BERNARDO GONZALEZ SOLANO

Santander,España.-A 18 meses de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de América (EUA), que tendrán lugar en el mes de noviembre de 2016, para elegir al 45o. Presidente de la Unión Americana, por lo menos dos mujeres y cinco hombres (uno de ellos afroamericano y republicano) luchan ya por lograr la nominación de sus respectivos partidos (Republicano y Demócrata) para competir por el principal puesto político de la última gran potencia mundial.

Una de las mujeres en competencia, Hillary Rodham Clinton (26 de octubre de 1947), ya fue Primera Dama en la Casa Blanca entre 1993 y 2001, como esposa del cuadragésimo segundo presidente estadounidense, Bill Clinton; no es novata en los asuntos gubernamentales. Ha sido la 67a. Secretaria de Estado formando parte de la administración del presidente Barack Hussein Obama de 2009 a 2013; asimismo, senadora por el estado de Nueva York (2001-2008). Su primera aparición en la cuestión pública la hizo a los 13 años de edad, como voluntaria en el escrutinio de votos del candidato republicano Richard Milhous Nixon. Fue alumna brillante de Derecho en la Universidad de Yale. Parte como favorita en la carrera presidencial de los demócratas según los primeros sondeos. Quiere ser la “champion” de todos los estadounidenses.

La posible adversaria de Hillary por el Partido Republicano, podría ser la empresaria Carly Fiorina (1955)—la primera mujer que llegó a la dirección general de la poderosa compañía Hewlett Packard—, que el 4 de mayo anunció que daría la batalla en las primarias del Grand Old Party (GOP), como también se llama al Partido Republicano, para conseguir la candidatura presidencial. Su campaña la inició con un video promocional en el que ella misma aparece observando el anuncio de Hillary Clinton, apaga el televisor y dice: “Nuestros fundadores nunca quisieron que tuviéramos una clase política profesional”. Al parecer, por lo menos dos de los competidores para lograr la candidatura presidencial, por los republicanos la buscan combatiendo a los “políticos profesionales” demócratas.

El otro es el famoso neurocirujano negro Ben Carson (63 años), ejemplo perfecto del “sueño americano” que creció en un ambiente de máxima humildad, con un padre drogadicto y alcohólico, cuya frase preferida es “Yo no soy un político”  y enfrentó al presidente Obama por la reforma sanitaria —Obamacare—, que considera “lo peor que ha ocurrido en Estados Unidos desde la esclavitud”. Por estos casos y por otros más relacionados con el llamado “voto latino”, la contienda electoral de 2016 se prevé de pronóstico reservado.

De hecho, el bando republicano fue el primero en presentar a sus primeros abanderados para conseguir la candidatura. No obstante, hasta que Hillary Diana Rodham Clinton decidió anunciar su precandidatura fue que se inició, en forma no oficial, la lucha electoral presidencial que culminará hasta los comicios de 2016, cuando se conozcan los resultados de la votación. En tanto todo puede suceder. La lucha por llegar a la Casa Blanca es impredecible, pero importa a todo mundo, no solo a los “sobrinos” del Tío Sam.

Hillary pospuso en varias ocasiones su proyecto político, hasta que empezó a promover su libro biográfico, Historia viva, dio su gran paso adelante: presentarse a candidata por el Partido Demócrata y convertirse en la primera presidenta de EUA. Empezó con buen pie. Hasta el presidente Obama le dio el espaldarazo. En la pasada reunión de la Cumbre americana, en Panamá, al ser entrevistado sobre el particular, el moreno dijo: “Hillary será una excelente presidenta…se manejará muy bien en cualquier conversación sobre política exterior”. Lo que suceda ahora es motivo de análisis de los expertos en metodología electoral, pues mientras en el Partido Republicano son varios los que se han lanzado a la carrera, hasta el día 30 de abril  no había otro adversario en el Partido Demócrata (PD). El personaje en cuestión es Bernie Sanders (de 73 años), senador por Vermont que aunque es elegido como independiente forma parte del grupo demócrata de la Cámara alta y es miembro del Comité de Presupuestos. De aspecto profesoral, Bernie Sanders lleva 24 años en el Capitolio, primero en la Cámara de Representantes y luego en el Senado. Con poca proyección en la escena política, pero con un gran predicamento en las redes sociales, Sanders es el primero en aventurarse como rival de la ex secretaria de Estado. También se mencionan como posibles competidores en el PD al ex gobernador de Maryland, George O’Mally, y el ex gobernador de Rhode Island, Lincoln Chafee.

Sin embargo, las encuestas continúan manteniendo el primer lugar de la ex Primera Dama entre otros probables precandidatos demócratas. Los analistas consideran, no obstante, que la única personalidad que podría representar una opción para las bases demócratas sería Elizabeth Warren, que muchos consideran la “estrella” de la izquierda demócrata, pero la senadora por Massachusetts decidió no ponerse los guantes de boxeo para subirse al cuadrilátero con Hillary.

Sanders dijo a los que consideran que las primarias del próximo año serán una festiva “coronación” de la esposa de Bill Clinton: “la gente no debería subestimarme”. De todas suertes, el senador advirtió que no piensa dedicarse a atacar a la ex secretaria de Estado, sino a intentar debatir con ella, pues “nunca he tenido un discurso negativo”. Sanders está muy lejos de contar con la gran estructura de campaña y de fondos con los que contará Clinton. Pese a todo, su candidatura puede tener eco entre la militancia de izquierda demócrata por medio de las redes sociales. Su página de Facebook tiene casi un millón de “likes” y cuenta con cerca de 300,000 seguidores en Twitter.

Al presentar su candidatura, Sanders puso a Hillary en posiciones ideológicas inclinadas a la derecha, sobre todo en cuestiones de política exterior. Afirmó: “Yo voté contra la guerra de Irak. La secretaria Clinton votó a favor cuando estaba en el Senado”. Asimismo,  Sanders es partidario de una menor implicación internacional estadounidense y de recortes en los gastos militares. Así las cosas, la presión desde la izquierda está haciendo que Hillary abra la puerta hacia ese sector de la militancia demócrata. Por lo pronto, la madre de Chelsea —que empieza a tomar parte en la campaña de su progenitora—, ya no es la única precandidata del PD.

Otro aspecto nuevo en la campaña de Hillary es la posición que guarde en la misma Bill Clinton, que en las últimas primarias de 2008 apenas si tomó parte. Es posible que ahora esté más en la sombra.

Problemas intrafamiliares aparte, está por definirse el posible enfrentamiento Bush-Clinton. Aunque al momento de escribir este reportaje el ex gobernador de Florida, John  Ellis Bush (1953) —mejor conocido como Jeb Bush, formado por las iniciales de su nombre completo—, todavía no ha decido presentarse como aspirante a la candidatura republicana, todo indica que sí lo hará cuando lo considere pertinente. Entonces, el pueblo de EUA estaría nuevamente ante un enfrentamiento de dos familias que ya han luchado por este objetivo presidencial. No se olvide que Jeb es hijo y hermano de dos presidentes norteamericanos. Y como dijo su madre Bárbara:”Ya hemos tenido suficientes Bush en la Casa Blanca”. Es más que evidente que la política de la Unión Americana cuenta con unas “grandes familias con amplias redes que controlan el poder en general”.

Por otra parte, están los precandidatos con orígenes hispanos. El senador por Florida, Marco Rubio, hijo de cubanos, estrella del Partido Republicano, considerado como un “gancho” a la hora de captar el voto latino. Desde sus inicios políticos, Rubio ha sido visto como una joven promesa (43 años de edad), pero a la que le puede faltar experiencia. La carrera apenas empieza y faltan muchos debates. Hillary le saca demasiada experiencia. Tiene 18 meses para convencer al electorado. Todo puede suceder.

El otro aspirante hispano, de padre cubano, el senador Ted Cruz, que como Rubio, se opone a la reforma migratoria del presidente Barack Obama, lo que a los ojos del electorado puede perjudicarles para captar las papeletas hispanas. Ted Cruz forma parte de la línea más dura republicana, la del Tea Party, el que se opone al matrimonio homosexual y el aborto, temas de mucha controversia que deciden el voto de millones de electores.

Otro de los abanderados republicanos es el senador Rand Paul (52 años de edad), es una “rara avis” conservadora, opuesto a guerras en el extranjero, que moviliza a jóvenes, que pide más celo con el derecho a la privacidad y que quiere hacer historia al llevar a la Casa Blanca la ideología ácrata, de menor intervención del Estado, de los “libertarios”. Pero resulta un personaje ambiguo que no termina por definirse, de ahí que muchos lo señalen infiel a muchas premisas de su partido.

Falta mucho para el momento de la verdad, pero el frente ya está abierto. ¿Llegará Hillary Clinton al día de las elecciones? o los demócratas tendrán otro “campeón”. VALE.