Entrevista a Jorge Ramos Tolosa/Catedrático de la Universidad de Valencia, España

Ofelia Alemán García

Que los crímenes contra la humanidad de

1948 sean incluidos en los libros de historia de todo el mundo.

Ilan Pappe.

Mil muertos por año desde 1948 a la fecha suman los sesenta y siete años de guerra entre Israel y Palestina. El primer muro de la vergüenza, misiles y balas, guerrilleros, cascos azules, escombros, sangre, desesperanza y terror todos revueltos en las inmediaciones de Jerusalén, la ciudad de Dios. Y es precisamente el embajador del amor, el diplomático de la reconciliación, el papa Francisco, quien ha reconocido oficialmente el Estado palestino: una empresa más en su apostolado político de la paz. ¿Triunfará? El historiador y catedrático de la Universidad de Valencia, Jorge Ramos Tolosa, quien se ha especializado en estudios sobre Palestina, nos detalla el origen del conflicto y sopesa las consecuencias del reconocimiento del Vaticano al Estado palestino.

Judíos perseguidos en Europa

En Palestina ¿se lleva a cabo una “limpieza étnica”?

El término “limpieza étnica” ha sido utilizado por numerosos académicos, especialmente por el profesor de historia Ilan Pappe con su libro del mismo nombre. Se refiere a la forma más exacta de describir lo que ocurrió en 1948, año clave en que los británicos abandonaron Palestina y se creó el Estado de Israel en un territorio con una población autóctona masiva no judía. Aproximadamente 538 localidades palestinas fueron desalojadas, 11 barrios urbanos y 750 mil palestinos se convirtieron en refugiados, los cuales tuvieron que marchar por la fuerza escoltados por las tropas sionistas. Este proceso que se dio antes y después del 14 de mayo de 1948 se denomina “la limpieza étnica”, que es el momento más traumático, de desarraigo de miles de palestinos convertidos en refugiados, proceso que desmembró su país. Actualmente entre cinco y siete millones de palestinos están dispersos en el mundo; éste es el problema de refugiados más numeroso de la historia.

Lo que en la academia contemporánea no se dice es que esta limpieza étnica continúa en la actualidad a través de continuas demoliciones de casas, con la deshumanización de los palestinos, las incursiones del ejército o la policía israelí en municipios palestinos, con la construcción del muro, con el secuestro de menores, así como con la construcción de nuevos suburbios israelíes en suelo palestino.

¿Por qué Israel está en guerra con Palestina?

Circula la idea de que es un conflicto religioso y por motivos de un odio arraigado entre judíos y árabes, pero en realidad no tiene que ver con esto. Es un conflicto político y colonial contemporáneo. Se desencadené cuando un movimiento nacionalista judío —el sionismo— sentía que los judíos no tenían cabida en Europa, no podían asimilarse allí dada la persecución por lo que la única solución era crear un Estado propio con la exclusividad en un territorio.

¿Cómo surge Israel?

En 1948, después de oleadas constructoras que formaron ciudades judías como Tel Aviv en 1909, sobrevino la construcción de un Estado colonial exclusivamente judío con sus propios bancos, comercios, escuelas, casas, etc. Este proyecto construido en un lugar en donde la mayoría de la población no era mayoritariamente judía sino palestina conllevaba precisamente la limpieza étnica de sus habitantes o la segregación de la población, el apartheid palestino. La historia no estaba determinada entonces. El sionismo fue un movimiento minoritario que fue adquiriendo más fuerza especialmente con la llegada de Hitler al poder, el Tercer Reich, el nazismo y el holocausto, situaciones que favorecieron el sionismo, movimiento que se concretó con la creación del Estado de Israel.

La paz tiene que cumplirse

La diplomacia del papa Francisco ha tenido resultados en Cuba, ¿qué significa que ahora haya reconocido a Palestina?

Es un tema complicado y difícil porque la independencia del Estado palestino fue declarada en 1988 —la declaración de Argel— y con el Vaticano, ya son más de 136 países que reconocen Palestina. Pero ¿qué se está reconociendo realmente? El Estado palestino es un Estado ficticio, sin las atribuciones de cualquier otro Estado. ¡Ni siquiera está claro cuáles son los territorios palestinos! Israel tiene todo el control de los recursos, en cuestión territorial, de seguridad, economía, y hasta de movilidad de la población.

Lo que el Vaticano está reconociendo son “Estados de bantustanes” como los de la Sudáfrica del apartheid entre 1948 y 1990. El Vaticano está reconociendo megaprisiones o un conjunto de campos de concentración, de guetos, como dice Ilan Pappe. Guetos de palestinos aislados por el muro, sin ningún tipo de conexión, aislados por el ejército y por los asentamientos israelíes. Reconocer este tipo de Estados ficticios —estados de bantustanes— es un gesto de apoyo al pueblo palestino, pero desconocemos las consecuencias que podría tener a nivel internacional.

Lo que realmente podría tener consecuencias efectivas es que se cumpliese con la legalidad internacional y los principios de derechos humanos a nivel internacional.

quote“La limpieza étnica” es el momento más traumático, de desarraigo de miles de palestinos convertidos en refugiados.

¿Por qué la comparación con el apartheid de Sudáfrica?

Porque hay más similitudes que diferencias. El gobierno racista blanco del apartheid quería que los guetos de bantustanes fueran reconocidos internacionalmente. Según los blancos esas personas eran libres en esas megaprisiones libres. Pero la población sudafricana no blanca quería derechos, no reconocimiento. A Nelson Mandela lo invitaban a salir de la prisión de Robben Island, para ir a uno de esos guetos y él se negó porque era “salir de una prisión para ir a otra megaprisión”. Pues en Palestina sucede lo mismo. Lo que se necesita es reconocer el derecho palestino, no estados ficticios aunque, por supuesto, es un gesto importante del papa.

La comunidad internacional es cómplice de Israel

¿Podrá el papa Francisco traer la paz a Oriente Medio?

La paz tiene que cumplirse a merced de las Naciones Unidas. El conflicto por excelencia de la agenda política internacional contemporánea es Israel y Palestina. Hasta ahora han sido muchos los procesos de negociación. Incluso después del surgimiento del Estado de Israel, fue fundamental la resolución 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (A/RES/194 III) de 11 de diciembre de 1948 que resolvió que los palestinos expulsados tuvieran derecho a volver a sus territorios. Esa resolución es una pieza clave para cumplir con la paz en Palestina; ese llamado “derecho al retorno”.

Pero la solución que pide todo el pueblo palestino es la resolución 242 (1967) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exige la retirada de Israel de los territorios ocupados. Pero cada año que pasa, las negociaciones son favorables para Israel ya que sigue construyendo un statu quo cada vez más difícil de romper: Israel sigue construyendo asentamientos judíos en territorio palestino.

La retirada de la ocupación israelí en Cisjordania, Gaza, los altos del Golán es la base de las negociaciones de paz, una base que se ha ido pervirtiendo en contra del pueblo palestino. Hace décadas se podía hablar de la resolución 242 como la “retirada” de Israel como condición previa a las negociaciones de paz con Palestina. Después, esa resolución ya no fue válida y las autoridades palestinas exigía simplemente “retirar” los asentamientos israelíes. Posteriormente, ya ni siquiera se hablaba de la “retirada” sino de la “paralización” de la construcción de dichos asentamientos. Últimamente ya solamente se menciona la “desaceleración” de la construcción. Pero ninguna de estas condiciones ha sido aceptada por Israel, quien continúa construyendo colonias de judíos, apropiándose ilegalmente de más territorios en contra del derecho internacional.

¿Cuáles serían las consecuencias de un acuerdo de paz entre Israel y Palestina para el Medio Oriente?

La solución debe llegar de varias partes. Por un lado, Israel debe darse cuenta de que la violación sistemática del derecho internacional no juega en su beneficio sino que, por su propia seguridad (ellos mismos hablan de la autodefensa) es mejor que se retiren de los territorios. Israel está dentro de la ilegalidad, sometiendo y subyugando a un pueblo.

La resolución 3246 de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1974 otorga el derecho de autodefensa a los pueblos pero del pueblo ocupado ¡no de la potencia ocupante! Por su propia seguridad, por el cumplimiento de los derechos humanos, y también por una solución justa para toda la región —que siempre ha sido un polvorín y una zona de inestabilidad— debe ser Israel quien cumpliese con los derechos humanos y la legalidad internacional.

¿Cuál sería el papel de la comunidad internacional al respecto?

La comunidad internacional es cómplice del Estado de Israel. Las Naciones Unidas han condenado el Estado de Israel de una manera declarativa. Lo mismo hace Estados Unidos, quien es su gran aliado, con quien tiene una relación simbiótica desde 1967. Tiene que haber un cambio porque actualmente gobiernos, instituciones y empresas legitiman las acciones de Israel; son cómplices con negocios o tratados. Por ejemplo, la Unión Europea tiene un tratado preferencial con Israel. A pesar de que en el artículo número dos de este tratado se dice que si una de las dos partes viola sistemáticamente los derechos humanos se puede invalidar el acuerdo, Israel es socio preferencial de Europa.

Hay todo un entramado que la comunidad internacional puede poner en marcha para hacer cumplir al Estado de Israel con la legalidad internacional.

Actualmente hay una campaña internacional llamada BDS, “boicot, desinversiones y sanciones”. Esta campaña se utilizó en la Sudáfrica del apartheid, fue un elemento clave que contribuyó a que cayese el racismo de Estado. Desde 2005, BDS ha intentado presionar el estado de Israel para aislarlo y forzarlo a cumplir con los derechos humanos. Cada semana que pasa, el BDS parece tener más éxito tanto desde el ámbito económico, cultural, académico, institucional, con empresas, universidades y artistas que dejan de colaborar con Israel. El papel de la comunidad internacional es fundamental en este aspecto.

¿Qué lo motivó a dirigir sus esfuerzos académicos hacia Palestina?

Pasión. No tengo ningún familiar ni asociado palestino. Sin embargo, he viajado varias veces a la zona del conflicto y estoy comprometido con la causa.

 

Jorge Ramos Tolosa es historiador y profesor en la

Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de

Valencia, en España. Ha sido colaborador en numerosos

medios que relatan la historia contemporánea de

Israel y Palestina, además es

un miembro activo del BDS.

@ophelyas