Pensar en el trabajo de un ilustrador remite a los libros infantiles, y que mejor ejemplo que Marcia Brown, que desarrolló una exitosa carrera como ilustradora de libros infantiles y quien desafortunadamente murió el pasado 28 de abril, aunque su deceso fue informado este jueves la editorial Simon & Schuster.

La novelista que falleció debido a una insuficiencia cardiaca, dejó un legado literario que incluye 30 obras, entre las que se destacan populares versiones de “La Cenicienta” y “El gato con botas”.

Datos proporcionados por Entornointeligente.com señalan que la ilustradora ganó la medalla Caldecott, el máximo honor concedido a ilustradores de libros para niños, por “Cinderella” (“Cenicienta”), ”Once a Mouse” y “Shadow”. En 1992, recibió el premio Laura Ingalls Wilder a la trayectoria.

Trabajó como cuentacuentos en la biblioteca pública de Nueva York, se licenció en educación. Considerada como una autora muy versátil, Brown publicó muchos álbumes ilustrados con estilos diferentes, tanto en el modo de contar como de ilustrar la historia. Algunas eran nuevas versiones de cuentos clásicos propios de la tradición occidental, pero siempre recurrió a relatos procedentes de culturas no occidentales: fue la primera en hacerlo en los libros para pequeños.

La escritora no sólo fue popular en el mundo literario por sus obras, sino que también por su vida privada, pues hasta su muerte mantuvo una relación amorosa con su editora, Janet Loranger.