de Eisenhower con Batista en 1958, también fue en Panamá.

El histórico encuentro se celebró como parte de la reunión plenaria de la Cumbre de las Américas, a la que Cuba asistió este año por primera vez. Aunque la reunión no se anunció oficialmente, asistentes de la Casa Blanca habían sugerido que los dos líderes estaban buscando una oportunidad para reunirse en Panamá, para discutir los esfuerzos por abrir embajadas en La Habana y Washington, entre otros temas.

“Ahora estamos en posición de avanzar hacia el futuro y dejar atrás algunas de la circunstancias del pasado que han dificultado la comunicación entre nuestros dos países”, dijo Obama.

Los acercamientos diplomáticos, que iniciaron el viernes en la noche con un histórico apretón de manos entre los mandatarios, tienen como propósito impulsar un cuidadoso plan para restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Los dos presidentes asombraron al hemisferio en diciembre pasado al anunciar el acercamiento; sus delegados han pasado meses trabajando en temas delicados como las sanciones, la reapertura de embajadas y la salida de Cuba de la lista estadounidense de estados patrocinadores del terrorismo.

Aunque hace unos días Obama sugirió que la decisión de retirar a Cuba de la lista era inminente, este sábado guardo silencio sobre el tema; el departamento de estado concluyó una revisión del tema recientemente y recomendó la exclusión, lo que alimento las especulaciones de que Obama podría aprovechar la oportunidad que le ofrecía la cumbre para anunciar la medida.

La excusión de Cuba de la lista es una prioridad para Castro porque no solo sería reparar el golpe que ha vivido Cuba sino también facilitar su capacidad para ejecutar transacciones financieras globalmente.

Información de El Universal