Amigos o funcionarios

 

 

Félix Fuentes

Debieran ser los amigos o funcionarios de mayor confianza del presidente Enrique Peña Nieto, los más eficientes y de conducta intachable. No sucede y algunos ya debieran estar fuera del gobierno, como sucedió con David Korenfeld.

Dentro y fuera del régimen priista se comenta a coro que el primer mandatario es condescendiente con miembros de su gabinete y muchos de ellos, creyéndose seguros, abusan del poder. No saben gobernar e incurren en ilícitos.

El titular de Hacienda, Luis Videgaray, es principal beneficiario de la confianza presidencial, pero a causa de la reforma fiscal, iniciada en enero de 2014, se han volcado contra él dirigentes empresariales, banqueros y cuantos se sienten afectados por los asfixiantes impuestos.

Videgaray debió instrumentar la reforma de efectos demoledores y por ello exigen sus críticos que la modifique y renuncie a su cargo.

Los detractores del secretario de Hacienda sostienen que naciones emergentes, o con problemas de ingresos fiscales, reducen impuestos porque tal propicia inversiones en ámbitos de la producción como son la industria y el agro.

Sin embargo, Videgaray disfruta de la confianza del presidente Peña Nieto desde cuando fue secretario de finanzas en el Estado de México. Se le considera inamovible.

No se contemplan indicios de que los impuestos sean restringidos o Videgaray sea despedido en el corto plazo, tras el escándalo de su residencia en el campo de golf de Malinalco.

También goza de calidad de intocable el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, encargado de negociar con grupos disidentes, entre otros la Sección 22 de la CNTE, electricistas liquidados de Luz y Fuerza y cuantos inconformes llegan a apostarse en Bucareli a reclamar de todo.

Se ha dicho hasta el cansancio: presuntos maestros de la Sección 22 de Oaxaca iniciaron plantones en la capital del país el 8 de mayo de 2013 y desde entonces han sido privilegiados por Gobernación mediante cuantiosas sumas y otorgamiento de plazas a individuos carentes de certificación educativa.

Korenfeld fue otro privilegiado del gobierno. Hay quienes califican de pecatta minuta el helicóptero de Conagua como transporte familiar y olvidan su actuación en Huixquilucan.

Al término de su gestión como alcalde, Korenfeld dejó un adeudo de 850 millones de pesos y un basurero, a la orilla de un río. Esa limpieza costó 300 millones de pesos. Contrató cámaras de vigilancia a un costo de 130 millones de pesos y hubieron de ser canceladas por inútiles. A una cámara le fue cortada la película del momento en que fue descendido de un automóvil el cadáver de un hermano de los señores Salinas de Gortari.

Korenfeld no respondió a la confianza depositada en él. Elaboró un proyecto de ley para privatizar el agua y tenía en mente grandiosas obras para traer caudales de agua al Distrito Federal.

Proceso denunció dos costosas residencias del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en zonas exclusivas de Lomas de Chapultepec. Según ese semanario, Luis Miranda reconoce 33 propiedades de las 121 que le imputan.